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Invasion A Manchuria


Enviado por   •  22 de Agosto de 2013  •  8.743 Palabras (35 Páginas)  •  717 Visitas

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La invasión japonesa de Manchuria (1931)

Desde comienzos del siglo XX, Japón era una de las principales potencias del planeta. Basaba su prosperidad económica en una moderna industria y en las exportaciones, especialmente las realizadas a China y Estados Unidos. Su población creció vertiginosamente y su ejército se situó entre los más poderosos del mundo, tal y como se pudo apreciar en la Guerra con Rusiade 1905. Al mismo tiempo, inició una política expansionista que se materializó en la anexión de Corea en 1905 y en las constantes injerencias en la política China.

La Depresión de los Treinta golpeó con fuerza la economía japonesa, ya que sus tradicionales clientes impusieron barreras aduaneras a sus productos. Para los líderes japoneses se convirtió en vital la construcción de un imperio propio desde el que poder controlar el acceso a las materias primas y asegurar un extenso mercado para sus mercancías. Pusieron sus ojos en el norte de China, más concretamente en la región de Manchuria.

Tropas japonesas entrando en la localidad de Shenyang. 18 de septiembre de 1931

En 1931, se produjo un incidente en el que se vio envuelto el ejército japonés que custodiaba el ferrocarril del Sur de Manchuria, de propiedad nipona. Japón acusó a los chinos (divididos en facciones independientes del poder central de Pekín) de volar parte del tramo de dicho ferrocarril. Muchos pensaron que en realidad los responsables del sabotaje habían sido miembros del propio ejército japonés, y que el acto era una mera excusa para anexionarse el territorio chino.

En 1932 Japón, alegando la defensa de sus intereses, y una vez expulsadas las tropas chinas, creó la República de Manchukuo. En realidad no era sino un protectorado intervenido por los nipones a través de un gobierno títere encabezado por el último emperador de China, Puyi, apeado del trono tras la proclamación de la República China en 1912. En 1934 sería nombrado emperador de Manchukuo, hasta que en 1945, tras la derrota japonesa en la II Guerra Mundial, desapareció como estado.

China, impotente para abortar la anexión de Manchuria, elevó una protesta en la Sociedad de Naciones. La respuesta de Japón fue que su acción se justificaba por la situación de anarquía en que se encontraba inmersa China, en legítima defensa de sus intereses. Ante la condena de la Liga de Naciones y el no reconocimiento del nuevo estado, Japón abandonó la organización en 1933.

Soldados chinos combatiendo a los japoneses en Shanghai. 1937

A partir de 1937 Japón acometió la invasión del resto de China, originando la Guerra Chino-Japonesa, que se extendería hasta 1945, ya dentro de la Segunda Guerra Mundial.

La anexión de Manchuria puso de relieve la debilidad e inoperancia de la Sociedad de Naciones. Supuso asimismo un claro precedente del que tomarían buena nota Alemania e Italia en sus anexiones de Austria, ChecoslovaquiaPolonia, y Abisinia.

La conquista de Abisinia (1935-1936)

En la segunda mitad de los años 20, Mussolini comenzó a imaginar la creación de un imperio africano que otorgase a Italia el papel de gran potencia colonial. La propaganda fascista alentaba el deseo de dominio del Mediterráneo a la manera en que lo había hecho la Antigua Roma. Italia ya había conquistado parte de Libia, Eritrea y Somalia, pero lo que hacía especialmente apetecible a Abisinia(Etiopía), era el no estar cubierta por zonas desérticas y ser susceptible de una intensa explotación económica.

Batería italiana. 1936.

El 3 de octubre de 1935, sin previa declaración de guerra, el ejército italiano penetró en Abisinia, contando con la oposición del Reino Unido, la tibieza de Francia y el total apoyo de Alemania. El emperador HaileSelassie intentó infructuosamente oponerse a los invasores.

La Sociedad de Naciones impuso sanciones a Italia en noviembre. Mussolini respondió con la salida de la delegación italiana de dicho organismo. Las sanciones, sin embargo, no llegaron a tener efecto y, de hecho, fueron retiradas el 4 de julio de 1936.

La débil reacción de las potencias democráticas y el apoyo de Alemania animaron al dictador italiano a consumar la conquista del territorio. El moderno ejército motorizado del general Pietro Badoglio destruyó completamente al ejército abisinio. HaileSelassie se vio obligado a abandonar la capital Addis Abeba, que cayó en manos italianas el 5 de mayo de 1936.

Tras la conquista de Abisinia, Mussolini proclamó el nacimiento del Imperio Italiano, del que también formaría parte el Dodecaneso griego (perteneciente al Imperio Turco, y ocupado por Italia en 1912). En 1939 invadió Albania.

La remilitarización alemana de Renania (1936)

Tras su llegada al poder, Hitler, contraviniendo los postulados del Tratado de Versalles, inició la reconstrucción del ejército y la flota alemana. Al principio lo hizo subrepticiamente, más tarde abiertamente.

Adolf Hitler. 1938

La desmilitarización de Renania(territorio situado en la orilla oeste del Rin) constituía uno de los términos del Tratado de Versalles. Incluso había sido ratificada por Alemania en el Tratado de Locarno (1925). Pero la ocupación de ese territorio constituía un elemento clave del irredentismo hitleriano. De modo que el 7 de marzo de 1936, 30.000 soldados alemanes, muchos de ellos montados en bicicleta, irrumpieron en el territorio, entre las aclamaciones de la población local.

Palacio de la Sociedad de Naciones en Ginebra

La Sociedad de Naciones se limitó emitir una condena del hecho, su atención estaba más pendiente de la crisis de Abisinia que acontecía simultáneamente. Francia, la principal interesada en salvaguardar los acuerdos de Versalles, no contó con el respaldo de Reino Unido, parte de cuya opinión aceptó con cierta benevolencia la acción germana. La delicada situación económica francesa, todavía lastrada por la Gran Depresión, indujo a sus principales líderes a evitar un conflicto armado con Alemania.

Hitler por su parte había dado órdenes expresas a los mandos de su ejército de retirarse ante la eventualidad de una intervención francesa. Consideraba al ejército alemán aún no preparado para llevar

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