La Independencia Del Paraguay
bruu16 de Mayo de 2014
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Independencia del Paraguay
Casa de la Independencia.
La independencia del Paraguay fue el proceso histórico por el cual la actual República del Paraguay se independizó de España, su metrópoli colonial, al tiempo que rechazaba también incorporarse al estado denominado Provincias Unidas del Río de la Plata (del mismo modo que a su sucesor, la Confederación Argentina), que pretendía ejercer soberanía sobre todos los dominios del extinto virreinato del Río de la Plata, incluida la intendencia del Paraguay.
No existe consenso entre los historiadores acerca de las fechas que definen los límites de dicho proceso independentista. No obstante, se admite generalmente que a partir de la revolución de mayo de 1811 y en adelante, el Paraguay se administró a sí mismo sin subordinación a gobiernos exteriores.nota 1
Índice [ocultar]
1 Antecedentes
2 La Provincia del Paraguay y la Junta de Buenos Aires
2.1 Misión del coronel Espínola y Peña
2.2 Congreso del 24 de julio de 1810
2.3 Ultimátum y ruptura con la Junta de Buenos Aires
2.4 Preparativos militares en el Paraguay
2.5 Expedición de Belgrano
2.6 Conferencias de Belgrano con jefes paraguayos
2.7 Velasco pide ayuda a los portugueses
2.8 Ocupación de Corrientes
3 El Paraguay prepara su propia revolución
3.1 Medidas preventivas y represivas del gobernador Velasco
3.2 Vísperas de la Revolución
4 Revolución del 14 de mayo
4.1 Gobierno de Velasco y sus consocios
5 El Congreso de 1811 y la Junta de Gobierno
5.1 Convenio entre las juntas de Asunción y Buenos Aires
5.2 El Doctor Francia y la Junta
6 El Congreso de 1813 y el Consulado
6.1 Congreso de 1813
6.2 Controversias sobre Reglamento de Gobierno de 1813
6.3 Consulado
7 Dictadura de Gaspar Rodríguez de Francia
8 El Acta de la Independencia Paraguaya
8.1 Reconocimiento de la Independencia
9 Notas
10 Fuentes
10.1 Referencias
10.2 Bibliografía citada
11 Véase también
Antecedentes[editar]
Mapa del Paraguay (1812).
La ciudad de Asunción del Paraguay fue la primera capital de la gobernación del Río de la Plata; desde allí partieron las expediciones que fundaron las demás ciudades de la misma, entre ellas Buenos Aires. Eso le valió, entre los historiadores, el calificativo de «madre de ciudades».1
La revolución comunera del Paraguay, ocurrida entre 1717 y 1735, inició un proceso de pérdida del favor real para esa provincia,1 2 proceso que fue continuado con la preponderancia del gobernador de Buenos Aires en las guerras guaraníticas,3 y con el encargo real del rey español al gobernador de Buenos Aires Francisco de Paula Bucarelli de dirigir la expulsión de los jesuitas no solamente de su jurisdicción, sino también de las gobernaciones vecinas.4 El proceso culminó en el año 1776, con la creación del virreinato del Río de la Plata, con capital en Buenos Aires. La provincia del Paraguay, transformada en intendencia en 1782, fue incorporada al nuevo virreinato.5 6
La división de la gobernación en dos, quedando Buenos Aires como capital de la gobernación del Río de la Plata y Asunción como capital de la gobernación del Paraguay, no alteró durante mucho tiempo la primacía del Paraguay en la cuenca del Plata. En primer lugar, primacía poblacional: hasta la segunda mitad del siglo XVIII, la población de Buenos Aires fue menor que la de Asunción, y no fue hasta bien entrado el siglo XIX que la jurisdicción de Buenos Aires superó en población a la del Paraguay.1 7
En general se supone que los paraguayos solamente toleraron la nueva situación, que los ponía manifiestamente en inferioridad de condiciones respecto a la ciudad que había sido fundada por asuncenos y gobernada desde Asunción.8 Se generó entre la población paraguaya un resentimiento contra Buenos Aires, que se mantuvo oculto hasta el final del período colonial. Incluso la decisión de deponer al virrey Sobremonte, tomada exclusivamente por los estamentos porteños en 1807, fue aceptada sin reclamación alguna en el Paraguay, y esta intendencia participó en la defensa contra las Invasiones Inglesas con una fuerza de 534 hombres, comandados por el coronel de milicias José de Espínola y Peña.1
La oposición del Paraguay a la influencia porteña se debía también a factores económicos. Durante y después de las invasiones inglesas, los comerciantes porteños se beneficiaron de un libre comercio que no modificó la situación desfavorable que el Alto Plata mantenía con ellos. A esto se agregó que:
"La mayor influencia de los comerciantes porteños sobre las autoridades coloniales en comparación con sus colegas del Alto Plata generó en las distintas áreas que componían dicha región (Paraguay, las provincias del Litoral, sur del Brasil) un profundo sentimiento de suspicacia y recelo hacia la poderosa ciudad-puerto."
