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LO QUE ESTA EN JUEGO COLOMBIA

catsua713 de Noviembre de 2013

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LO QUE ESTA EN JUEGO EN COLOMBIA

Por William Ospina

Pinturas de Beatriz González, de la serie «Uno sobre quinientos».

|En el siglo XVI, el territorio de lo que hoy es Colombia vivió, como el resto del continente, pero de modo especialmente severo, las|

|guerras del oro. Poderosos ejércitos europeos de ocupación arrebataron a los pueblos nativos todo el oro elaborado de sus |

|santuarios, de sus casas y de sus ornamentos personales, y después sondearon en las venas de la tierra y explotaron mediante el |

|trabajo de los indios y de los esclavos traídos de África, el oro de las minas. Por los mismos tiempos, en Cumaná y en el cabo de la|

|Vela, se vivió la guerra de las perlas, en la cual fueron sacrificados decenas de miles de seres humanos. Estaba esa guerra en su |

|plenitud cuando una región remota del territorio vivió la guerra de la canela: la expedición de Gonzalo Pizarro había remontado |

|violentamente con sus tropas y con miles de siervos indígenas las cumbres nevadas de Quito, buscando unos legendarios bosques de |

|caneleros que no aparecieron jamás. En esos mismos tiempos, el valiente y cruel Pedro de Ursúa libró cuatro guerras feroces: una |

|contra los panches, en el país de montañas azules de Neiva; otra contra los muzos, en el país de las esmeraldas; otra contra los |

|chitareros, en los páramos de Pamplona hasta el cañón del Chicamocha, y otra contra los tayronas, en el país de ciudades de piedra |

|de la Sierra Nevada de Santa Marta. En aquel tiempo estas tierras fueron escenario de algunos episodios centrales de la historia |

|occidental, y epicentro de los grandes mitos de la época: el país del Oro, el país de las Perlas, el país de la Canela, el país del |

|Amazonas. |

| La Colonia fue una época de crueldades y de injusticias, pero no hubo en ella grandes conflictos armados, sino una sola sombra |

|larga: la extenuación de siervos en las encomiendas y de esclavos en minas, campos de algodón y planicies de caña de azúcar. Los |

|choques armados reaparecieron cuando se libró la guerra de Independencia, que enfrentó a los criollos con los españoles. Esa guerra |

|supuso también un reorde-namiento de los mercados, una redistri-bución de las influencias de las grandes metrópolis, y contó con la |

|colaboración eficaz de los franceses y los ingleses, interesados en abrir nuevos horizontes para sus mercaderías. Así, con el |

|discurso de la Revolución Francesa, de la división de los poderes públicos, las nuevas repúblicas inspiradas en el pensamiento de la|

|Ilustración abrieron camino al libre cambio, al comercio de maderas, de quina y de tabaco, a las promesas de la modernidad. Y de |

|allí nacieron otros conflictos: conflictos mercantiles entre artesanos proteccionistas y comerciantes librecambistas; políticos, |

|entre federalistas y centralistas; económicos, entre defensores de la esclavitud y abolicionistas. Entre estos últimos se libraron |

|varias guerras, hasta el triunfo precario, pero significativo, de la abolición. |

| La primera riqueza nacional que no parece haber producido una guerra de inmediato fue el café. Pero ello se debió a que el |

|territorio necesario para esa economía había sido previamente despoblado por la Conquista y abandonado después, hasta comienzos de |

|la República, a las inercias de la naturaleza, hasta que oleadas de colonizadores antioqueños y caucanos del siglo XIX prepararon |

|con hachas y con incendios el terreno donde habrían de ordenarse los cafetales. Con el final del siglo XIX, la guerra de los Mil |

|Días, cuyas causas fueron a la vez la disputa por la tierra y las nuevas pautas de modernización, terminó precipitando el zarpazo |

|imperialista sobre el territorio donde se construiría el más importante canal interoceánico del hemisferio occidental. No había |

|cicatrizado el país de la secesión del istmo de Panamá, cuando empezaron las crueles guerras del caucho, consecuencia de la |

|invención del automóvil y de la desaforada demanda de materia prima para neumáticos por parte de la industria naciente. Vino después|

|la guerra de la industrialización, que se manifestó sobre todo como persecución contra las organizaciones de trabajadores fluviales,|

|contra los sindicatos y contra los trabajadores bananeros, uno de cuyos episodios fue la nunca olvidada masacre de 1928. |

