La Nefasta Capacidad Destructora Del Hombre

Vivian Martínez Gaviria

La Nefasta capacidad destructora del hombre del siglo XXI.

(Ensayo basado en el libro “Si esto es un hombre-Primo Levi”

El pasado 27 de Enero de este año la ONU conmemoró un año más del Día internacional en memoria de las víctimas del Holocausto, setenta años han pasado desde aquellos días de nuestra trágica historia, esa historia que al hombre nos apena recordar, desde aquellos días en los que se respiraba un ambiente sobrio, la muerte y el infierno sacudieron las entrañas de la tierra para apoderarse de la mente del hombre y avivar en él, el deseo más profundo de aniquilación y destrucción implacable contra su propia raza jamás antes visto. Días que van pasando, uno tras otro, sin poder recular el tiempo para salvar a esas seis millones de personas inocentes que fueron cruelmente asesinadas sin razón alguna, pero viviendo los días del hoy con la obligatoria responsabilidad de asegurar que estos crímenes jamás vuelvan a ocurrir sin desconocer el valioso aporte de las detalladas vivencias como las del italiano Primo Levi en su obra maestra “si esto es un hombre” publicada en el año de mil novecientos cuarenta y siete y considerada como una de las más importantes del siglo XX, que como bien nos dice en su presentación no incorpora nueva información a lo ya sabido acerca de estos terribles sucesos, ni tampoco relató los diez meses que estuvo prisionero en el campo de concentración de Monowitz, subalterno del de Auschwitz sin ánimos de señalar nuevos cargos, por el contrario, para validar documentación del enigmático estudio del alma del ser humano.

Primo Levi destacado en el presente por muchos con el esfuerzo extrahumano que hizo por sobrevivir y convertirse en testimonio, fue un escritor italiano nacido en el año de mil novecientos diecinueve de origen judío bajo el seno de una familia tradicional liberal, resistente al nuevo gobierno fascista republicano lo que estigmatizaría para siempre su vida, en diciembre del año mil novecientos cuarenta y tres fue capturado por la milicia fascista y a lo largo de varios meses después vivió en carne propia la más profana realidad que algún ser humano pueda sentir contra el milagro de la vida misma en toda su humanidad. Pero antes de adentrarnos en detalle de lo que fue ese largo sentimiento de agonía es necesario considerar la discusión de lo que la ética y la moral le ha incorporado al hombre a los largo de la historia cuando se trata del deseo de odio y destrucción hacia otro ser de su mismo origen.

La gracia que se nos ha conferido del razonar ha sido siempre un privilegio que el hombre jamás ha sabido valorar porque siempre actúa de acuerdo a sus impulsos cometiendo infamias desde los principios en que él comenzó a poblar la tierra, infamias que no niego han sido necesarias para el desarrollo y evolución constante de la raza humana y adaptación de futuros contextos de supervivencia, pero la ética, filosofía que supone el estudio racional de la virtud, el deber del buen vivir y la felicidad no ha logrado ni siquiera encaminar en menor proporción al hombre hacia un sano raciocinio acerca de la justificación de un sistema moral aplicado a nivel individual con otras sociedades, mucho menos ha generado un sentimiento colectivo de reflexión del respeto a la vida que claramente hace énfasis en que en ese sentido especifico de valorarnos unos a otros respetando nuestras diferencias culturales aún está muy lejano. Si bien la moral en lo que al hombre respecta es el conjunto de normas que rigen el comportamiento del ser humano dentro de una sociedad ¿Por qué termina haciendo el hombre del pasado y del presente lo que le viene en gana actuando finalmente por sus impulsos y no contemplando la posibilidad de dialogo, comunicación y otros medios alternos tan solo para respetar la existencia de otros seres vivientes muy parecidos a él? Porque tal vez como no lo explica en una parte de su libro Primo Levi, el hombre tiene una lado que no puede negar muy poderoso, que en ciertas condiciones se hace un ser netamente egoísta que cree que toda persona extranjera es un rival o enemigo por eso lo cataloga como una “infección latente” que en cualquier momento se puede propagar presentándose en momentos intermitentes e incoordinados de la historia a mi parecer momentos en los que el hombre ha dejado de ser hombre para convertirse en monstruos de insociabilidad y de insensibilidad.

Hoy con interminables lecciones de vida que nos deja “si esto es un hombre” se alimenta en mí, como la leña

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