Niño como sujeto de derecho

EQUIPO 1

I ¿De qué hablamos cuando decimos “niño”?

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El niño/a pequeño/a generalmente es conceptualizado por lo que “no es”, por “lo que le falta”, o por lo que “todavía no tiene”, es decir, desde su vulnerabilidad.

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Cuando los diferentes actores hablan del niño/a pequeño/a, lo hacen en función de un ser humano que todavía no ha terminado de completarse, que está en proceso de hacerlo. Este discurso nos deja ver una construcción social del niño/a pequeño/a que lo concibe como un ser incompleto, un ser que será, lo que nos habla de una etapa de la vida sin identidad propia.

Esta construcción social legitima el carácter de “déficit” de la categoría niño/a pequeño/a, frente a otras etapas de la vida como construcciones ya completas, ya constituidas. Esta situación de déficit de la que hablamos, hace referencia al lugar, a la significación que ha tenido la infancia en general y particularmente el niño/a pequeño/a en nuestra sociedad en el transcurso de la historia. Los discursos de las diferentes disciplinas nos permiten inferir que también se considera a este momento de la vida como preparatorio para lo que viene después.”

Primera Infancia. Aportes a la formación de educadores y educadoras. Ministerio de Asuntos Exteriores. Presidencia de la República Oriental del Uruguay. INAME. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Agencia Española de Cooperación Internacional. OPP. CENFORES.  Dir. Gral. de Acción Social del Menor y la Familia. 2002 El niño pequeño como sujeto de derecho

Ps. Beatriz Liberman y Prof. Enrique Cal

CONSIGNA DE TRABAJO:

• Resumir, para el plenario, esta concepción de niño.
• Los invito a pensar y discutir situaciones de la vida real en las que aflora la concepción de niño/a descripta por los autores del texto que acaban de leer.

EQUIPO 2

II ¿De qué hablamos cuando decimos “niño”?

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El punto de partida desde el cual pensamos en el niño/a pequeño/a es que: las niñas y varones de 0 a 6 años son personas en un momento vital de intensas e importantes transformaciones, inteligentes, pensantes, sexuadas, afectivas, en conquista de autonomía (física, intelectual, afectiva, moral) y que están construyendo sus lenguajes, a la vez que lo cognitivo y vincular.

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El niño/a pequeño/a tiene características que comparte con otros momentos de la vida por su condición de ser humano, por su idéntica dignidad personal, pero también entendemos que hay otras características que lo diferencian, porque la infancia significa una peculiar manera de integración de lo humano, cualitativamente distinta a otros momentos de la vida.

Momento sumamente plástico, donde se producen, en forma abrupta y violenta, los mayores cambios.

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Reconocer y comprender a este niño/a pequeño/a desde su particular forma de organizar lo humano, desde su especificidad, junto con otros aspectos que conforman su identidad (como su nombre, su nacionalidad, su género, su propia historia, etc.), implica asumir a este niño/a pequeño/a como sujeto de derecho.

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Es necesario conocer y comprender a la niñez como una etapa de la vida que tiene sentido en sí misma, y adquiere significación plena con relación a la vida total del individuo.

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Por otro lado, implica concebirlo como sujeto con necesidades y potencialidades, que necesita del reconocimiento y de acciones de quienes lo rodean para crecer y desplegar sus posibilidades.”

El niño pequeño como sujeto de derecho. Ps. Beatriz Liberman y Prof. Enrique Cal

Primera Infancia. Aportes a la formación de educadores y educadoras. Ministerio de Asuntos Exteriores. Presidencia de la República Oriental del Uruguay. INAME. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Agencia Española de Cooperación Internacional. OPP. CENFORES.  Dir. Gral. de Acción Social del Menor y la Familia. 2002 

CONSIGNA DE TRABAJO:

• Resumir, para el plenario, el concepto de niño descripto por los autores.
• Los invito a pensar y discutir situaciones de la vida real en las que se pueda advertir esta concepción de niñez.

EQUIPO 3

Evolución histórica del concepto de infancia

Etapas

Los niños como estorbo 354- 430 DC

Se consideraba la existencia de la niñez como “un estorbo”. Según la teología de San Agustín  el hombre nace del pecado, por eso el niño es “la imagen viva de ese desliz”.

Esto implicó que muchos niños fueran privados del calor hogareño y considerados por las familias como una molestia.

El infanticidio, el aborto, el exilio, el abandono eran costumbres de la época.

