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La Educación En El México Prehispánico

Dracov30 de Marzo de 2014

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La educación del México Prehispánico, básicamente estaba dividida en dos tipos:

La educación no formal, y la formal. 

La educación no formal se llevaba a cabo durante los primeros años de vida de los niños, estaba a cargo mayormente de sus padres y tenía como propósito iniciar al niño en las técnicas y obligaciones de la vida.

Se caracterizó mucho por todos los discursos solemnes que se daban a los hijos y como estos los guiaban. En la educación de los nahuas, había mucha reverencia a los ancianos y se les inculcaba mucho la educación moral es decir, el huehuetlatolli, la palabra de los ancianos. Su misión era hacer que los educandos tomaran un rostro, lo desarrollaran, lo conocieran y lo hicieran sabio, e hicieran fuertes sus corazones. Les daban consejos de cómo vivir, de cómo obedecer a las personas, y como se entregaran a lo recto. Si desobedecían o eran deshonestos se les reprimía severamente con algunos castigos como golpeándolos con púas de maguey y asfixiándolos con humo de chile.

Según Mendieta, se basaban en el séptimo libro de los políticos el cual contenía documentos que debían tomar los que tenían a su cargo la crianza de niños.

Entre los consejos que se daban eran: que pusieran a los niños recién nacidos al frio, pues eso los iba hacer mas fuertes; que hasta la edad de 5 o 6 años los acostumbraran a trabajos livianos para que evitaran la pereza y la ociosidad; y que no les permitieran ver actos torpes o ni escuchar platicas o palabras feas para que no se les hiciera costumbre usarlas.

También les daban diversas pláticas o exhortaciones de padre a hijo, del indio a su hijo ya casado y de madre a su hija. Básicamente estas pláticas eran sobre cómo debían de comportarse según su sexo, que papel debían asumir, para inculcarles valores, y en general, consejos sobre cómo sobrellevar la vida.

Por otra parte en la educación formal los niños tenían que asistir a escuelas. En ese tiempo la escuela no solo era un centro de educación, si no que eran especies de templos, e instituciones religiosas que tenían el fin de preparar a sus jóvenes para el desempeño en la vida adulta.

Asistían aproximadamente a la edad de 10 y 12 años.

Los varones tenían que asistir a dos escuelas después de su educación no formal, la primera era el Calmecac. A esta escuela solo asistía la gente noble, entre ellos los hijos de sacerdotes que tenían que educarse para posteriormente seguir los pasos de su padre.

Esta escuela se caracterizaba por tener mucha disciplina y la rigidez era extrema, a los jóvenes no se les permitía abandonar el templo, tenían voto de castidad absoluto, no se les admitía tener ningún amorío y en cualquier infracción cometida, se les castigaba muy duramente o se les expulsaba. Se les enseñaban cantares divinos, la interpretación de códices, conocimientos calendáricos, algo de historia y tradiciones, algunos oficios prestigiosos y las artes de la guerra. Asimismo también realizaban algunas labores como recoger leña y barrer. Algunos de sus castigos por faltar a su voto de castidad eran ser pulsados con espinas de maguey, la exposición al humo de chile y los azotes; a los lujuriosos se les quemaba el cabello hasta la raíz y eran expulsados con deshonor.

A la escuela Tepochcalli asistían los plebeyos, ellos tenían más libertad, podían abandonar el templo y pasar tiempo en sus casas y gozar de aventuras amorosas. Se les instruía en quehaceres cotidianos, a comportarse y se les enseñaba cantos y danzas y cumplían sus deberes labrando tierras de la escuela o en la construcción de obras públicas, Lo más importante en su educación era la guerra, a ellos se les preparaba para ella e iban al campo de batalla para familiarizarse con las actividades bélicas.

La educación para mujeres estaba mayormente en la casa, eran educadas por sus madres para realizar las tareas del hogar, sembraban, criaban aves, animales domésticos para obtener sus productos y a veces los vendían, también tejían ropas galanas con la costumbre de ayudarse unas a otras a hilar.

Les castigaban sus faltas con pellizcones en las orejas y brazos y si eran deshonestas las aporreaban y untaban pimienta.

Las niñas que eran prometidas para el telpochpan (que era la zona para mujeres) vivían con sus padres hasta estar en edad de entrar al templo; donde estaban como servidoras y se les inculcaba la castidad. En este templo permanecían en encierro hasta el momento del matrimonio. Solo las nobles podían emprender en este monasterio y ser sacerdotisas. 

