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La vuelta de Perón


Enviado por   •  22 de Junio de 2017  •  Resúmenes  •  1.481 Palabras (6 Páginas)  •  244 Visitas

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La vuelta de Perón

El 25 de mayo del 73 asumió Cámpora y el 20 de junio de ese mismo año retornó Perón. Entonces, el presidente y el vicepresidente Solano Lima renunciaron. Asume el titular del senado, Raúl Lastiri, yerno de López Rega, secretario privado de Perón. Las nuevas elecciones se realizaron en septiembre y Perón se presentó junto a su esposa Isabel. La formula Perón-Perón gano con un 62% de los votos.

Perón armó su proyecto sobre tres bases: acuerdo democrático con las fuerzas políticas; pacto social con los grandes representantes corporativos; conducción más centralizada del poder. Pero para que esto funcionara, se necesitaba que la economía tuviera un desempeño medianamente  bueno. Pero esto no funcionó debido a que los mecanismos estaban desgastados y resultaron ineficaces y el control que Perón tenía no era pleno, las Fuerzas Armadas no lo apoyaban y el gobierno terminó siendo corroído por la lucha desencadenada dentro del peronismo.

Así, la conducción más centralizada que pretendía Perón había fallado desde un comienzo (el día que él llegó al país se produjo un enfrentamiento en Ezeiza entre sindicalistas y montoneros).

El pacto democrático aunque funcionó formalmente bien y se respetaron los acuerdos, al final resulto irrelevante porque no sirvió ni para construir una oposición eficiente ni para suministrar el respaldo necesario para el mantenimiento del gobierno constitucional.

Con el pacto social se procuraba solucionar el problema clásico de la economía: la capacidad de los distintos sectores para frenarse mutuamente. Para esto, Perón recurría a un empresario exitoso ajeno al peronismo: José Ber Gelbard, jefe de la CGE para que regulara la relación entre los actores basado en la concertación, combinando la persuasión y la autoridad. Sus objetivos eran fuertemente intervencionistas, nacionalistas y distribucionistas, y no implicaban un ataque directo a ninguno de los intereses establecidos.  Hubo concertaciones sectoriales y una mayor que integraba a todas: entre la CGE y la CGT, que estableció el congelamiento de los precios y la supresión por dos años de las paritarias, esto era difícil de aceptar por el sindicalismo y por ello se produjo un aumento del 20% general de los salarios. Los primeros resultados fueron muy buenos: la inflación se frenó bruscamente, el comercio exterior hizo que se acumulara un buen superávit, hubo mejoras salariales y un incremento de gastos del Estado que estimulaban el aumento de la actividad interna. Pero en diciembre del 73 comenzaron a acumularse problemas: hubo un incremento del consumo que hizo reaparecer la inflación, el aumento del precio del petróleo encareció las importaciones, empezó a complicar las cuentas externas (balanza comercial) e incrementó los costos de las empresas (les era más caro producir); el Mercado Común Europeo se cerró para las carnes argentinas. El pacto social debía servir para encontrar la manera equitativa y razonable de repartir los mayores costos, pero las reglamentaciones a las que es apeló no se cumplieron y demostraron las falencias del Estado para hacer valer su autoridad.

Los actores del pacto social demostraron poca capacidad y voluntad para cumplirlo. La CGE representaba mal a los empresarios y a sus instituciones primarias, que muchas habían sido obligadas a pactar. Y se descubrió que los empresarios encontraron maneras de violar el pacto: desabastecimiento, sobreprecios, mercado negro, exportaciones clandestinas y la inversión privada fue relativamente magra. La CGT no estaba cómoda ya que no servía su táctica clásica de golpear y negociar, sumado a una movilización de los trabajadores y ocupaciones de plantas que no les permitía negociar. Movilizaciones que concluían con ventajas salariales directas o encubiertas. Una modificación en la ley de asociaciones profesionales reforzó la centralización de los sindicatos y dio más poder a sus autoridades prolongando sus mandatos, pero no impidió que reclamaran la convocatoria a paritarias. En el 74, Perón tuvo interés en una renegociación y hubo una ronda general de aumentos que no satisfizo a nadie.

Luego de la muerte de Perón la CGT y la CGE retomaron sus formas clásicas. Isabel se rodeo de un grupo de fieles de escaza tradición peronista que encabezaba López Rega y su política se apartó de la que Perón había trazado en los últimos años. La presidenta se propuso homogeneizar el gobierno poniendo gente de confianza y terminó por romper relaciones que Perón había hecho con los militares y empresarios. En estos propósitos, Isabel y los sindicatos coincidieron y provocaron la renuncia de Gelbard y desalojaron las cabezas del sindicalismo opositor (Ongaro).

En el 75 la crisis económica urgía tomar medidas drásticas: había problemas en la balanza de pagos, inflación, peleas por la distribución de la riqueza y un estado desbordado. Por eso el gobierno debió convocar a paritarias y en marzo se acordó un aumento del 40%. En junio, Celestino Rodrigo, nuevo ministro de economía (del equipo de López Rega) decidió una devaluación del 100% y un aumento de tarifas y combustibles similar o superior. El “Rodrigazo” provoco que los sindicalistas volvieran a exigir paritarias y los empresarios concedieron aumentos que llegaban al 200%. Primero se decidió no homologarlos pero ante las movilizaciones y el paro general de 48 hs. Isabel cedió. López Rega y Rodrigo renunciaron, los aumentos fueron homologados y devorados por la inflación en solo un mes.

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