Neohumanismo

El proceso del neohumanismo

El neohumanismo surgió en el siglo XVII, es un movimiento que retoma la idea clásica de la reproducción humana en todos los sentidos ya sea en la producción, cultura o científica y en esta intervienen pensadores de casi toda Europa.

El neohumanismo de acuerdo al concepto pedagógico se refiere al ideal abstracta de la educación humana, tomando en cuenta los intereses y motivos los propósitos y circunstancias de cada lugar o época Alemania adquieren estos ideales abstractos de la educación una nueva y fecunda expresión, que la historia de la pedagogía conviene en llamar el neohumanismo.

En el curso del siglo XVIII se habían desarrollado con mucha fuerza las modernas ciencias naturales y filosóficas, emancipándose plenamente de la tutela de la antigüedad.

Del mismo modo, también las literaturas nacionales habían alcanzado ya su época de florecimiento, mientras que la estimación de la elocuencia humanista y la demanda de discursos y poemas en latín, habían perdido mucho terreno. Se hubiera podido suponer que el gran proceso de emancipación de la cultura moderna con respecto a la antigua, daría lugar a una depreciación de las lenguas clásicas, pero en realidad no fue así.

Entonces surgen una serie de personalidades que comparten con los humanistas del Renacimiento la admiración por la Antigüedad clásica, pero se diferencian de estos en que no ponen el acento de sus trabajos en la limitación de la lengua, sino en el estudio de su cultura entera (intelectual, moral, estética), al efecto de crear, tomando como modelo las producciones clásicas, nuevos bienes culturales; además el neohumanismo acoge los grandes rendimientos científicos de la época moderna, así como las recientes creaciones filosóficas del iluminismo, bien que despojándolas de su concepción histórica . El ideal de la vida del neohumanismo es, como se dijo por los mejores pensadores del tiempo, “el griego moderno”.

Aunque el neohumanismo nace y se desenvuelve prácticamente en Alemania, no fueron ajenos a él otros países. Tiene precursores en Inglaterra como Shaftesbury, que ve en los griegos modelos no igualados; en Francia, donde Rollin llama a Grecia fuente del buen gusto.

Los primeros representantes del neohumanismo en Alemania, J.Mateo Gesner (1691-1761), Cristian Teófilo Heine (1729-1812) y Juan Augusto Ernest (1707-1781), comprendieron el valor formativo de la literatura clásica con más profundidad que el antiguo humanismo. Gesner puso de relieve la importancia de las relaciones espirituales con la grandeza del alma de la Antigüedad para el desarrollo del pensar y juzgar rectamente, y por lo tanto, para la educación formal, llamada así por primera vez por el pedagogo Augusto Herm; Niemeyer (1754-1828), para el cultivo de la memoria, de la inteligencia, de la voluntad, del sentido de la belleza y, al mismo tiempo, para disciplinar la expresión lingüística. No es el pensamiento utilitario de los filántropos e ilustrados, del cual surge la nueva estimación del valor de la Antigüedad clásica, sino el anhelo de una acabada formación armónica y “desarrollo del propio íntimo ser en un sentido puramente humano. (J.H.Leser).

Se trata de penetrar su espíritu, él alma del gran trabajo cultural, no de copiar las obras, sino de tomar como regla para la obra propia la relación simbólica, entre la fuerza creadora y la obra ejecutada.

J. G.Herner, partiendo de la Antigüedad griega, desde la cual “nos habla con voz clara e inteligible el genio de la humanidad”, dirige luego su mirada a toda cultura humana. Por mas alabanzas que prodigue al ideal de la humanidad, que entre los griegos se convierte en el hombre, no llega a tanto como el fundador de la Altertumswissen schaft (Ciencia de la Antigüedad). Federico Augusto Wolff y sus discípulos J. Ast, F. Jacobs. F. Passow y otros, así como los grecómanos entre los poetas, elevan una ética estética a la categoría de evangelio. El vio, efectivamente en la religión cristiana “el más alto ideal de humanidad, el más espléndido florecimiento del alma humana”

Por “humanitas” entendió el pura y simplemente la humanidad ético religiosa. Wolff, por el contrario, pone en lugar del cristianismo la filosofía como la verdadera educación del cuerpo y del alma que conduce a la perfección de la humanidad.

