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Ideario Bolivariano

rgoitia9330 de Junio de 2013

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La historia de los pueblos latinoamericanos está marcada por un conjunto de hechos, vivencias y experiencias de rebeldía en contra de las imposiciones de las oligarquías y los factores de poder externos. Formamos parte de un continente que fue sistemáticamente violentado y explotado por los europeos a partir de la invasión (no “descubrimiento”) de estas tierras que luego llamaron América, y que se inició con la llegada de Colón en 1492.

Estas luchas y resistencias cruzan toda nuestra historia, hasta el día de hoy. Por un lado, las clases explotadoras defienden modelos de desarrollo y de democracia que excluyen a las mayorías de sus beneficios. Por otro lado, las mayorías populares luchan por construir alternativas verdaderamente democráticas, que nos permitan alcanzar una verdadera democracia al servicio de nuestros intereses como pueblos.

En correspondencia con las ideas de uno de los grandes pensadores de nuestra

América, el maestro Simón Rodríguez, creemos en la necesidad de desarrollar ideas y organizaciones originales, a partir de nuestra realidad como pueblos. Sólo así podremos resistir las embestidas del poder y del capitalismo salvaje y el secuestro de nuestras identidades culturales.

Para ello, partimos de las experiencias del movimiento popular, y el conjunto de ideas y postulados que le han dado vida a los procesos populares revolucionarios de Latinoamérica y el Caribe. Es un esfuerzo consciente por cohesionar un proceso político que integre la diversidad de las corrientes revolucionarias. Esta herencia histórica libertaria se alimenta de diversas fuentes.

La resistencia indígena

Desde el momento en que los invasores europeos llegaron a Abya-yala -Tierra En Plena Madurez, como llamaban los indígenas Kuna de Panamá al continente Americano-los pueblos originarios emprendieron una brava resistencia contra la dominación extranjera en sus territorios. Estas primeras rebeliones contra los invasores son expresiones de lo que hoy se conoce como Guerra Asimétrica.

Los europeos adelantaron prácticas de exterminio, sometimiento y en muchos casos de genocidio, contando con una inmensa superioridad militar. Sin embargo, los esfuerzos de los invasores por eliminar las culturas y civilizaciones indígenas fueron en vano. Los “conquistadores” fueron enfrentados valientemente durante cientos de años, a través de las distintas formas de resistencia política y cultural de los pueblos originarios. Así, la historia de América está íntimamente ligada a sus heroicas gestas de resistencia y los levantamientos insurgentes, como el caso de Tupac Amarú en Perú.

Al llegar la Independencia, las oligarquías que traicionaron los ideales de libertad e igualdad de nuestros Libertadores, se negaron a reconocer su existencia como pueblos. Posteriormente, la mayoría de regímenes “democráticos” han hecho todo lo posible por eliminar las culturas de los pobladores originarios, y asimilarlos a una cultura importada.

Sin embargo, gracias a su heroica resistencia, la mayoría de pueblos indígenas han logrado mantener sus identidades contra viento y marea. Hoy, en el marco del renacer de la América rebelde, se incorporan a las luchas y conquistas populares y al magno ensayo por encontrar nuestro camino como pueblos.

En casi todo el continente se mantienen en pie de lucha, como es el caso del movimiento zapatista en Chiapas (México), las luchas de los y las indígenas en Ecuador y Bolivia y la resistencia Mapuche en Chile. En Venezuela, la Constitución Bolivariana reconoce ampliamente sus derechos como pueblos originarios y reivindica sus aportes a la historia patria. En otras repúblicas, las clases dirigentes se ven obligadas a reconocerlos como pueblos.

En el caso venezolano, rescatamos el coraje de nuestros caciques, que todavía hoy nos siguen inspirando con su ejemplo de entrega y valentía: Guaicaipuro, Tamanaco, Chacao, Baruta, Aramaipuro, Aricabuto, Tiuna, Guaicamacuto, Arichuna, Guaratari, Queipa, Catia, Cayaurima, Chicuramay, Cuaicurian, Conopaima, Sorocaima, Mamacurri, Guarauguta, Manaure, Mara, Maracay, Meregote, Murachi, Naiguata, Paisana, Paramacay, Paramaconi, Pariata, Maiquetia, Terepaima, Yaracuy, Yare, Yavire, Paramaiboa, Pariaguan, Yoraco, Prepocunate.

La resistencia afroamericana

La historia de los afroamericanos y afroamericanas es también la historia de un genocidio y de una resistencia heroica. Luego de ser secuestrado el pueblo en diversos lugares del África Central y obligados a trabajar como esclavos y esclavas, los africanos, africanas y sus descendientes desarrollaron múltiples formas de resistencia frente a la salvaje explotación impuesta por españoles, ingleses, franceses y portugueses. Estas formas de resistencia son denominadas “cimarronaje”, conjunto de acciones que realizaban abierta o encubiertamente para luchar por la libertad.

