La Identidad

La identidad y su construcción a través de la comunicación interpersonal. Por ATC

Las personas, dentro del mundo social, podemos situarnos en dos posiciones, una como observadores y otra como actores, de este modo como observadores tratamos de saber cómo es la persona que tenemos delante, que piensa y siente teniendo en cuenta su apariencia, sus gestos y palabras. Como actores somos conscientes de que la otra persona es observadora y tratamos de comunicarles lo que pensamos y sentimos aunque somos conscientes de que podemos controlar la apariencia que mostramos, crear una impresión deseada. Sabemos que existe una reciprocidad en este proceso en la cual la presencia de otra persona ya influye en nuestro comportamiento y en cómo podemos ser tratados. Esto influye en el intento de obtener una aceptación por parte del receptor o cómo queremos mostrarnos, una de las principales situaciones donde nos sometemos a juicio es en la primera impresión, en el primer encuentro entre dos personas donde se analiza al otro y se trata de identificar la identidad del otro de forma verbal y no verbal, de esta primera impresión dependerá la visión que tengan de nosotros, ya que tenderá a influir en el pensamiento que se tenga de nosotros, aunque sobre esta impresión también destaca el contexto en el que nos encontremos, el cual tendrá una notable influencia en la impresión que demos. En muchas ocasiones se tiende a interpretar nosotros mismos un personaje en la búsqueda de una aceptación, reconocimiento, justificación o cualquier interés que tengamos para lograr una impresión conveniente.

La primera impresión hace que las personas vean lo que quieren ver y no ven más allá de la primera impresión. De este modo para Cooley en el resto de personas de nuestro entorno vemos nuestro espejo, este es la interpretación que hacemos del resto respecto a nosotros, esa imagen que nos devuelven las personas sobre nosotros mismos, en este caso hay que ponerse en la situación del otro. Hay que destacar que para evitar errores en la primera impresión que podemos hacer de alguien hay que recurrir a esta empatía, ponernos en la situación de la otra persona.

Para Goffman la identidad se forma mediante la interpretación de papeles o roles, en una negociación social a lo largo de un tiempo que finalmente conforma nuestra identidad, que no es más que un tipo de relación. Ante los demás actuamos como actores (preparando nuestra actuación) para proyectar una impresión sobre los demás de nuestro personaje. Relacionado con esto podemos encontrar la esfera pública, la cual para Víctor Sampedro tiene dos dimensiones, la privada (patio) y la pública (fachada), como si de una casa se tratara, nos encontramos los patios traseros (privada) donde se guardan los secretos o trapos sucios y donde existe una confidencialidad con quienes dejamos pasar (gente cercana o de confianza), pero también nos encontramos con la fachada donde nos encontraremos una censura, corremos las cortinas para que no se vea el interior de la casa pero mediante la fachada la casa se muestra ante el exterior, ante todos.

La conversación es el modo para mostrarnos o identificar a la persona y como en el ejemplo de la esfera pública teniendo en cuenta unos objetivos propios tiende a manipular la impresión producida tergiversando la realidad para tratar de aparentar o manejar la impresión que causa. Las personas pueden realizar una autopresentación presentándose de distinta forma ante distintas personas según convenga y según la persona se puede tener una capacidad para controlar esta autopresentación: la autosupervisión. Mead distingue entre el yo y el mi. El yo se debe a la sociedad, a causa de una herencia social y cultural. El mi es una reacción ante la actitud de la comunidad a causa de elementos nuevos que producen reajustes, modificaciones o cambios en la persona. Para Mead la identidad surge

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