Coincide con él en el entusiasmo por las excelencias de los griegos y en la importancia de su cultura para la educación Guillermo de Humboldt. Estimando como verdadero pedagogo el método de Pestalozzi, une al neohumanista A. F. BernHardi a la educación formal, la material y la moral, y planea un edificio completo de educación por medio de tres formas de escuela: la escuela de ciudadanos en general, de artistas y de sabios. Es el “Pestalozzi de la escuela superior”

KANT

El fundador del idealismo alemán, con él la corriente neohumanista toma conciencia de su origen y sentido; y con los discípulos de dicho pensador, experimenta un desarrollo ejemplar en la historia de las ideas.

Kant crea el sistema de la filosofía de la cultura, cuyo método crítico o trascendental tiene por tarea encontrar las leyes objetivas y creadoras de la cultura humana, esto es, las funciones conforme a las cuales se producen ciencia y arte, moral y religión, economía, derecho etc.

En la Crítica de la Razón Pura, Kant presenta la fundamentación lógica del conocimiento científico, al propio tiempo que exhibe los límites de éste y las falacias en que había venido incurriendo la metafísica tradicional en su intento fallido de probar y demostrar la existencia de Dios, la finalidad del mundo y la inmortalidad del alma, problemas que, en rigor, son meros ideales, inherentes a la naturaleza humana, y que sólo tienen la función orientadora de la conducta.

En la segunda obra capital de Kant, La Critica de la Razón Práctica, Kant nos acerca a la conciencia moral del hombre. En ella descubre el filósofo que la buena voluntad procede conforme al imperativo categórico cuya fórmula expresa así: “Obra de tal modo que la máxima de tu querer puede valer siempre como principio de una legislación universal”. Esto nos habla necesariamente de la autonomía de la voluntad. La libertad es así un postulado moral, del mismo modo que la idea de inmortalidad y la de Dios.

La filosofía de la religión es consecuencia obligada de los principios morales. La religión es reconocimiento de nuestros deberes como imperativos divinos. (“La religión dentro de los límites de la mera humanidad”)

En la tercera Crítica, la Crítica del Juicio, Kant dilucida el concepto de finalidad y, en relación con ella, la esencia del arte y de lo bello.

En la Época de las Luces, Kant proclama la liberación del individuo de los prejuicios, de la tradición y de la autoridad. Define el iluminismo como “la salida del hombre de un estado de incapacidad de que él mismo es culpable”; su lema puede expresarse con las palabras del clásico: Sapere aude, atrévete a servirte de tu razón.

Admirador entusiasta del Emilio y del filantropismo, concibe Kant el problema de la educación como el más grave y difícil que tiene ante sí la humanidad.

Decía también que la educación tenía por tarea desenvolver las facultades humanas mediante la propia razón, pero el fin supremo de la pedagogía es la formación del carácter moral que permite cumplir rectamente el destino individual y social del hombre.

Los medios que nos pueden llevar a alcanzar tan alto propósito son: la disciplina, que enseña a dominar las tendencias; la formación (Bildung), que educa conforme a las reglas de la didáctica; la moralización, que da la conciencia del deber y alecciona para cumplirlo, y la civilización, que presta seguridad plena: “El hombre no es otra cosa que lo que la educación hace de él… En la educación se oculta el secreto de la perfección humana”.

Kant nos dice que, el hombre se educa por propio y activo desarrollo de la conciencia, poniéndose a sí mismo sus ideales (autonomía) y reconociendo por límite el derecho de los otros individuos a cultivarse también libremente. El excepcional rendimiento de la doctrina Kantiana consiste en haber demostrado la espontaneidad creadora de la conciencia y las leyes o principios conforme a las cuales ésta, activamente se eleva, educándose, a los bienes de la cultura.

Con ello da el fundamento filosófico del neohumanismo y las bases epistemológicas de pedagogía activa.

Kant representa la conciencia madura de Occidente.

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