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La Cañada Turismo


Enviado por   •  24 de Octubre de 2012  •  3.523 Palabras (15 Páginas)  •  353 Visitas

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TOPONIMIA

Cuicatlán significa en Mexica “Lugar de cantares, tierra del canto o teatro de cantares”; se forma de las voces CUICA-cantar y TLAN-lugar o tierra de.

Su nombre en lengua Cuicateca es Yabaham que significa “casa de tierra” y se forma de las voces ya-tierra y baham-casa o habitación.

HISTORIA

Reseña Histórica

Los principales pobladores de esta región fueron los indígenas cuicatecos de los que se sabe poco de su historia debido a la destrucción por los españoles de mapas, códices y otros testimonios.

Estudios arqueológicos de la zona han hecho suponer a los especialistas que los ascendientes del grupo fueron emigrantes toltecas que se dispersaron a la caída de Tula en 1064, aunque los primeros habitantes del territorio eran de origen desconocido.

Se sabe que los cuicatecos llegaron a ser un grupo poderoso dividido en señoríos, pero sus vecinos los invadieron y lograron desalojarlos con la ayuda de los mixtecos, los españoles conquistaron la región y los cuicatecos, debido a las vejaciones que sufrían huyeron a las montañas.

¡!! HUAUTLA DE JIMENEZ!!!

La palabra Huautla, proviene del vocablo náhuatl, que en el esplendor del señorío azteca, Cuitlahuac denominará Cuiticaname – Huautlan, que etimológicamente significa “Lugar de Águilas”, de Jiménez: En honor al general Mariano Jiménez, quien fue en 1884 gobernador de Oaxaca y el primer mandatario que pisó tierras mazatecas y le dio la categoría de villa.

Se estima que su fundación se produjo entre los años de 1120 y 1375 por tribus mazatecas.

Durante la época colonial de México, en Huautla se construye la actual iglesia principal, cuya tarea sería el evangelizar a toda la zona.

En 1864, El general Mariano Jiménez visitó la región y en su honor se le asigna el apellido de Jiménez a Huautla, ya que el Pueblo asciende a la categoría de "Villa".

Bella población que se hizo famosa en la década de los años cincuenta por sus hongos alucinógenos. Es casi seguro que los indígenas mazatecos ya los usaran desde tiempos prehispánicos. Su ubicación, en las tierras altas de la Sierra Mazateca, ofrece agradables paisajes propios para la caminata

LAS VELADAS MAZATECAS

Las ceremonias de teonanácatl que tradicionalmente se han venido realizando en algunos poblados de Oaxaca, principalmente en Huahutla de Jiménez, son sesiones que duran toda la noche y que pueden comprender un ritual curativo. Los mazatecos les llaman "veladas" y las efectúan bajo la guía de chamanes o curanderos que cantan durante varias horas mientras aplauden o emiten percusiones al golpear sus manos rítmicamente contra los muslos. Para participar en la velada es necesario estar limpio, esto significa abstenerse de beber alcohol y de tener relaciones sexuales por lo menos cuatro días antes y cuatro días después de la velada. Se cree que los hongos sagrados infligen severos castigos a quienes transgreden esta norma. Las veladas se realizan preferentemente en ayunas, frente a un altar con imágenes de santos iluminados con veladoras. Se quema copal y se entonan diversos cantos y plegarias tendientes a procurar el restablecimiento del enfermo.

Durante el estado de trance producido por los hongos, el curandero obtiene las respuestas necesarias para extirpar el mal, en caso de estar a su alcance. La más famosa chamana mazateca, María Sabina, explicó alguna vez su relación con los hongos en estos términos:

Hay un mundo más allá del nuestro, un mundo lejano cercano e invisible. Ahí vive Dios, viven la muerte y los espíritus y los santos; es un mundo donde todo ha sucedido y todo se sabe. Ese mundo habla, tiene un lenguaje propio. Yo repito lo que me dice. Los hongos sagrados me llevan y me traen al mundo donde todo se sabe. Son ellos, los hongos sagrados, los que hablan en una forma que yo puedo entender. Yo les pregunto y ellos me responden, Cuando regreso del viaje, digo lo que me han dicho, me han mostrado. (31)

LOS HONGOS SAGRADOS DE MARÍA SABINA

La vida de María Sabina (1894-1985) fue bastante dura. Estuvo marcada por la pobreza y una saga de acontecimientos trágicos. Enviudó en dos ocasiones y su tercer esposo la abandonó. Algunos de sus hijos murieron en condiciones violentas y ella misma resultó balaceada al interponerse para salvar la vida de uno de ellos. Dos veces puso una tienda de abarrotes en su natal Huahutla y en ambas ocasiones tuvo que cerrar debido a los retrasos en los pagos de sus clientes. Pero aprendió a sobrepasar cada una de sus pérdidas y logró vivir sin rencores: "cuando veo cruzar en mi camino a aquel borracho que me hirió, lo saludo. Pobre, está descompuesto… es un hombre inservible. Su borrachera lo ha acabado" (7), decía.

La primera vez que comió hongos psilocibos era una niña y lo hizo orillada por el hambre, como ella misma le relató a su biógrafo, en días ordinarios toda su familia comía frijoles, si es que había, o se conformaba con puras tortillas. Un día se fue al monte, encontró unos hongos y se los comió: "No teníamos nada: sólo hambre, sólo frío… Ni siquiera sabía si eran alimento o veneno. Pero sentía que me hablaban. Después de comerlos oí voces. Voces que venían de otro mundo." María Sabina y su hermana María Ana hicieron de aquella ingestión casual una costumbre: "En unas veces el abuelo y en otras mi madre llegaban al monte y nos recogían del suelo, tiradas o arrodilladas. '¿Qué han hecho? preguntaban… Nunca nos regañaron ni nos golpearon por comer hongos, porque ellos sabían que no es bueno regañar a una persona que los ha tomado, ya que se le pueden provocar sentimientos encontrados y es posible que sienta que enloquece". Tiempo después supo que los hongos "eran como Dios":

Que daban sabiduría, que curaban las enfermedades y que nuestra gente hacía muchísimos años que los tomaban… Años más tarde, cuando quedé viuda por segunda vez, me entregué para siempre a la sabiduría, para curar las enfermedades de la gente y para yo estar siempre cerca de Dios… En verdad yo nací con mi destino. Ser sabia… Y nunca fui a la escuela donde pudiera aprender a leer, a escribir o a hablar castellano. Mis padres únicamente hablaron la lengua mazateca. Nunca aprendí otra lengua. Además no sabía qué era la escuela, ni sabía si existía; y si la hubiera habido yo no habría ido, porque no había tiempo.

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