Los niños son yugos (hasta el siglo IV)

Los padres eran propietarios de los hijos, ellos los consideraban como una carga o un yugo. Los niños inspiraban en los adultos temores, fobias y fantasías. Los padres podían disponer de sus hijos para cambio o uso según su interés.

Los niños son malos por nacimiento (siglo XV)

Los niños eran entendidos como entidades llenas de maldad y por lo tanto sujetos a castigos corporales despiadados para dominarlos (azotes, cepos, grilletes). No había interés por que los padres asumieran la crianza de los hijos, siendo encargados a terceros o a su buena suerte.

Burke, quien consideraba que la maldad era innata, promovía las instituciones sociales que se encargarían de instruir la ética a la gente y garantizar comportamientos responsables.

El niño como adulto pequeño – el adulto en miniatura (siglos XVI y XVI)

Se consideraba a los niños capaces de adoptar la misma conducta de los adultos en la sociedad, la diferencia refería al tamaño físico y a su nivel de experiencia. En Inglaterra o en Francia los niños no iban a la escuela, usaban la ropa delos adultos, trabajaban en las mismas faenas y hasta se divertían con los  mismos juegos.

El niño como tábula o tabla rasa (1693)

Locke difunde la idea de que el niño es como una pizarra en blanco donde no hay nada escrito y por lo tanto ni es malo, ni posee conocimientos innatos, sólo aprende a través de experiencias sensoriales.

En todos los casos el adulto era quien decidía lo que el niño tendría que hacer y ser.

El niño como un ángel (siglo XVII)

La niñez era vista como un estado de pureza e inocencia, se afirmaba que los niños venían del cielo y de los seres angelicales, se creía que el pecado no los había tocado. Era considerado como el salvador del adulto.

Esta concepción convivía con la del niño como un “salvaje al que hay que domesticar” lo que derivaba en constantes situaciones de castigo y maltrato.

El niño como bondad innata (siglo XVIII)

Rosseau: “El niño nace bueno, es la sociedad quien lo corrompe”. Consideraba que el niño posee una bondad innata y que sus impulsos naturales debían ser aceptados tal y como son. Postulaba que la educación debe entender al niño, satisfacer sus necesidades y mejorar sus intereses naturales.

Esta noción sacudió la disciplina rigurosa de la época, así como la enseñanza estructurada y el trato entre profesores y alumnos, bajo el precepto de que la educación debía confiar en la capacidad “natural” del niño para razonar y fortalecer su juicio independiente.

El infante como ser primitivo (siglo XIX)

Darwin consideraba que la infancia es similar al desarrollo del hombre primitivo, el desarrollo dela vida mental es como la evolución de la vida: vegetal, animal, humana.

Al comparar el desarrollo del hombre con el de una planta se da un énfasis al carácter pasivo de la persona en su propio desarrollo.

Se creía que los padres debían imponer hábitos y rutinas de vida para asegurar su éxito.

El niño como persona en desarrollo, como ser lúdico, como sujeto de derecho (siglos XX – y XXI)

Estas concepciones comenzaron a revolucionar el paradigma de niño influidas por los dramáticos cambios sociales a partir de los conflictos bélicos, del avance de la medicina y la tecnología, así como desde los aportes de la filosofía, la psicología y la pedagogía.

Concepción de niñez. Compilación. Carmen Vázquez de Velasco. Actualización 2005.

CONSIGNA DE TRABAJO:

• Resumir para el plenario, las etapas históricas por las que atravesó el concepto de infancia.
• Los invito a pensar en ejemplos de la vida diaria que den cuenta de la persistencia de alguno o algunos de los aspectos de los antiguos conceptos de infancia en la actualidad.

EQUIPO 4

El niño como sujeto de derecho

“La Convención sobre los Derechos del Niño considera a las personas menores de edad como un sujeto en desarrollo; esto es un ser titular de todos los derechos inherentes a la personalidad humana que requiere para el pleno ejercicio de éstos de una especial protección. La Convención rompe con la dicotomía capacidad-incapacidad; confiriéndole al niño un particular estatuto jurídico que se deriva del reconocimiento de su condición de sujeto de derecho y de persona en desarrollo. La persona menor de edad no ha de ser tratada como un mero objeto de tutela ni tampoco como un adulto. Se le impone entonces a los Estados partes el deber de arbitrar mecanismos especiales de protección que garanticen a las personas menores de edad el pleno ejercicio de todos los derechos inherentes a la personalidad humana, dispositivos que deberán ir variando conforme a la edad por la que vayan transitando. Andamiaje jurídico institucional que debe estructurarse en función de la premisa a mayor edad mayor autonomía personal y concomitantemente mayor responsabilidad.”

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