Los varones eran los que tenían más oportunidad de poder estudiar y aprender sobre diversas cuestiones. A todos, fueran nobles o plebeyos se les promovía el aprendizaje de bailes y cantos sacros y bélicos así mismo las artes de la guerra, aunque con la diferencia en esta última que en la escuela Tepochcalli era más marcada. Para entrar a alguna de las dos escuelas los padres tenían que realizar ciertas encomiendas para que sus hijos fueran aceptados.

Por otra parte, también es notable que las mujeres no gozaban de muchos privilegios a comparación de los hombres en cuanto a educación se refiere, ellas solo tenían que aprender a obedecer, a ser honestas, trabajadoras, limpias en su persona, serviciales, bien habladas, y sobre todo buenas esposas.

La crianza de los niños y jóvenes era muy estricta. Casi no había libertad para establecer convicciones y principios propios. Todos, tanto hombres como mujeres tenían que seguir todos los consejos y reglas que se establecían puesto que si no, en cualquier falta que se cometiera, había muy rigurosos castigos.

Se tenía que reverenciar, obedecer y darle ventaja a los mayores en todo, aun y no estuvieran de acuerdo con hacerlo y si se les contestaba mal o se portaban mal con ellos, se les debía pedir disculpas sin importar cuán humillante fuera para la persona. 

Podemos ver hoy en día, a comparación de nuestros antepasados, que algunas cosas con respecto a la educación se han ido cambiando o perfeccionando. Ahora la mujer cuenta con el mismo derecho de estudiar cualquier profesión que el hombre.

Ambos, hombre y mujer pueden decidir más ampliamente qué camino tomar para sus vidas, tenemos la libertad de establecer nuestras propias convicciones, ideologías, creencias y principios sabiendo que los demás tienen que respetarlas. Mas a pesar de muchos cambios que ha habido en nuestras formas de vida aun hay influencia de nuestros antepasados. Tanto en terrenos de la educación, como en los ajenos a ella. 

La educación prehispánica y la actual primordialmente se enfocan al mismo objetivo: ambas buscan prepararnos para sobrellevar la vida por un camino recto. Llenarnos de conocimientos que nos servirán para lidiar con los problemas y obstáculos que encontremos en nuestra vida cotidiana, y sobre todo inculcarnos y reforzar entre nosotros los valores y eliminar los malos hábitos, los vicios, a ser agradecidos, a trabajar por nosotros mismos dejando a un lado la pereza, como muchos otros consejos más que se otorgaban durante la educación no formal que sin duda alguna aun prevalecen en nuestro presente, nos hacen mejores personas y son fundamentales y sumamente importantes tanto en el aspecto personal como para el social, permitiéndonos ser componentes de una sociedad llena de diversidad, que aunque esté integrada por diversas culturas con sus propios fundamentos e ideologías que hacen al ser humano único, predomine el respeto y el sentido común para así con esto vivir en considerable armonía, adquiriendo con esto una mejor educación y calidad de vida.

“El Calmecac” (lugar de la hilera de casas).

Era la destinada a la nobleza, aunque no en forma exclusiva. Había siete Calmecac en toda la ciudad. 

En materia religiosa era fundamental el manejo de los cómputos calendáricos. 

Para el niño noble la vida era muy dura;en primer lugar, al menos en el plan normativo e ideal, tanto la muchacha como el joven nobles eran castos. Los jóvenes y las doncellas nobles vivian encerrados en sus escuelas, sometidos a una estricta vigilancia.

La diferencia en el trato iría a ser un argumento más que los nobles esgrimirían para ejercer las actividades directrices de la sociedad.

“Tepolchcalli” (casa de jóvenes).

Educación:

Era la escuela a la que iban casi todos los plebeyos. Siendo muy numerosos los tepolchacallis dicen que había diez o quince en el barrio.

El niño plebeyo, al tener que auxiliar a su familia en las actividades económicas, tenía más facilidad de entrar y salir del templo-escuela.

Trabajo:

Aunque la educación religiosa era muy importante, se hacía hincapié en el trabajo y en las actividades militares.

Al entrar el niño al Telpochcalli le ordenaban barrer, encender el fuego. Y luego hacían que empezara la penitencia. Y ya cuando es jovencito lo llevan al bosque, lo hacen cargar a la espalda los llamados troncos cilíndricos.

Vida diaria:

Los niños desde edad temprana, participan en los combates. Eran los encargados de cargar el matalotaje de los guerreros. Con frecuencia un militar, le servía de instructor en el campo de batalla.

conclusión:

Las

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