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La Lengua


Enviado por   •  25 de Febrero de 2014  •  2.243 Palabras (9 Páginas)  •  228 Visitas

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LA LENGUA

Personajes:

 Rey

 General

 Esopo

 Príncipe

 Narradora

Narradora: Había una vez un rey que hiso una apuesta con un general en donde trataba en tomar todo el agua del mar para ver quién era el mejor y capaz de cumplir el reto.

Rey: Es un grato honor tenerlo como huésped de esta casa, salud.

General: Gracias majestad, vuestras palabras me llenan de orgullo, salud.

Rey: Vuestra patria según dicen, es muy hermosa, ojala algún día la pueda conocer.

General: Lo estaremos esperando, ojala se anime pronto. Salud.

Narradora: Mientras tanto el rey y el general siguieron bebiendo frecuentemente.

General: Bebo majestad por la unión y la grandeza de nuestras naciones.

Rey: Así como el vino alegra el espíritu y el corazón, también es conveniente alegrar el estómago, para ellos nada mejor que deleitarse con los manjares preparados por las maravillosas manos de Esopo.

General: Ya era tiempo, ah, ¿a quién llama maravilloso Esopo?

Rey: A un gran esclavo.

General: ¿Un esclavo?

Rey: Un esclavo que debió ser rey, salud.

General: ¿Un esclavo rey? Es peligroso ponderar demasiado a los pequeños majestad, después nos dan la puñalada por la espalda, así son.

Rey: Esopo es diferente, de no ser esclavo, lo habría nombrado ministro y hasta se hubiese casado con la bella Briseida.

Narradora: El rey y el general seguían hablando de Esopo mientras bebían.

General: ¿Con la princesa? Esta delirando majestad, no creo que haya en el mundo esclavo capaz de merecer tanto aprecio de su rey.

Rey: Esopo es un esclavo genio, por eso merece un trato especial. Ud. No lo conoce.

Narradora: Entonces el rey llamo a Esopo con una palmada, era un esclavo con dificultades en caminar, y le dijo:

Esopo: ¿Llamabais majestad?

Rey: Esopo, a tan ilustre visitante, quiero ofrecer en esta oportunidad el manjar más esquicito de mi reino, debe ser el mejor, más aun si es preparado por tus prodigiosas manos.

Esopo: Me halagáis majestad, vuestros deseos serán satisfechos, permiso.

Narradora: Luego de eso Esopo se retiró a preparar el banquete; mientras ellos seguían conversando y bebiendo feliz de la vida.

General: De modo que este esclavo viejo, feo y tullido es el gran Esopo, encanto de reyes, princesas y doncellas. Alteza, tiene que tener más cuidado. Estos hombres con el fin de alcanzar sus propósitos son capaces de todo.

Narradora: De pronto el general hablaba en sí mismo.

General: Parece que el rey lo tiene embrujado, la cara lo dice todo…

Narradora: Pero de pronto, en voz alta menciona el general.

General: Majestad, no olvide, cuídese de estas gentes.

Rey: Más temo a los nobles que me rodean como moscas, que a los esclavos, salud.

Narradora: Mientras ellos bebían, Esopo entro con una fuente y mención:

Esopo: Estoy de vuelta majestad.

Rey: Que has preparado divino esclavo.

Esopo: Lenguas, majestad.

Rey: ¿Lenguas, crees que la lengua es el manjar más delicioso de mi reino?

Esopo: Si majestad.

Rey: Antes que mi ira estalle explícame Esopo. Por qué crees que la lengua es el manjar más delicioso, digno de un rey y de un ilustre visitante.

Narradora: También el general menciono unas palabras dentro de la conversación que tenía el rey con Esopo.

General: En mi país la lengua se arroja para los perros.

Esopo: La lenguas es digno de un rey y de los dioses del olimpo, porque es el más precioso órgano que dios doto a los hambres de la tierra, gracias a ella la civilización y la cultura han alcanzado niveles tan altos y tan dignos. ¿Cuántas audaces empresas, proezas, aventuras; cuantos hechos históricos han tenido su origen en la lengua? Cuantos hombres dignos han hecho brillar la luz del conocimiento a través de la lengua. En fin, ¿cuantos héroes, cuántos trabajadores han legado a la humanidad el fruto de sus desvelos través de la lengua? Por eso majestad a tan ilustre visitante, según vuestro pedido, he querido honrar con el manjar más delicioso de la tierra.

Rey: Quien puede discutir al divino Esopo, y para no ser menos quiero decir que tu lengua es la más lucida de todos los hombres.

Narradora: Entonces el rey acepto lo que dijo Esopo. Ya mareado el general menciono unos halagos a Esopo.

General: Este esclavo es muy inteligente, no podemos negar. Sin embargo, no es bueno que los esclavos sean muy inteligentes.

Rey: Olvidemos a los esclavos, comer y beber que la vida se ha hecho para gozarla.

Narradora: Mientras los dos comían, el general menciono comiendo:

General: Jamás comí lenguas, ahora que he probado, veo que el esclavo tiene razón. No está mal.

Narradora: Pero de pronto le invadió una curiosidad al general y le dijo al rey:

General: Una tremenda curiosidad me invade majestad. Ahora desearía comer el peor potaje de este país.

Rey: No hay problema, con gusto satisfacere vuestros deseos.

Narradora: Es así que llama a Esopo quien respetuoso contesta al rey.

Esopo: ¿Llamabais majestad?

Rey: El general, mi gran amigo, desea comer ahora la peor comida de vuestro país, preparado también por el peor cocinero de estas comarcas. ¿Me

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