La Invención del Normalismo

La invención del Normalismo

A partir dela segunda mitad del siglo XVIII, las escuelas normales se expandieron dentro del imperio austrohúngaro. La primera vez que se utilizó la expresión escuela normal habría sido en 1763. El surgimiento de las escuelas normales estuvo asociado con la educación nacional y la formación ciudadana. A su vez el normalismo surgió en Europa con el propósito de crear un hombre nuevo en base a una educación radicalmente diferente.

Ya en 1811 se establecieron las bases de un modelo de escuela normal el cual años más tarde se aplicaría en América. Punto principal fue la incidencia que tuvieron las docentes que Sarmiento trajo de Norteamérica.

El normalismo se forjo como una tradición pedagógica apuntando a la modernización estatal argentina. De esta manera se constituyó bajo el ímpetu modernizador capitalista que instalo un imaginario de irreversibilidad del progreso. Por lo que los maestros y maestras normales fueron interpelados como funcionarios del estado nacional.

Postales del Paraná

El rio Paraná fue un espacio real y simbólico de fuerte significatividad en la historia argentina, por ello es de considerable trascendencia el establecimiento de la primera escuela normal sobre sus márgenes.

La muestra de una bandera argentina flameante en su primera escuela normal se constituyó en un emblema significativo para los tiempos transcurridos, una bisagra de un tiempo moderno con el propósito de construir la legitimidad que el nuevo orden nacional exigía. Por ello a través de la educación se podría gestar y garantizar un nuevo orden social, pero sin la necesidad de las armas.

Por su parte Sarmiento creía que las escuelas normales debían establecerse en pequeñas ciudades para que los docentes formados no se dedicaran después a tareas más lucrativas o decidieran continuar sus estudios en las universidades, se buscaba que continuaran con sus labores en el magisterio.

A fines de 1889, el presidente Sarmiento logro la sanción de la ley que autorizaba la creación de las escuelas normales nacionales, ya en 1870 se decretó la creación de la escuela Normal del Paraná. Los inicios de la escuela Normal estuvieron marcados por un contexto político complejo. En la etapa inaugural el gobierno dispuso de 70 becas para estudiantes de colegios nacionales del interior que quisieran convertirse en maestros. Sin embargo, se debían cumplir algunos requisitos relevantes para ser aspirantes.

Los primeros años de la Escuela Normal del Paraná transcurrieron bajo la dirección de George Stearns, un estadounidense que fue recomendado por Sarmiento. El mayor desafío del norteamericano fue la de organizar y dar continuidad a la escuela que se acababa de crear.

José María Torres fue el segundo director de la Escuela Normal del Paraná y su gestión marcó un cambio de orientación de la institución. Consolidación institucional fue el punto clave de su gestión, además de solicitar la autorización al gobierno para la incorporación de alumnas.

Torres concebía al docente como una pieza clave en la construcción y reproducción del orden estatal, a su vez la función del maestro era moralizadora, por lo que se exigía un comportamiento ejemplar y la absoluta disciplina de sus pasiones.

Torres: “enseñar es moraliza, pero no mediante una moralidad abstracta, el maestro debe conducir a sus discípulos a que deduzcan de los hechos las reglas morales que los hechos mismos contienen; como el fruto contiene a la semilla”.

En una segunda etapa el filósofo Scalabrini adhirió a una educación progresiva que en los primeros años se iniciaba en el plano afectivo y que conforme, maduraba el sujeto, viraba hacia una educación claramente científica. Además, consideraba que la pedagogía debía promover el aprendizaje a partir de la observación y del conocimiento concreto de la naturaleza. El maestro era un orientador que acompañaba el desarrollo de la autonomía de los alumnos y por lo tanto podía permanecer callado durante todo el desarrollo de la clase, allanando el camino para que sus alumnos tomaran la palabra.

En conclusión, la importancia de la Escuela Normal en el Paraná fue la de generar la impronta que el normalismo transmitió mediante una ideología pedagógica homogénea.

La producción de nuevos subjetividades: mujeres maestras.

Con el avance del normalismo y la necesidad de expandir la educación se plantearon cambios en la condición femenina. La docencia se fue convirtiendo no solo en un trabajo para mujeres, sino de mujeres. De esta manera la docencia permitió la posibilidad de un ascenso social y de ingreso al espacio público.

El ingreso de las mujeres a la docencia se justificó desde algunas representaciones tradicionales del imaginario masculino, que vinculaba a las mujeres con la maternidad y a ésta con la docencia. No obstante, se las consideraba trabajadoras baratas, acentuando de esta manera el poder masculino sobre las mujeres que se desempeñaban como maestras.

El ingreso a la docencia de las mujeres abrió una grieta, un doble proceso la feminilizacion es decir su crecimiento cuantitativo y la feminización transformaciones cuantitativas respecto de la condición femenina asociada al valor de la ocupación laboral.

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