La Lengua
joselucas6525 de Febrero de 2014
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LA LENGUA
Personajes:
Rey
General
Esopo
Príncipe
Narradora
Narradora: Había una vez un rey que hiso una apuesta con un general en donde trataba en tomar todo el agua del mar para ver quién era el mejor y capaz de cumplir el reto.
Rey: Es un grato honor tenerlo como huésped de esta casa, salud.
General: Gracias majestad, vuestras palabras me llenan de orgullo, salud.
Rey: Vuestra patria según dicen, es muy hermosa, ojala algún día la pueda conocer.
General: Lo estaremos esperando, ojala se anime pronto. Salud.
Narradora: Mientras tanto el rey y el general siguieron bebiendo frecuentemente.
General: Bebo majestad por la unión y la grandeza de nuestras naciones.
Rey: Así como el vino alegra el espíritu y el corazón, también es conveniente alegrar el estómago, para ellos nada mejor que deleitarse con los manjares preparados por las maravillosas manos de Esopo.
General: Ya era tiempo, ah, ¿a quién llama maravilloso Esopo?
Rey: A un gran esclavo.
General: ¿Un esclavo?
Rey: Un esclavo que debió ser rey, salud.
General: ¿Un esclavo rey? Es peligroso ponderar demasiado a los pequeños majestad, después nos dan la puñalada por la espalda, así son.
Rey: Esopo es diferente, de no ser esclavo, lo habría nombrado ministro y hasta se hubiese casado con la bella Briseida.
Narradora: El rey y el general seguían hablando de Esopo mientras bebían.
General: ¿Con la princesa? Esta delirando majestad, no creo que haya en el mundo esclavo capaz de merecer tanto aprecio de su rey.
Rey: Esopo es un esclavo genio, por eso merece un trato especial. Ud. No lo conoce.
Narradora: Entonces el rey llamo a Esopo con una palmada, era un esclavo con dificultades en caminar, y le dijo:
Esopo: ¿Llamabais majestad?
Rey: Esopo, a tan ilustre visitante, quiero ofrecer en esta oportunidad el manjar más esquicito de mi reino, debe ser el mejor, más aun si es preparado por tus prodigiosas manos.
Esopo: Me halagáis majestad, vuestros deseos serán satisfechos, permiso.
Narradora: Luego de eso Esopo se retiró a preparar el banquete; mientras ellos seguían conversando y bebiendo feliz de la vida.
General: De modo que este esclavo viejo, feo y tullido es el gran Esopo, encanto de reyes, princesas y doncellas. Alteza, tiene que tener más cuidado. Estos hombres con el fin de alcanzar sus propósitos son capaces de todo.
Narradora: De pronto el general hablaba en sí mismo.
General: Parece que el rey lo tiene embrujado, la cara lo dice todo…
Narradora: Pero de pronto, en voz alta menciona el general.
General: Majestad, no olvide, cuídese de estas gentes.
Rey: Más temo a los nobles que me rodean como moscas, que a los esclavos, salud.
Narradora: Mientras ellos bebían, Esopo entro con una fuente y mención:
Esopo: Estoy de vuelta majestad.
Rey: Que has preparado divino esclavo.
Esopo: Lenguas, majestad.
Rey: ¿Lenguas, crees que la lengua es el manjar más delicioso de mi reino?
Esopo: Si majestad.
Rey: Antes que mi ira estalle explícame Esopo. Por qué crees que la lengua es el manjar más delicioso, digno de un rey y de un ilustre visitante.
Narradora: También el general menciono unas palabras dentro de la conversación que tenía el rey con Esopo.
General: En mi país la lengua se arroja para los perros.
