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La Rebelión Contrerista


Enviado por   •  30 de Enero de 2014  •  Tesis  •  9.505 Palabras (39 Páginas)  •  331 Visitas

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La Rebelión Contrerista

Antony

El historiador resalta una defensa y su compromiso social, integra la disciplina de las demás ciencias sociales, promueve un estudio interdisciplinario, su objetivo, construir una síntesis histórica global de la sociedad de acuerdo con esta visión, se ocupan de la vida cotidiana y de la gente común por lo que consideramos que el análisis tiene fundamento en la escuela de Annales. Castillero (La Rebelión Contrerista 1992.pp 230) “Los testimonios mencionan entre los conspiradores más conspicuos a un hijo de Juan Sabino, llamado Casimiro; a otro hijo de aquel, que era herrero; Alférez Manuel de Vergara; a Francisco Calisto a Francisco del Castillo, hijo de Vicente del Castillo… Eran según otro testigo más de 40 las personas que no conoció y venían los demás de ellos armados con escopetas y espadines digo Alfanjes y machetes” Comparar documentos para establecer un hecho; reagrupar en marcos generales, se reúnen hechos relativos para llenar lagunas interpretativas, intentar generalizaciones, tratará de comprender y explicar el pasado del pueblo de Alanje resaltando un acontecimiento especifico en todas sus dimensiones, cómo ocurrió lo que ocurrió y por qué, utilizando todas las ciencias auxiliares.

Describe Alfredo Castillero, en otro apartado. (La rebelión Contrerista. 1992. PP. 231) “los acontecimientos, sin embargo se precipitaron. Aunque surgieron algunas voces prudentes que confiaban en la equidad de la justicia o expresaban su temores al implacable y largo brazo de la corona que, según decían, tarde o temprano castigaría a los responsables” formula un nuevo concepto del hecho histórico que pueden ayudar a interpretar problemas contemporáneos y encontrar soluciones.

LA PROVINCIA DE VERAGUA Y SU TRANSICIÓN A LA VIDA REPÚBLICANA EN EL SIGLO XIX

El autor utiliza método analítico descomponiendo las fuentes en sus partes o elementos para observar las causas, la naturaleza y los efectos del hecho interpretado.

Linch, expone (La Provincia de Veragua y su Transición a la Vida Republicana en el siglo XIX. Pp. 761)” para el siglo XVIII, Hispanoamérica estuvo sujeta a… un nuevo imperialismo; su administración había sido reformada, su defensa reorganizada, su comercio reavivado. La nueva política (borbónica) esencialmente era una aplicación del control, que intentaba incrementar la situación colonial en América y hacer más pesada su dependencia. Tales disposiciones se aplicaron en el Reino de Tierra Firme y Veraguas dándose reacciones diversas de protesta por parte de la élite criolla que veían mayormente sus aspiraciones al poder y al desarrollo de su economía” entiende, critica, contrasta e incorpora nuevos elementos para la interpretación de los diversos acontecimientos de la época el autor busca y descubre dentro del manejo de las fuentes escritas una nueva interpretación de los hechos.

Es conocido, para comenzar, que en América Latina, después de la Se- gunda Guerra, las variantes disciplinarias que se fueron afirmando para el estudio de la sociedad han estado marcadas por la idea multidimen- sional del desarrollo como objeto de estudio. En una primera aproxima- ción, no es preciso insistir en la pertinencia general de la elección de la temática. Los países de la región –dígase a modo de escueto registro ini- cial– transitaban situaciones de inestabilidad institucional con militares cíclicamente golpistas y democracias ficticias o directamente inexistentes (si bien había algunas excepciones), con economías basadas en la expor- tación de productos primarios y escasa industrialización, con estructu-

Alfredo Falero*

El paradigma renaciente de América Latina

Una aproximación sociológica a legados y desafíos de la visión centro-periferia

* Magíster en Sociología. Docente de grado y posgrado e investigador del Dpto. de Sociolo- gía de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República, Uruguay. Autor de artículos en libros y revistas de ciencias sociales de diversos países en temáticas de globali- zación, desarrollo y movimientos sociales. Entre sus trabajos recientes se encuentra “Diez tesis equivocadas sobre la Integración Regional en América Latina” en el libro Pensar a contracorriente, La Habana, Cuba, 2006.

El paradigma renaciente de América Latina

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ras de poder conformadas por oligarquías retrógradas y con problemas sociales estructuralmente agudos, especialmente de marginación. Un cuadro atravesado, a la vez, por los cruciales intereses de Es- tados Unidos en su “patio trasero”, lo que pautaba en las elites políticas y militares de nuestros países posicionamientos oscilantes entre la do- cilidad a sus imposiciones y actitudes de autonomía construidas sobre bases ideológicas de acentos diferentes. Mucho se escribió sobre los brutales condicionamientos que impuso –mediante instituciones dife- rentes– la potencia hegemónica en la región, incluso hacia modestas alternativas de cambio, pero a la vez mucho parece haberse olvidado de esa historia. Así es que la comprensión de ese complejo conjunto de fuerzas que modelaron nuestras sociedades, la cuales incidieron en la siempre esquiva posibilidad de desarrollo, se conjugaba con la pendiente nece- sidad de marcar los caminos que hicieran posible una superación de esa situación. Y el repertorio de los grandes interrogantes económicos, de las disyuntivas que se presentaban en ese terreno –entre la reflexión de corte imitativo de lo ocurrido con otras regiones y el presupuesto de originalidad latinoamericana que otros intentaban acentuar–, fue pro- gresivamente haciendo necesaria la incorporación de otros elementos a la teoría económica, a la reflexión económica de la academia. En efecto, con el correr de los años fue quedando claro que tal opción central de investigación desbordaba ampliamente hacia la nece- sidad de otro cúmulo de conocimientos correspondientes a otras pers- pectivas disciplinarias. Entre ellas debe destacarse particularmente la sociología. De hecho, es desde ese ámbito que se fue generando mucho más que una contribución explicativa de tono general o un conjunto de ideas de apoyo a una eventual “política económica” a aplicar. Porque, debe marcarse, esa es la diferencia con lo que ocurrió en décadas recientes. El examen del desarrollo se confinó a la identifica- ción de las medidas “técnicas” más adecuadas dentro del campo econó- mico. La discusión preferencial se trasladó al ámbito de la tecnocracia, ese estamento nutrido principalmente

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