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| A partir de 1940 comenzó una nueva guerra, a la que se ha llamado a secas la Violencia, pero que bien podría llamarse la guerra |

|del café, ya que se centró en los departamentos cafeteros de Colombia, es decir, los que sostenían al país, pues desde hacía casi un|

|siglo el café se había convertido en la principal fuente de ingresos de nuestra sociedad. Esa guerra permitió que una región de |

|minifundios democráticos se convirtiera, al cabo de 20 años, en una región de numerosos latifundios cafeteros, y que las ciudades |

|colombianas crecieran de un modo desmesurado con la población desplazada de los campos. Esa guerra también podría llamarse la guerra|

|contra la pequeña agricultura, sobre la que reposaba la riqueza nacional, o la guerra urbanizadora, o la guerra paralela al proceso |

|de industrialización del país. |

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| Apenas terminaba la violencia que dio origen a nuestras ciudades modernas cuando recomenzó la violencia guerrillera, que |

|ahora unía a las guerras agrarias por la tierra, los conflictos engendrados por la pobreza, la exclusión y el resentimiento, y|

|que tuvo como acicate la guerra estatal contra toda oposición democrática. No hay que olvidar que el Frente Nacional funcionó |

|siempre sobre la base de una periódica suspensión de las garantías constitucionales para la población a través de la coartada |

|despótica del Estado de Sitio; así, la violencia fue utilizada para reprimir el descontento y las demandas democráticas de la |

|población; la violencia era el sustituto de las reformas liberales. También se dio entonces el avance violento de la |

|colonización y de los desplazados sobre los territorios menos explorados del país, sobre la Orinoquia y la Amazonia, y el |

|descubrimiento de nuevas riquezas, con el inevitable presagio de nuevas guerras derivadas de ellas. Así nació la guerra de la |

|marihuana, y gradualmente después la guerra de la coca, que acabaría enfrentando a los grandes traficantes de cocaína con el |

|Estado, al Estado con los pequeños productores de hoja de coca, y a una comunidad pobre, forzada a vender lo que le compran, |

|con un imperio opulento y hastiado que nunca pagó tan bien los frutos del trabajo honesto y abnegado de nuestros campesinos. A|

|esas guerras se han sumado recientemente los conflictos por la biodiversidad, la disputa por territorios que se adivinan ricos|

|en petróleo, y una reviviscencia de las guerras del oro, porque al parecer mucho oro queda todavía en lo que fue por siglos la|

|región más aurífera del continente. Las minas que produjeron el metal en otro tiempo fueron explotadas con recursos |

|artesanales, de modo que todavía sus filones profundos pueden ser desentrañados por la gran tecnología contemporánea. |

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| ¿Quiero decir con este largo catálogo que la nuestra ha sido una historia de guerras? En parte sí, pero también quiero |

|señalar que en nuestra historia cada guerra parece haber correspondido a una riqueza particular: al oro, a las perlas, a las |

|esmeraldas, al café, al caucho, a la marihuana, a la coca. Incluso a veces a riquezas fantásticas como la canela, a riquezas |

|potenciales como el canal interoceánico, a riquezas infames como la esclavitud. Y ello parece también presagiar tristemente |

|que toda nueva riqueza o toda riqueza que responda a nuevas necesidades, podría dar pie entre nosotros a nuevas violencias, a |

|nuevas guerras. Ello nos hace pensar y temer que la biodiversidad, la gran riqueza del futuro, y el santuario de los páramos |

|colombianos, puedan suspender sobre nuestro porvenir la amenaza de las guerras de la biología, de las guerras del agua, cada |

|vez más escasa en el planeta. |

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| Algún funcionario internacional afirmó recientemente que nosotros padecíamos la maldición de la riqueza, es decir, que |

|nuestro mal no es la precariedad sino la abundancia, que nuestra desdicha está en ser ricos. Sin embargo, creo que es |

|necesario mirar el problema más en detalle, para advertir que ese análisis esconde un error de perspectiva. No es posible |

|negar que a cada riqueza nuestra ha correspondido una guerra particular, pero hay que añadir inmediatamente que muchos países |

|poseen riquezas semejantes, y que no todos presentan una sucesión de guerras derivadas de esas riquezas. Para empezar, es |

|bueno advertir que en toda su historia, Estados Unidos, un país rico en oro, en petróleo, en otros metales y minerales, en |

|fauna y flora, en tierras agrícolas y en recursos diversos de la tierra y del mar, sólo ha padecido en su territorio tres |

|grandes guerras: la guerra de exterminio de la población aborigen; la de Independencia, concluida tras ocho años

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