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La educación militar en Mesoamérica


Enviado por   •  1 de Mayo de 2017  •  Ensayos  •  2.320 Palabras (10 Páginas)  •  267 Visitas

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La educación militar en Mesoamérica:

Grandeza y decadencia

Mesoamérica como fuese nombrada por Paul Kirchoff en 1943  “se presenta como una gran área cultural donde floreció en la época prehispánica una de las civilizaciones prístinas del mundo antiguo, un verdadero "sistema mundial" constituido por diversos grupos humanos con cultura e historias compartidas. (Williams 2004)

Muchos son los estudios sobre esta ecúmene área cultural, la mayoría de los antropólogos e historiadores, hacen énfasis sobre los aspectos de economía y límites de ésta, esto conlleva a que se conozca más de la agricultura y sus eventos que facilitaron el intercambio cultural, agrícola  y social, dejando a un lado algunos aspectos muy relevantes  como la educación  militar en Mesoamérica y cómo ésta influyó mucho en la conquista de nuevos territorios.

Es por ello que el presente trabajo expondrá argumentos que demuestren que la educación militar fue importante para el proceso de expansionismo de algunas culturas y que gracias a ella, éstas florecieron; pero también  gracias a éstas, otras menos favorecidas en el arte de la guerra, tuvieron su decadencia.

No hay que olvidar que Piña Chan (citado por Corona, 2015) sostiene la siguiente clasificación: “los distintos procesos en Mesoamérica: Etapa de los grupos Nómadas (periodo de recolectores-cazadores que temporalmente abarca de 20,000a.C.-5,500 a.C.), Etapa de las comunidades-sedentarias (abarca el periodo agrícola incipiente 5,500 a.C. -2,500 a.C. y periodo agrícola aldeano 2,500 a.C. -1,200 a.C.), Etapa de los pueblos y señoríos teocráticos (comprende el periodo de los centros ceremoniales 1200 a.C. – 200 d.C. y el periodo de las ciudades-urbanas de 200-900 d.C.). Etapa de los señoríos y Estados Militaristas del 900- 1521 d.C.”

Recordemos que en muchas de las civilizaciones se educaba a los jóvenes para realizar ciertos trabajos que requerían conocimientos, y que a pesar de que muchas de esas enseñanzas eran para labores cotidianas de la vida prehispánica, no podía faltar la militar, ya que ésta era de suma importancia para el control y sometimiento de la población recién conquistada.

Al respecto de la educación basta con recordar la frase celebérrima del P. José de Acosta citado en (Modelos educativos) recuperado en http:Modelos20educativoscap1.pdf

“Ninguna cosa más me ha admirado, ni parecido más digna de alabanza  y memoria que el cuidado y orden de criar a sus hijos tenían los mexicanos. Porque entendiendo bien que en la crianza e institución de la niñez y juventud consiste toda la buena esperanza de una república…dieron en apartar sus hijos de regalo y libertad que son las pestes de aquella edad y en ocuparlos en ejercicios provechosos”.

Aunque la educación haya sido elitista, cosa que afirman muchos autores, la educación militar siempre fue fundamental y esencial para los mesoamericanos, ya que esto los preparaba para las guerras, citando a (Rivera, s/f) podemos decir que la guerra  “fue un fenómeno que surgió en los primeros tiempos del Preclásico en el México prehispánico, prácticamente sin que fuera una actividad conducida con una planeación estratégica y sin hombres bien preparados para ello. Había violencia armada, pero no organizaciones propiamente militares. Sólo con el paso del tiempo las estructuras castrenses fueron cobrando mejor perfil conforme se desarrollaban sociedades con un marcado predominio estatal. Esto fue así porque esencialmente las culturas que poblaron al México antiguo giraron alrededor de sus mayores ejes rectores: la política y la religión, además de que se asentaron en terrenos propicios para satisfacer sus necesidades de subsistencia.”

Es de comprenderse que durante los primeros años, la guerra no fuera organizada, debido a que hasta el periodo clásico comienza  un mayor intercambio comercial, y la demografía comienza a dispararse por todo el suelo mesoamericano, es por ello que al igual de esa manera, las culturas empiezan a querer adueñarse de todo para tener un mayor control, de la economía y de todo aquello que los ayudara con su subsistencia, como señala la autora (Rivera, s/f)  “ya no se limitaba a la subsistencia, por lo que la guerra fue volviéndose “organizada” ante la necesidad de expansión de algunas ciudades-estado que buscaban recursos naturales como tierras, aguas y bosques, a lo que se sumó el crecimiento demográfico. Aunque durante este periodo el Estado fue esencialmente de tipo teocrático, no se puede dejar de lado la importancia que tuvieron los ejércitos que se desenvolvieron tanto en ámbitos terrestres como ribereños para la consecución de los objetivos estatales.  En términos generales, las sociedades del clásico se resquebrajaron hacia el siglo IX debido a factores tanto ecológicos como sociopolíticos y económicos que devinieron no sólo en guerras, sino en abandono de ciudades”.

Es por ello que la educación militarista comenzó a ser de suma importancia para las culturas mesoamericanas, para poder obtener más territorios y también para poder defenderse de los ataques, incluso los mexicas, en su sistema educativo, dejaban claro que la educación militar era importante y que por lo tanto el pueblo debía instruirse, las mujeres por lo tanto se dedicaban a las tareas domésticas, y los hombres eran destinados a la vida militar, salvo a aquellos que eran hijos de nobles, ya que ellos tendrían un tipo de educación muy diferente, la educación militar respondió a una necesidad de supervivencia, y los que mejor supieron responder a esta necesidad fueron los mexicas, rápidamente fueron dominando territorios llegándose a convertir en la cultura mejor militarizada de toda Mesoamérica en el periodo clásico, basta con recordar su tipo de educación bien definida, donde a pesar de estar marcada por las clases sociales que imperaban en ese entonces, no hacía a un lado a la población en general.

“El Tepuchcalli era la institución educativa donde asistían los jóvenes del pueblo, después de los quince años de edad; para convertirse en valientes y hábiles guerreros. Esta fue una educación práctica y respondía a las necesidades del medio geográfico y social en el que se desenvolvían los aztecas. En cada barrio o calpulli había tepuchcallis donde los jóvenes ingresaban en medio del ceremonial acostumbrado. Una vez internados en esta escuela se dedicaban a mantenerla limpia, la vida allí era difícil y sufrían penitencias y privaciones; cooperaban en el laboreo de las tierras del Tepuchcalli, que proveía su sustento, intervenían además en la construcción de templos, palacios y calzadas. La enseñanza primordial era el dominio del arte de la guerra, que se iniciaba con el acarreo de la leña, el adiestramiento en el manejo de las diversas armas y en la práctica para poner emboscadas y hacer con éxito el papel de espía”.  (Vega, 2011)

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