Libro “La guerra de las imágenes. De Cristóbal Colon a “Blade Runner” (1492-2019)”, editorial “fondo de cultura económica”, 56 páginas, año 1994, Serge Gruzinski.
mabelcmalaverReseña21 de Agosto de 2016
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Libro “La guerra de las imágenes. De Cristóbal Colon a “Blade Runner” (1492-2019)”, editorial “fondo de cultura económica”, 56 páginas, año 1994, Serge Gruzinski.
Serge Gruzinski es un historiador francés especializado en temas latinoamericanos, perteneciente a la historia de las mentalidades. Es archivista, paleógrafo y doctor en historia. Ha realizado estudios sobre la imagen mestiza y su ingreso a la modernidad en México. En los últimos años realiza investigaciones sobre Brasil y el Imperio portugués. De sus estancias en Italia, España y México han surgido hondas investigaciones sobre la colonización de México y la reacción de los indios frente a la conquista española.
A lo largo de sus capítulos el autor expone el papel fundamental que tiene la imagen como objeto de dominación de una colonia por parte de Europa a América.
Esta lectura está dividida en dos partes, la primera habla sobre los antecedentes de la llegada de Colon a América y puntos de referencia; la segunda parte trata como tal la guerra de las imágenes.
Antecedentes de la llegada de Colon a América y puntos de referencia.
Todo inicia con Colon en el año 1492 cuando se disponía a viajar a la India para comerciar, pero en lugar de llegar allí, llega a la isla de Cuba, la cual lo deja maravillado con sus costas, sus ríos, sus casas y sus criaderos. Colon buscaba llegar a Asia y sus pueblo civilizados como Japón, China o India y en vez de encontrarse con ello, el Almirante descubrió a unos hombres desnudos, pintados, sin algún conocimiento del mundo, estas personas poseían unos objetos los cuales llamaron la atención del Almirante, los cuales hoy conocemos como “objetos figurativos. Colon se preguntó durante años... ¿Eran objetos de culto o piezas decorativas? ¿Para qué servían?
Estas imágenes estaban elaboradas en madera, huesos de algunos antepasados o piedra y en la lengua de la isla tenía un nombre genérico el cual era zemí; Colon y Pané, su compañero, se enriquecieron de información sobre estos zemies, supieron que eran objetos de culto, con funciones políticas, de propiedades terapéuticas y climáticas, tenían sexo, hablaban y se movían.
Los puntos de referencia eran el Almirante, Pané, Pedro Mártir y Fernández de Oviedo, cada uno creo un discurso de dominación, una táctica, la que a partir de las imágenes creaba un control social en este caso, control sobre los indígenas.
Pedro Mártir se encargó de aclarar el misterio de esos objetos, llego a definirlos como espectros, ya que él no comprendía la relación que tenían éstos, con la religión, dijo que eran mandados a hacer por sombras nocturnas y todas estad denominaciones estaban muy lejos de parecerse a el verdadero significado de lo que eran lo zemies de América.
Estos objetos poco a poco pasan de ser sombríos, a ser demoniacos, ser llamados asi lleva a los zemies a convertirse en idolatrías, es decir, una adoración de las imágenes las cuales son consideradas falsas ya que para los puntos de referencia las imágenes que adoraban los indígenas eran falsas, aquí se empiezan a conocer las ceremonias diabólicas de las islas, de la mano de Fernández de Oviedo.
“Zemi, diablo, ídolo e imagen no solo son nombres puestos a objetos nuevos; significan y sintetizan en el registro de lo imaginario la evolución de las relaciones entre los europeos y los indígenas” (Págs. 38-39).
La guerra.
Aquí el autor empieza a relatar acerca de cómo los españoles empiezan a sustituir los zemies por imágenes de la virgen, esto inicia en el año 1519, en el cual se organizó un plan el cual se partía en dos, la primera parte consistía en la destrucción y la segunda en la sustitución; al iniciar los zemies fueron destrozados y posteriormente los conquistadores los reemplazaban con imágenes cristianas como la virgen, en algunas tribus este plan fue fácil, los indígenas accedieron a sustituir sus zemies, al darse cuenta que las nuevas imágenes impuestas por los españoles también cumplían las funciones de los antiguos. En muchas tribus se les cambiaron las caras a los zemies por unas de los santos que cumplían las mismas funciones, pero los indígenas se dieron cuenta que los europeos solo les quitaban sus ídolos para fines comerciales y políticos, ellos se defendieron cambiándoles el oro por bronce y no aceptando de buena manera las imágenes cristianas que les daban, solo las colocaban al lado de sus ídolos, hasta que los españoles se dieron cuenta de esa ofensa y les quitan los santos. A medida que iba pasando el tiempo, los indígenas fueron aceptando los rostros de los santos y pidiéndoselos a los españoles.
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