Mujeres en la Educación Género y Docencia en la Argentina 1870-1930

ENSAYO

Mujeres en la Educación Género y Docencia en la Argentina 1870-1930

Introducción

La situación de las mujeres en el campo laboral no ha sido nada fácil. Durante mucho tiempo prevalecieron las discriminaciones de género; la brecha entre el trabajo masculino y el femenino era amplia.

En el pasado, la construcción social de la mujer era únicamente como madre y como ama de casa, no se la veía como alguien capaz de ejercer una profesión.

Uno de los campos en donde más se pudo observar esta diferencia de género, fue en la educación.

Desarrollo

Luego de haber leído el texto “Mujeres en la Educación Género y Docencia en la Argentina 1870-1930” de la autora Morgade Graciela, se plantea la diferencia, marcada desde hace siglos, que hay entre el “EDUCADOR” y la “EDUCADORA”.  

La educadora, postula la autora, reúne las condiciones apropiadas y óptimas, por ser mujer, para  “educar” ya que estas capacidades son como una extensión de sus capacidades maternales. El instinto de la mujer no se aprende, está dado y este es el instrumento innato de las mujeres para una enseñanza exitosa. (Morgade G.,1997.p.75)

En el texto se menciona muy claro de la mano de  Allíaud (1992) “La educación y todos los empleos que se relacionen con ella, necesitan ante todo el don de sí mismo. y este don de sí mismo, ¿dónde encontrarlo más grande y más completo que en la mujer?”  Citado en Morgade G.,1997.p.76

Esta entrega se realiza con gran satisfacción por parte de la mujer, todo se da en un clima de alegría, la educadora acompaña, analiza, prevé, reprime, aconseja, enseña,educa,es dulce y sabe como tratar a los niños; en cambio un educador llega a los niños como un “instructor”.

¿Pero realmente es así? El profesor Andrés Ferreyra (1891) explica: “Instruir es suministrar materiales al conocimiento. Educar es desenvolver las facultades mentales para habituarlas a establecer relaciones entre las ideas.Pero no basta al hombre una lista de conocimientos más o menos útiles, es necesario que sepa pensar, que sepa amar, que sepa querer para poder ser verdaderamente hombre.” Citado en Morgade G.,1997.p.77

En consecuencia para Ferreyra la educación sería el cultivo de las facultades humanas, porque nuestros niños saben pero es cierto que no piensan y saben porque se instruyen y no piensan porque no se educan, y no se educan porque no hay procedimientos verdaderos, y no hay procedimientos verdaderos porque no se sigue la naturaleza, fuente de todo procedimiento, de todo método, de todo sistema y hasta de toda fuente de enseñanza. Citado en Morgade G.,1997.p.77

Es así que estas características innatas de la mujer son consideradas y aprovechadas en gran medida por la “intuición” política del momento,para darle el lugar que tanto estaba buscando la mujer.

Un proyecto político-pedagógico que necesitaba de las cualidades de los docentes que hacían de las mujeres el sujeto más apropiado para el ejercicio del magisterio.

Las mujeres serían las que ayudarían a satisfacer el proyecto político para moralizar a la sociedad por ser educadoras naturales y además resultar trabajadoras con mano de obra baratas.

Vemos que algunas cosas y características propias del sistema aún persisten en la actualidad, la mujer elige la carrera docente de manera natural, juega desde pequeña con ser docente.

En el siglo pasado fue una oportunidad importante para las mujeres el trabajo docente, dejando de lado muchas cosas que hoy teniendo más conciencia nos damos cuenta que aún persiste en la sociedad la mirada o creencia del peso de la “Madre Educadora” Morgade (1997)

Conclusion

En la actualidad parecen haberse superado muchas de las barreras que se han enfrentado las mujeres en la docencia. Si bien en algunos todavía persiste la mirada errónea asociada de la mujer con su rol de mamá y ama de casa, y la creencia de que su labor como maestra es más una virtud por su condición de mujer que por sus propias cualidades intelectuales, cada vez hay menos personas que piensen de esta manera.

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