Oligarquía Cafetalera en Santa Tecla y Santa Ana
RakelHdez2 de Mayo de 2013
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Oligarquía Cafetalera en Santa Tecla y Santa Ana
Antecedentes. El Caciquismo Cafetalero 1860-1927
«En 1860 toma forma la producción cafetalera en el país. Los máximos productores del grano buscan afanosamente obtener el poder político del país, para impulsar aquellas políticas económicas que les permitan obtener mayores ventajas. Su estancia en el poder fue, por lo general, de forma caciquista o sea, arbitraria, para beneficio personal y para su grupo social, la oligarquía cafetalera y con una serie de abusos».
La oligarquía controlaba la mayor parte de la riqueza del país, que aunque mayoritariamente cafetalera, también cultivaba la caña de azúcar».
En abril de 1871, se da un levantamiento liberal, encabezado por una Asamblea Constitucional. Luego, por presiones del Reformador de Guatemala, Justo Rufino Barrios, asciende al poder en El Salvador, el gobierno del Dr. Rafael Zaldívar, que funge como presidente de 1876 a 1885. El cual decretó la abolición de las tierras comunales y ejidales.
Este gobierno acentuó las reformas liberales de El Salvador. Durante el gobierno de Zaldívar, Justo Rufino Barrios proclamó la Unión Centroamericana. Zaldívar, en unión con los gobernantes extranjeros, se opuso a tal unión, que en un principio había apoyado.
Vino nuevamente la guerra que terminó con la muerte del mandatario guatemalteco, el 2 de abril de 1885, durante una batalla en el territorio salvadoreño.
La anarquía cundió en El Salvador y arribó al poder el general Fernando Figueroa, que fue incapaz de dominar la situación reinante, pues sólo gobernó del 15 de mayo al 18 de junio de 1885.
La inestabilidad de los gobiernos, en ese entonces, era evidente, pues los llamados liberales no podrían mantenerse en el gobierno. Ya que de alguna u otra forma, no llenaban las expectativas de los que en ese entonces, gobernaban al país, es decir, la oligarquía y los militares que a excepción de Zaldívar, fueron militares pragmáticos.
La Revolución de los 44 (así llamada por el número de sus dirigentes), derrocó al gobierno ezetista, el 9 de junio de 1894.
Arribó al poder, el general Rafael Antonio Gutiérrez. Durante su gobierno se firmó en Amapala un nuevo pacto unionista entre Honduras, Nicaragua y El Salvador, que pasaron a formar la llamada República Mayor de Centroamérica (20 de junio de 1895). Esta nueva unión fue muy efímera pues Gutiérrez fue derrocado en El Salvador y su sucesor, el general Tomás Regalado, desconoció el pacto. El Salvador cayó de lleno en esos años en una tremenda crisis económica y financiera.
Entre 1898 y 1913, cuatro gobiernos se suceden en El Salvador: el del general Tomás Regalado, el de Pedro José Escalón, el del general Fernando Figueroa (que mantuvo al país en perenne estado de sitio) y el del Dr. Manuel Enrique Araujo (que murió asesinado a machetazos en un parque céntrico de San Salvador). Era ya la época en que había comenzado a penetrar el imperialismo en el país»
De 1913 a 1926, gobernó al país una nueva dinastía: la de las familias Meléndez-Quiñónez. Jorge Meléndez, Alfonso Quiñónez Molina y Carlos Meléndez, se intercambiaron el poder durante esos trece años. El terror fue el método del gobierno y varias veces el pueblo fue sangrientamente masacrado. Alfonso Quiñónez Molina, quedó ante la historia como responsable del ametrallamiento de una manifestación de mujeres, durante su campaña presidencial. Dicha manifestación apoyaba a otro candidato, el Dr. Miguel Tomás Molina. La oligarquía salvadoreña con el impulso del capital imperialista estaba dando los últimos pasos para unificarse y consolidarse totalmente en el poder. La época, sin embargo, deparaba un período de agitación revolucionaria de las masas populares.
En 1927, la dinastía Meléndez Quiñónez, impulsó en la presidencia de la República al hábil político Pío Romero Bosque. Este comprendió que el surgimiento de la línea seguida por sus antecesores podría conducir a una explosión de la ira popular, de tal manera que encausó su administración, por una línea democrática en el aspecto formal. Concedió mucha libertades públicas que habían sido desconocidas por los gobiernos anteriores y propició el fortalecimiento de las organizaciones gremiales, que desde hacía algunos años habían aparecido en el panorama nacional.
