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MODERNIZACIÓN EDUCATIVA EN EL PORFIRIATO.


Enviado por   •  9 de Octubre de 2012  •  Trabajos  •  3.419 Palabras (14 Páginas)  •  2.456 Visitas

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MODERNIZACIÓN EDUCATIVA EN EL PORFIRIATO.

Durante el gobierno del general Porfirio Díaz se dio un giro en la actividad política nacional, puesto que logró, controlar de manera efectiva al Ejército. En este periodo se continuó el esfuerzo iniciado con Manuel González por superar la educación en todos sus niveles; hombres de la talla de JOAQUÍN BARANDA, EZEQUIEL CHÁVEZ, ENRIQUE C. RÉBSAMEN, IGNACIO MANUEL ALTAMIRANO y JUSTO SIERRA MÉNDEZ, le dieron lustre a este proceso que incluyó desde los jardines de niños hasta la educación superior, pasando por la formación de maestros..La antigua base municipal de la educación fue erosionándose por la supresión de las alcabalas. La falta de recursos locales y nacionales, dificultaron el desarrollo de un sistema nacional y unitario de educación pública (Martínez, 1992: 107-113). JOAQUÍN BARANDA, Ministro de Justicia e Instrucción durante 19 años (1882-1901), diseñó un sistema nacional de educación que sólo pudo aplicarse en el D.F. y los territorios federales.

Sistemas Educativos Nacionales en México.

Con el objetivo de lograr que los ordenamientos se aplicaran en otros estados y conseguir la unificación educativa nacional, Baranda convocó a dos Congresos de Instrucción en los que se reunieron pedagogos, maestros, intelectuales y autoridades, y cuyos resultados contribuyeron a definir el proyecto estatal de educación pública (Martínez, 1992: 116-118).

Con la llegada de JUSTO SIERRA a la Subsecretaría de Instrucción Pública se abrió un segundo momento de la educación durante el porfiriato. Destacado intelectual y político, Sierra se preocupó por organizar la educación nacional, expandirla a todos los sectores sociales y elevar los niveles de escolaridad (Martínez, 1992: 124). El Estado tenía que tutelar la educación primaria para «transformar la población en un pueblo, en una democracia». Como cúspide del sistema, a la universidad le correspondía «la educación nacional en sus medios superiores e ideales, logrando la incorporación del conocimiento universal a las necesidades nacionales y con una visión nacionalista» (Sierra, citado por Martínez, 1992: 129). La tenacidad de Sierra se hizo patente con la creación de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, de la que fue su primer titular en 1905 y con la fundación de la Universidad Nacional en 1910.

Durante el porfiriato la educación continuó siendo un sistema pequeño y de lenta expansión. Entre 1878 y 1907 sólo surgieron alrededor de 162 escuelas, un crecimiento de 2% en 30 años (Martínez, 1992: 132).

En cambio, la educación superior recibió mayor atención: la escuela preparatoria surgió en todos los estados del país, los institutos científicos y literarios se multiplicaron y sus contenidos y equipos didácticos mejoraron. En casi todos los estados se contó con escuelas normales, en algunos se desarrolló la educación artística y, al final del periodo (1910), se creó la Universidad Nacional.

En el terreno de las ideas, las realizaciones más destacadas del porfiriato fueron los cuatro grandes congresos pedagógicos nacionales, el desarrollo de teoría educativa y el diseño de distintos enfoques educativos (la educación popular, integral, liberal, nacional y para el progreso) (Álvarez, 1981: 111).

Durante la revolución mexicana (1910-1917) la educación tuvo un escaso desarrollo. Sin embargo, en algunos estados de la República los gobernadores revolucionarios impulsaron leyes que favorecieron la educación popular y, en algunos casos, pese a las grandes dificultades económicas, crearon escuelas y ampliaron el número de profesores (Gómez, 1981: 136-137).

El Congreso estableció la prohibición al clero y a las asociaciones religiosas de organizar o dirigir escuelas de educación primaria. La Constitución otorgó mayores facultades educativas al Estado, el cual debía vigilar las escuelas primarias oficiales y privadas. Sin embargo, la supresión de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes determinada por el Congreso, dificultó al gobierno federal impulsar el sector educativo. Los municipios tuvieron a su cargo la educación, pero muchas escuelas cerraron por falta de recursos técnicos y humanos

En 1917, la Universidad Nacional de México era la única institución que agrupaba diversas escuelas y colegios de educación superior.

Entre 1916 y 1931 se fundaron cinco escuelas técnicas superiores y cerca de treinta escuelas técnicas industriales de nivel medio superior y de carácter propedéutico.

En el sexenio del GENERAL LÁZARO CÁRDENAS (1934-1940) fue modificado el artículo tercero constitucional para dar lugar a la educación «socialista» y, por primera vez en el texto constitucional, obligar a las escuelas privadas a seguir los programas oficiales.

En esos años se crearon internados, comedores y becas; se impulsó la creación de escuelas vinculadas a centros de producción y se alentó la educación técnica. Al mismo tiempo, se crearon escuelas regionales campesinas para formar maestros rurales y cuadros para la agricultura, se establecieron escuelas vocacionales de nivel medio superior y centros educativos indígenas (Guevara, 1985: 9-16).

En el Porfiriato los principales avances en materia de tecnología fueron:

La extensión del sistema ferroviario, el mayor medio de transporte en México que era operado en su mayoría por extranjeros. El automóvil, cuyo primer modelo llegó a México entre 1896 y 1898 y logró la instalación de la industria automotriz.

Durante el Porfiriato se sentaron las bases de la educación pública, que siempre fue respaldada por los intelectuales de índole liberal. Joaquín Baranda, ministro de Instrucción Pública, desarrolló una campaña de conciliación con la Iglesia, y aplicó a la educación el aspecto positivista, sin dejar de lado el humanismo. 6.1 LA ENSEÑANZA OBJETIVA.

El método diseñado JOSÉ. El método de Guillé se apoya en otras fórmulas como son la intuición, el análisis, la síntesis y el desarrollo de todos los sentidos, por lo que se llegó a denominar como enseñanza integral.

Otra de las consideraciones históricas que mencionó Rodríguez es la referente al ambiente pedagógico que privaba en aquélla época, en la que la educación en México ya era un sistema establecido tanto en el ramo público como en el privado.

Su régimen estaba diseñado para impartir clases a grupos de 500 a mil niños con sólo un preceptor: se dividía a los alumnos en grupos de diez, y cada grupo recibía enseñanza por medio de un monitor que previamente era preparado por el maestro o director de la escuela; generalmente, los monitores eran

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