El cimarronaje logró desarrollar espacios libertarios en distintos puntos geográficos del continente, donde los esclavos liberados y las esclavas liberadas vivían en comunidades libres. En estos enclaves, denominados cumbes, palenques o quilombos, se consolidaron relaciones de ayuda mutua y cooperación al margen de la sociedad esclavista. El más notorio de los quilombos es el Quilombo dos Palmares, al nordeste de Brasil, el cual se mantuvo en rebeldía durante casi cien años. Esta comunidad de hombres y mujeres libres llegó a contar con un sistema integral que incluía ejércitos de defensa, escuelas, producción agrícola y pecuaria, entre otros.

Entre los cumbes que se conocen en Venezuela, podemos nombrar el Ocoyta (Barlovento), liderado por el Negro Miguel; el de Yaracuy, liderado por el Negro Andresote, y el de Cata, en la costa de Aragua. Asimismo, es preciso destacar la extraordinaria lucha que llevó a cabo José Leonardo Chirino, quién logró estructurar un movimiento libertario armado, y desde las serranías de Coro proclamó la necesidad de construir una República de iguales en el año 1795.

A pesar de los esfuerzos de la historia oficial de limitar el alcance de su presencia, la historia de las resistencias y la cultura popular latinoamericana y caribeña están íntimamente ligadas al extraordinario aporte de las comunidades afroamericanas. Hoy, en el marco del proceso revolucionario de democratización de nuestra sociedad, las comunidades afrovenezolanas se incorporan activamente al proceso de construcción de la nación.

El Bolivarianismo revolucionario

Simón Bolívar fue un gran visionario que abandonó una vida acomodada para dedicar su alma entera al gran proyecto de liberar a los pueblos de América del yugo de la dominación imperial. Con sus planes patriotas y su liderazgo político y militar, atrajo a los y a las afrodescendientes, a los mestizos y mestizas, a los llaneros y llaneras a luchar hasta alcanzar la libertad y la igualdad.

La sucesión de batallas y campañas emancipadoras se convirtieron en una gran revolución, que logró poner punto final al dominio de los españoles en casi todo el continente. El proyecto encabezado por Bolívar tuvo su concreción en la fundación de diversas repúblicas donde antes había capitanías y virreinatos. A su vez, sus intentos por unificar los países latinoamericanos tuvieron su máxima expresión en el Congreso Anfictiónico de Panamá.

Sólo las traiciones e intrigas de las oligarquías acabaron con el sueño de consolidar una comunidad americana de repúblicas de iguales. Sin embargo, durante los próximos dos siglos sus luchas inspiraron las luchas y ansias de libertad de los pueblos de América.

Retomamos de nuestro Libertador que la patria es la América toda, y que debemos empeñar todo nuestro esfuerzo en la conformación de una gran nación gloriosa, más por su libertad que por sus riquezas. Hoy, su pensamiento motiva al pueblo venezolano y a los pueblos hermanos hacia la conquista de nuestra segunda independencia.

El cristianismo liberador

La invasión española llegó a nuestras tierras con espada en mano y con la bendición de la Iglesia Católica. Sus funcionarios traicionaron el mensaje liberador de Jesús, bendiciendo el genocidio e imponiendo con sangre y fuego una religión ajena a los pueblos indígenas.

Sin embargo, desde el comienzo de este episodio de nuestra historia, surgieron resistencias en el mismo seno de la Iglesia. Así lo atestigua la labor de denuncia de Fray Bartolomé de las Casas y otros cronistas que siguieron su ejemplo. Con el transcurso del tiempo, la fuerza liberadora del Jesús de los pobres inspiró a hombres y mujeres en muchos lugares de la Patria Grande, que desde las iglesias, parroquias, comunidades de base y grupos clandestinos, dieron sus vidas a favor de las luchas de los pueblos.

Estas luchas de cristianos y cristianas dieron pie al nacimiento del movimiento de la Teología de la Liberación. Se trata de una expresión genuina de la Iglesia popular latinoamericana, que promueve la lectura crítica y liberadora de la Biblia y el compromiso con los y las pobres y con los valores de solidaridad. Con el auxilio de las ciencias sociales, la Teología de la Liberación promovió la concientización y la renovación litúrgica, en procura de la libertad de los pueblos oprimidos.

Este movimiento obligó a las respectivas jerarquías religiosas a ocuparse del tema de la opción por los pobres. Sin embargo, la secular traición de la jerarquía al mensaje del Cristo libertario les llevará a asumir posturas hostiles contra estos nuevos movimientos, que serán tildados de comunistas. A pesar de la persecución, no podrán acallar la voz y las luchas sociales que los cristianos de base asumen en todos los países del continente, a partir del rescate del mensaje del Cristo de los pobres.

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