La crisis migratoria en el mediterráneo

La crisis migratoria en el Mediterráneo

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) un aproximado de 65.3 millones de personas han sido desplazadas forzosamente desde sus países de origen para finales de 2015(ACNUR, 2015, p. Acnur.org/files). Un número que no se había visto desde la segunda guerra mundial. Este número ha aumentado gracias a una crecida sin precedentes en la inmigración hacia Europa. Los inmigrantes provienen de distintos países, en buena parte, de Siria debido a la actual guerra civil, pero hay más de veinte países de origen, la mayoría de medio oriente y el África subsahariana, pero también de los Balcanes y Europa del este(«La “Gran Migración”», s. f., p. Actualidad.rt.com).

La zona de Siria es en este momento uno de los lugares más peligrosos de la tierra. Bombardeos masivos, inestabilidad política y tensiones territoriales. Los Factores de empuje (Espiago, 1985) son demasiados y son devastadores. Esto explica porque es el país que aporta más inmigrantes a las estadísticas de la ACNUR. Pero hace algunos años esto no era así. Siria incluso podría ser considerado un país estable. Estamos hablando de antes del año 2011; el inicio del conflicto y a su vez el inicio de las primaveras árabes. Durante este año, más específicamente el 15 de marzo(Rocha, 2013), con la caída de varias dictaduras en el norte de África y Oriente próximo, Inicio una insurrección civil en contra del gobierno en la ciudad de Daraa, días después la revolución se esparció por toda Siria cuando un sector desertor del ejército conformó el Ejercito Libre Sirio (FSA) dando inicio a la guerra civil.

Actualmente (febrero de 2017) Se libra una guerra de cuatro facciones; El régimen sirio controla parte de la costa mediterránea y está siendo apoyado por el gobierno de Rusia, China y Arabia saudita. Los Rebeldes componen varios grupos que controlan el noroccidente y el sur del país. Están siendo apoyados y entrenados por el Estados unidos y la OTAN. la Rojava  kurda en el norte de siria que, constituido como un territorio autónomo. Han sido apoyados por Estados unidos y la OTAN al igual que los rebeldes, pero tienen tensas relaciones con Turquía. Por último, pero no menos importante está el Estado Islámico en Siria y el Levante (ISIS o DAESH) que controla más de la mitad del territorio sirio, más específicamente el oriente desértico del país que colinda con Iraq(«Guerra Civil Siria», 2017).

El conflicto interno de Siria ha desplazado a más inmigrantes por año que ningún otro país actual, quitándole el deshonroso título a Colombia de ser el país con mayor desplazamiento interno(ACNUR, 2015). Pero las migraciones Internas, aunque son más que las Externas (7´600.000 migrantes internos) estas últimas son las más notorias por la prensa internacional, y no es de extrañar ya que son estos los inmigrantes que los demás países ven en la vida real, los millones de migrantes externos que recorren Europa en busca de un nuevo hogar como lo hicieron los pueblos Etruscos, Dorios o Francos(Braudel & Aramburo, 1989).

Los inmigrantes que huyen de su país suelen hacerlo debido a guerras civiles, violaciones masivas de los derechos humanos y situaciones de pobreza extrema como lo vimos anteriormente. Para poder llegar a su destino pueden tomar la vía marítima; en peligrosos viajes a través del Mediterráneo o la vía terrestre; por tierra pasando por Europa del este o por los Balcanes. De ambas maneras los inmigrantes buscan asentarse en los países que hacen parte de la Unión Europea sea de manera indefinida o en algunos casos con la esperanza de volver a sus países de origen.

Los inmigrantes que escogen la vía marítima deben desplazarse hasta puertos en Libia, Túnez, Marruecos o Egipto y subirse en botes viejos, oxidados y sobrecargados. En situaciones degradantes como prostitución y trata de personas, sin la seguridad de poder llegar a tierra, ya que estos botes usualmente naufragan antes de llegar a la costa como lo que ocurrió en el naufragio de la isla de Lampedusa en abril de 2015(País, 2015). En caso que logren sobrevivir la travesía en el mar, arriban en puertos del sur de Europa en España, Italia o Grecia. De donde se tienen que movilizar hasta los países de acogida principales (Alemania y Reino Unido) o quedarse en alguno de los países por los que pasan, conocidos como “Países de tránsito)”.

La otra opción para los inmigrantes es la vía terrestre, lo que significa pasar por Europa del este o los Balcanes, en algunos de estos países se han presentado casos de Xenofobia y racismo incluso peores que los ocurridos en países de acogida, como el caso de la periodista húngara Petra Laszlo que pateo a un refugiado y a su hija quienes huía de Serbia(Tiempo, s. f.). El viaje por tierra es más largo y en muchos casos la ayuda internacional no está presente por lo que los inmigrantes deben subsistir con muy pocos recursos ya que es muy difícil trabajar legalmente en los países de tránsito, provocando fenómenos como esclavitud moderna y prostitución.

Para los refugiados que logran llegar a los países de acogida la situación, aunque más estable, puede seguir siendo peligrosa. Ya que los casos de atentados terroristas son atribuidos erróneamente a inmigrantes recién llegados en lugar a los inmigrantes de segunda o tercera generación. Ambos grupos sufren o han sufrido xenofobia, rechazo social y hasta cierto grado de segregación en sus países de acogida, pero para una cantidad bastante grande de inmigrantes la integración a los países de acogida ha sido exitosa y muchos nativos de estos países los aceptan como parte de sus respectivas sociedades(Administrator, s. f.).

Desde hace milenios el comercio de productos y servicios ha sido crucial para la existencia del Mediterráneo. La colonización del Mediterráneo y sus posteriores migraciones tuvieron como eje uno de sus ejes principales el puerto(MORRIS, s. f.). El puerto no solo comercia con productos y servicios sino también con personas, esto va más allá de la esclavitud. El ser atrayente para los migrantes resulto ser de gran utilidad para varias ciudades portuarias y capitales, Desde Atenas y Roma que gracias a las migraciones (Tanto transitorias como definitivas) de otras polis en el caso de Atenas y de las provincias en el caso de Roma pudieron crecer como ciudades, no solo población sino culturalmente. Esto se ve aún más en las ciudades estado de Italia donde los mercaderes judíos de Milán, Florencia y Génova revolucionaron los sistemas económicos con la creación de la banca privada y el uso de los números arábigos en la contabilidad.

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