(Cisneros y Escudé, 1998, p. 118 vol. 2)
La Provincia del Paraguay y la Junta de Buenos Aires[editar]
A raíz de la delicada situación española en la península ibérica, que luchaba contra las tropas de Napoleón Bonaparte, el 25 de mayo de 1810 fue depuesto en Buenos Aires el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, hecho conocido como Revolución de Mayo. En su lugar asumió el mando una Junta Provisional de Gobierno, que aspiraba a gobernar el virreinato del Río de la Plata en nombre del rey Fernando VII hasta que se aclarase la situación en la península ibérica.
El movimiento había sido realizado exclusivamente en la capital del virreinato, sin consulta previa alguna con las demás ciudades e intendencias del mismo. Por ello la junta y el Cabildo de Buenos Aires dirigieron comunicaciones a las demás ciudades, villas y autoridades del virreinato, expresando sus motivos para asumir el gobierno y solicitando su reconocimiento y acatamiento. También se pedía el envío de diputados para la formación de un gobierno representativo.9
Misión del coronel Espínola y Peña[editar]
Artículo principal: José de Espínola y Peña
Véase también: Rechazo del Paraguay a la Junta de Buenos Aires
Las comunicaciones de la junta y del cabildo, fechadas respectivamente el 27 y 29 de mayo, fueron llevadas a Asunción por el coronel José de Espínola y Peña:
"V.S. conoce muy bien los males que son consiguientes a una desunión, que abriendo la puerta, a consideraciones dirigidas por el interés momentáneo de cada pueblo, produzca al fin, una recíproca debilidad que haga inevitable la ruina de todos, y ésta debería esperarse más de cerca, si la potencia vecina que acecha, pudiese calcular sobre la disolución de la unidad de estas provincias."
Circular de la Junta Provisional Gubernativa
La elección del emisario no pudo ser peor. Espínola era conocido y odiado en el Paraguay por su anterior gestión "despótica". Había sido destituido dos veces por Velasco, y el Cabildo de Asunción había enviado pocos meses antes una "representación" al Virrey para que no lo volviera a restituir en su cargo. Al pasar por Pilar rumbo a Asunción exigió al Cabildo su adhesión a la Junta pasando por sobre la autoridad del gobernador. Al llegar a Asunción corrió el rumor que venía a reemplazar a Velasco y a reclutar soldados con destino a Buenos Aires. Velasco le ordenó que subiera a Concepción hasta tanto se decidiera qué política seguir con la Junta pero Espínola huyó hacia Buenos Aires. Espínola logró convencer a la Junta de que enviando una pequeña fuerza militar podía lograrse la adhesión de la provincia ya que la mayoría apoyaba la unión con Buenos Aires. Con el fracaso de este primer intento de la Junta, la posición de Velasco y el grupo españolista de Asunción se fortaleció políticamente antes de la reunión de la junta general del 24 de julio de 1810.
Congreso del 24 de julio de 1810[editar]
Véase también: Rechazo del Paraguay a la Junta de Buenos Aires
El 28 de junio de 1810, acatando el dictamen del Cabildo, el gobernador Velasco, en su calidad de "Gobernador Militar y Político e Intendente de la Provincia del Paraguay y treinta Pueblos de Misiones de Indios Guaraníes, y Tapes del Uruguay, Paraná, Campañas Adyacentes" convocó a una asamblea que finalmente se inició el 24 de julio para:
"(...) proceder con la madurez y circunspeccion debida al reconocimto de la Junta Provisional Gubernativa instalada en Buenos Aires a consecuencia de la abdicacion del mando hecho por (...) Baltasar Hidalgo de Cisneros, y elección de Diputado que debe pasar á aquella Capital como Representante de esta Provincia para tratar del gobierno que en nombre de (...) Fernando VII deba establecerse mientras duren las actuales circunstancias...".
Gobernador Velasco. Convocatoria Junta general en (Ashwell, 1999, p. 203-4)
El 17 de julio el gobernador y el Cabildo informaron a la Junta de Buenos Aires que habían decidido realizar una asamblea de toda la provincia el 24 de julio de 1810 para resolver sobre la cuestión. Una información similar fue cursada el mismo día a la Real Audiencia de Buenos Aires. El 24 de julio se reunió, en el Real Colegio de San Carlos, bajo la presidencia de Velasco, un congreso de 225 funcionarios y vecinos influyentes de toda la provincia. El congreso resolvió por aclamación no adherir a la Junta de Buenos Aires, aunque sí mantener relaciones fraternales
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