Esopo: La lenguas es digno de un rey y de los dioses del olimpo, porque es el más precioso órgano que dios doto a los hambres de la tierra, gracias a ella la civilización y la cultura han alcanzado niveles tan altos y tan dignos. ¿Cuántas audaces empresas, proezas, aventuras; cuantos hechos históricos han tenido su origen en la lengua? Cuantos hombres dignos han hecho brillar la luz del conocimiento a través de la lengua. En fin, ¿cuantos héroes, cuántos trabajadores han legado a la humanidad el fruto de sus desvelos través de la lengua? Por eso majestad a tan ilustre visitante, según vuestro pedido, he querido honrar con el manjar más delicioso de la tierra.
Rey: Quien puede discutir al divino Esopo, y para no ser menos quiero decir que tu lengua es la más lucida de todos los hombres.
Narradora: Entonces el rey acepto lo que dijo Esopo. Ya mareado el general menciono unos halagos a Esopo.
General: Este esclavo es muy inteligente, no podemos negar. Sin embargo, no es bueno que los esclavos sean muy inteligentes.
Rey: Olvidemos a los esclavos, comer y beber que la vida se ha hecho para gozarla.
Narradora: Mientras los dos comían, el general menciono comiendo:
General: Jamás comí lenguas, ahora que he probado, veo que el esclavo tiene razón. No está mal.
Narradora: Pero de pronto le invadió una curiosidad al general y le dijo al rey:
General: Una tremenda curiosidad me invade majestad. Ahora desearía comer el peor potaje de este país.
Rey: No hay problema, con gusto satisfacere vuestros deseos.
Narradora: Es así que llama a Esopo quien respetuoso contesta al rey.
Esopo: ¿Llamabais majestad?
Rey: El general, mi gran amigo, desea comer ahora la peor comida de vuestro país, preparado también por el peor cocinero de estas comarcas. ¿Me has entendido?
Esopo: Si majestad, vuestra excelencia ordene.
Narradora: Entonces el rey elevo su vaso menciono unas cuantas palabras de felicidad, mientras tanto Esopo ingreso y dijo:
Esopo: Ya estoy de vuelta.
Rey: Bienvenido seas, ¿se puede saber que preparaste ahora?
Esopo: Lenguas, majestad.
Narradora: Mostro un fuerte enojo, le cogió del pecho y le dijo:
Rey: ¿Lenguas? ¿Tratas de burlarte? Hace rato cunado te pedí trajeras el manjar más trajiste lenguas, ahora vuelves a traer la misma. Si tratas de burlarte te hare castigar sin misericordia.
Narradora: Como no es de esperarse el general hablo y le dijo al rey:
General: Castigadle alteza. Esto es una insolencia, que aprenda a respetar a sus príncipes y reyes.
Esopo: Calmaos majestad, os explicare si me permite.
General: Castigadle, no dejes que este esclavo lo convenza.
Rey: Habla, que tienes que decir.
Narradora: Entonces Esopo respondió e hizo entrar en razón al rey.
Esopo: La lengua, majestad, de la misma forma que es el manjar más esquicito de la tierra; también es el peor. Cuantos nefastos acontecimientos han tenido su origen en la lengua. ¿Cuantos grandes hombres han encontrado la muerte por culpa de la lengua? Cuantas guerras y crímenes se generaron con la lengua, la ira, la blasfemia, la calumnia, la hipocresía, el odio, el desprecio, la humillación, la demagogia, la traición y tantas cosas terribles, acaso no se hicieron con las lenguas.
Rey: Basta Esopo, como siempre, una vez más, has vencido. No hay lengua capaz de competir con la tuya, salud.
Narradora: Mientras seguían bebiendo, el rey menciono unas palabras, donde el general no perdió la oportunidad y reto al rey.
Rey: Estoy con tantas ganas de tomar vino, que sería capaz de secarme todas las aguas del mar, sin dejar una gota. Le apuesto que me tomo todas las aguas del mar.
General: Apuesta que Ud. No la termina.
Rey: La termino y no dejo ni una gota.
General: Si es así, apostado. ¿En qué consistiría la apuesta?
...