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La Visión De Los Vencidos.


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2011  •  2.225 Palabras (9 Páginas)  •  902 Visitas

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Diez años antes de llegar los españoles se mostraron presagios funestos hacia Motecuhzoma que advertían la llegada de estos extraños.

Primer presagio funesto: Una aurora con forma de espiga de fuego se mostraba goteando, punzando, en el cielo.

Segundo presagio funesto: La casa de Huitzilopochtli ardió en fuego sin razón aparente, era su sitio divino, denominado Tlacateccan.

Tercer presagio funesto: Un rayo cayó en un templo sin aparente sonido del trueno o golpe del Sol.

Cuarto presagio funesto: Cayó un gran fuego del cielo cuando aún había Sol, salio de donde el sol se mete, iba cayendo en lluvia de chispas.

Quinto presagio funesto: Hirvió el agua, el viento la hizo alborotarse hirviendo.

Sexto presagio funesto: Muchas veces se oía a una mujer gritando por las noches, dando grandes gritos.

Séptimo presagio funesto: Muchas veces se atrapaban cosas en las redes de los pescadores, un día, atraparon un ave, con una rodaja de huso en espiral sobre su cabeza, al llevarla a Motecuhzoma, este diviso el cielo y las estrellas, que tomo como un mal presagio.

Octavo presagio funesto: Muchas veces se mostraban a las personas hombres deformes, dos cabezas pero un solo cuerpo, cuando Motecuhzoma las veía, desaparecían casi al instante.

Diez años antes que los españoles viniesen a esta tierra, hubo una señal que se tuvo por mala abusión, agüero y extraño prodigio, y fue que apareció una columna de fuego muy flamígera, muy encendida, de mucha claridad y resplandor, con unas centellas que centellaba en tanta espesura que parecía polvoreaba centellas, de tal manera, que la claridad que de ellas salía, hacia tan gran resplandor, que parecía la aurora de la mañana.

La cual columna parecía estar clavada en el cielo, teniendo su principio desde el suelo de la tierra de do comenzaba de gran anchor, de suerte que desde el pie iba adelgazando, haciendo punta que llegaba a tocar el cielo en figura piramidal. La cual aparecía a la parte del medio día y de media noche para abajo hasta que amanecía, y era de día claro que con la fuerza del Sol y su resplandor y rayos era vencida. La cual señal duró un año, comenzando desde el principio del año que cuentan los naturales de doce casas, que verificada en nuestra cuenta castellana, acaeció el año de 1517.

Sin estas señales, hubo otras en esta provincia de Tlaxcala antes de la venida de los españoles, muy poco antes. La primera señal fue que cada mañana se veía una claridad que salía de las partes de Oriente, tres horas antes que el sol saliese, la cual claridad era a manera de una niebla blanca muy clara, la cual subía hasta el cielo, y no sabiéndose que pudiera ser ponía gran espanto y admiración.

No pensaron ni entendieron sino que eran los dioses que habían bajado del cielo, y así con tan extraña novedad, voló la nueva por toda la tierra en poca o en mucha población. Como quiera que fuese, al fin se supo de la llegada de tan extraña y nueva gente, especialmente en México, donde era la cabeza de este imperio y monarquía.

De acuerdo con el testimonio de Alvarado Tezozómoc en su Crónica mexicana, perturbado Motecuhzoma por los varios presagios que se han descrito en los textos anteriores, hizo llamar a sabios y hechiceros con objeto de interrogarlos. Quería averiguar si había señales de próximas guerras, de desastres imprevistos, o de cualquier otra forma de desgracia.

Hablan los textos indígenas, principalmente los informantes de Sahagún, acerca de las varias idas y venidas de los mensajeros de Motecuhzoma hacia las costas del Golfo, por donde habían aparecido los forasteros.

Relatan los mexicas el modo como llegaron los mensajeros hasta la orilla del mar, siendo allí recibidos por los españoles, a quienes entregaron los dones enviados por Motecuhzoma.

Enterado por los informes de sus mensajeros de la llegada de esos forasteros que traían consigo animales y cosas tan extrañas, el ánimo de Motecuhzoma se turbó cada vez más. Los informantes de Sahagún refieren cómo envió toda clase de magos y brujos para causar algún maleficio a españoles e impedir se acercaran a México-Tenochtitlan. En medio de sus dudas, pensando que posiblemente fueran dioses, Motecuhzoma envió también cautivos para que fueran sacrificados en su presencia.

Antes de forjarse una imagen capaz de explicar la presencia de los forasteros, por una especie de proyección, se les aplica el viejo mito del retorno de Quetzalcóatl. Se pensó que eran los dioses venidos del cielo, los dioses que regresaban.

Los magos fracasaron en su intento de causar un maleficio a los españoles, para lograr que decidieran mejor alejarse. Los mensajeros comunican todo esto a Motecuhzoma.

En México Tenochtitlan, tanto Motecuhzoma como el pueblo en general viven intensos días de terror. "Los dioses", o unos extraños forasteros, venidos de más allá del mar inmenso, amenazan con acercarse a la gran capital mexica.

No obstante los esfuerzos de los mensajeros de Motecuhzoma con el fin de impedir que los españoles trataran de acercarse a México-Tenochtitlan, la gente de Cortés decidió ponerse en marcha.

Llegados ya los españoles, muy pronto empezaron los tlaxcaltecas a intrigar en contra de la gente de Cholula y de los mexicas.

Los conquistadores, después de la matanza de Cholula, continúan su marcha en compañía de los tlaxcaltecas hacia el Valle de México. Estando ya en las inmediaciones de los volcanes, en el llamado por los mexicas "Tajón del águila", nuevos enviados de Motecuhzoma, encabezados por Tzihuacpopocatzin, les salen al paso. A entregar a los españoles numerosos objetos de oro, los mexicas se complacen en pintarnos cuál fue la reacción de los forasteros: "se les puso risueña la cara... como si fueran monos levantaban el oro... como unos puercos hambrientos ansiaban el oro..."

Se relata el engaño de Tzihuacpopocatzin, que trató de hacerse pasar por Motecuhzoma. Fracasado su intento, nos encontramos con otra serie de enviados. Son más hechiceros que pretenden impedir la marcha de los conquistadores. Pero éstos, no se detienen.

La presencia misteriosa de un fingido borracho que sale al paso de los hechiceros prediciendo la ruina de México y realizando portentos, hace que los magos se retiren. Estos piensan que Tezcatlipoca se les ha aparecido. De regreso ya en México-Tenochtitlán, narran a Motecuhzoma lo que han visto. El gran

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