El Nacimiento de la Oligarquía Cafetalera
Un pequeño grupo de la población se benefició e enriqueció durante este período. Este grupo estaba compuesto por los principales inversionistas y comerciantes, especialmente los que participaron en la expansión de los productos de exportación principales, como el café y el azúcar. Una buena parte del grupo descendía de los hacendados y comerciantes que habían acumulado capitales y otros recursos mediante la producción añilera. Además, la expansión cafetalera atrajo a un pequeño grupo de emigrantes europeos que, buscando acrecentar sus fortunas, vinieron a invertir sus capitales en la producción, el financiamiento y la exportación del café. Rápidamente estos inmigrantes fueron asimilados por el sector más acaudalado de la población. Estos llegaron a ser partícipes del poder que para entonces disfrutaban los salvadoreños más ricos.
Por otro lado, un reducido grupo de la llamada clase dominante provino de las filas del campesinado. Gracias al esfuerzo, sacrificio y a menudo de la explotación de los recursos de sus propias comunidades campesinas, algunas familias campesinas a través de los años fueron enriqueciéndose hasta convertirse en terratenientes acomodados; es decir, propietarios de fincas y otras actividades comerciales mayores que las del campesinado independiente. Sin embargo, estos casos fueron excepcionales. Los campesinos enriquecidos integraron los estratos más bajos del grupo dominante. Por lo tanto, este sector social dominante no fue homogéneo; es decir, habían diferencias con respecto al grado de influencia sobre la política económica del estado.
La rápida expansión cafetalera en las últimas décadas del siglo 19 coincidió con el fin de las devastadoras guerras centroamericanas en las que cada facción de la élite salvadoreña participó tratando de imponer sus intereses particulares. Hacia 1870, las confrontaciones bélicas cesaron por varios años y se aceleró la siembra de café en gran escala. Se estaban dando las condiciones para que el grupo más poderoso de la sociedad impusiera al resto de la sociedad impusiera al resto de la sociedad un nuevo proyecto de desarrollo. Estarían en manos de la clase dominante aquellas actividades económicas ligadas a la caficultura, tales como las grandes fincas cafetaleras y los beneficios para procesar el grano. Asimismo, se harían cargo en algunos casos de la exportación del café.
Pero lo que mayores beneficios les reportaba era el financiamiento de la actividad económica: el dinero que se prestaba al productor pequeño o mediano producía ganancias considerables. En las últimas décadas del siglo 19, el productor, para conseguir financiamiento, debía comprometerse a entregar su cosecha a quien le prestaba dinero para producir. Es decir, en lugar de cancelar su deuda en dinero, la pagaba en café, cuyo precio era determinado unilateralmente por el pequeño grupo financiero que controlaba los préstamos.
Casi siempre se pagaba el café entregado por el productor a un precio bastante inferior al precio en el mercado internacional. Si el productor acumulaba deudas que no podía pagar, el acreedor se posesionaba de sus tierras o las vendía para recobrar su inversión, de tal forma que la incapacidad de pago por parte de los productores fue uno de los mecanismos que permitió al grupo dominante acumular mayores extensiones de tierra. Los productores más débiles eran los que con mayor frecuencia se veían obligados a entregar sus tierras al financista o, bien, venderlas para saldar la deuda. También los terratenientes que dependían de los préstamos para producir , debieron compartir sus ganancias con los financistas.
Los grandes productores pedían cambios en el sistema de financiamiento del café y hasta se aliaron con los productores medios y pequeños con el fin de adquirir más fuerza para enfrentar al sector más poderoso del grupo dominante. Durante varias décadas, los integrantes de esta alianza lucharon por la creación de un banco estatal que prestara dinero a una tasa de interés razonable y permitiera mayor flexibilidad en los pagos, especialmente en tiempos de crisis. No fue hasta 1934 cuando los productores vieron culminada su lucha con la creación del Banco Hipotecario.
Los Trabajadores
Cuando se comenzó a exportar el café en El Salvador, eran dos los grupos que con sus manos hacían producir la tierra: los campesinos y los jornaleros. Para finales del siglo 19, el desarrollo de la economía de exportación y otros cambios en el uso de la tierra, incluyendo la privatización de las tierras ejidales y comunales y la venta de los últimos baldíos extensos, crearon una mayor demanda para la mano de obra asalariada.
Esto significó que los campesinos pobres o sin tierra, un grupo pequeño pero que iba aumentando lentamente durante estas décadas, ganaban un salario por tareas de trabajo en fincas y haciendas ajenas. Algunos de ellos recibían en la hacienda la comida y un pequeño salario que, con frecuencia, era pagado en fichas cambiables exclusivamente en la tienda que poseía el terrateniente en su finca. Entre los trabajadores del campo habían diversos grupos
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