La Enseñanza Entre Los Mexicas
gpelipe19 de Abril de 2015
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La enseñanza escolar entre los mexicas.
Aunque en la actualidad se cuenta con muy poca información es imposible creer que nuestras sociedades antiguas no contaban con instituciones educativas.
Uno de los pocos registros que existen y que tenemos hoy en día, son los que nos proporcionan algo de información de las escuelas de los mexicas.
Las escuelas no eran simplemente centros de educación, como ahora las concebimos. Entre los mexicas las escuelas eran fundamentalmente especies de templos, instituciones de carácter religioso que concentraban a los niños y jóvenes para el servicio, a las que los menores iban a trabajar y a educarse. La función principal de las escuelas era el culto a los dioses. El culto incluía ejercicios muy sociales: se imaginaba que los dioses vivían no solo en el cielo y en el inframundo, sino también sobre la tierra, por lo que los servicios eran en buena parte los de cuidado, conservación y mantenimiento de los templos; la devoción individual comprendía las relaciones con los semejantes y el respeto a sí mismo; el trabajo y el ejercicio de las armas obedecían a los fines estatales.
El culto a los dioses iba ligado al trabajo, un trabajo en el que se instruía al ser humano, con discursos elaborados, a partir del nacimiento y hasta el momento en que el cadáver era despedido de los suyos en los ritos mortuorios, entendiéndose que, para los mexicas, el alma del niño y el cuerpo del difunto estaban capacitados para escuchar y atender lo que se les decía en aquellas floridas piezas de oratoria.
Los dioses señalaron a la vieja, como atributos, el hilado, el tejido y el manejo de los granos de maíz para curar y para adivinar, mientras que al viejo, el cultivo de la tierra. Así y bajo este arquetipo, concebían el trabajo como algo propio de su naturaleza. Para los mexicas las actividades laborales continuaban en el más allá, aunque una muerte gloriosa los enviara al cielo del sol o al paraíso acuático.
La concepción de la existencia humana ligada al trabajo daba ese sentido primordial de servicio a toda institución escolar.
Existían varias clases de escuela:
- Calmécac (lugar de la hilera de casas); era la escuela destinada a la nobleza, aunque no en forma exclusiva. Había siete Calmécac en toda la ciudad.
- Telpochcalli (casa de jóvenes); era la escuela a la que iban casi todos los plebeyos. Este tipo de escuela era muy numerosa, pues se dice que existían diez o quince en cada barrio.
- Ichpochcalli (casa de doncellas).
- Cuicacalli (casa del canto); a esta escuela asistían los alumnos diariamente a recibir instrucciones de canto y danza. El canto y la danza eran considerados formas muy elevadas de culto religioso, y el canto, una vía de transmisión del conocimiento, sobre todo el histórico. Aquí también se introducía al individuo al trabajo comunal.
La particularidad de las escuelas mexicas era su universalidad. No había un solo niño que no tuviera la obligación de ir a la escuela.
Se creía que todo recién nacido que no era llevado al templo-escuela estaba en grave peligro de perder la vida, pues carecía de la protección del dios tutelar. Era una especie de “inscripción” religiosa.
El escolar encontraba en el templo una organización jerárquica. Había escritas reglas de ascenso que permitían a los más dedicados ir alcanzando sitios que los iniciaban a una vida adulta también jerarquizada. Salían a la edad del matrimonio. La forma normal de dejar la escuela era la solicitud del permiso para casarse. En el ritual de salida se repetía el modelo de la dedicación a la escuela, se dejaba como prenda un hacha de piedra y se creía que en esta quedaba una parte de una de las almas del antiguo alumno, señal que aunque casado e independiente, el hombre continuaba espiritualmente,
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