Muralismo Historia

Siqueiros y la historia de México

Los visitantes entran en la rectoría (el edificio de administración principal) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el Distrito Federal, bajo un imponente brazo tridimensional emergiendo de un mural. Hay varias manos, una sosteniendo un lápiz y avecinándose a un libro que enumera las fechas críticas en la historia de México: 1520 (la Conquista); 1810 (la Independencia); 1857 (la Constitución Liberal que estableció los derechos individuales;) y 1910 (el comienzo de la Revolución contra el régimen de Porfirio Díaz). David Alfaro Siqueiros dejó la fecha final en blanco en el mural Las fechas de la historia de México o El derecho a la cultura, 1952-56, inspirando a los espectadores a crear el siguiente momento histórico en el país.

La Revolución

De 1910 a 1920 la guerra civil asoló la nación cuando los ciudadanos se rebelaron contra el dictador Porfirio Díaz. En el corazón de la Revolución estaba la creencia —en sí misma revolucionaria— de que la tierra debería estar en manos de los campesinos, de las personas que la trabajan. Esta demanda de una reforma agraria marcó una nueva era en la sociedad mexicana: cuestiones relativas a las masas populares —educación pública y universal, salud pública, la ampliación de las libertades civiles— estaban en la vanguardia de la política del Gobierno.

Muralismo mexicano

Al final de la Revolución, el Gobierno encargó a los artistas crear obras que pudieran educar a las masas, en su mayoría analfabetas, sobre la historia de México. Celebrar el potencial del pueblo mexicano para modelar la historia de la nación fue un tema clave en el muralismo mexicano, un movimiento dirigido por Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco, conocidos como Los tres grandes. Entre 1920 y 1950, estos pintores cultivaban un estilo que definió la identidad mexicana después de la Revolución.

Los muralistas desarrollaron una iconografía con héroes atípicos, eran los héroes no europeos del ilustre pasado, presente y futuro de la nación, guerreros aztecas luchando contra los españoles, humildes campesinos peleando en la Revolución, los obreros comunes de la Ciudad de México y las personas de raza mixta que forjarían la próxima gran época, como en el mural de Siqueiros en la UNAM. Los tres grandes realizaron épicos murales en las paredes de edificios públicos altamente visibles usando técnicas como fresco, encáustica, mosaicos y pintura-escultura.

Una de las primeras comisiones del Gobierno para un mural de la época post revolucionaria fue para la Escuela Nacional Preparatoria, afiliada a la UNAM. Durante la década de 1920 Los tres grandes y otros artistas concluirían obras a lo largo de los amplios interiores y exteriores de esta escuela en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.

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