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PODER PRESIDENCIAL Y RECURSOS NACIONALES.


Enviado por   •  5 de Abril de 2015  •  2.192 Palabras (9 Páginas)  •  277 Visitas

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PODER PRESIDENCIAL Y RECURSOS NACIONALES.

Introducción.

Desde qué concluyó la revolución mexicana, de principios del siglo pasado, se ha dado un cambio en el orden de gobierno nacional, el país ya no veía sus sucesiones en el poder por la fuerza de un golpe de estado ni por el encumbramiento de algún caudillo, que definía el rumbo del país siempre basado en su actitud, en comportamiento.

Las políticas seguidas por el nuevo orden “institucional” para la sucesión presidencial sometían al pueblo a la elección del que sería su líder, la persona por la que pasarían las decisiones de la república, trataban de impedir que un grupo se perpetuara en el poder, para así lograr una verdadera alternancia. Actitudes completamente contrarias a esto demostraron que no fue así, que la elección del sucesor por parte del partido oficial correspondía al presidente, quienes algunas veces eran sensatos en la decisión del que creían sería un mejor sucesor y otras solo protegían sus intereses y blindaban su nombre y el de sus familias, como se vuelve a repetir en la actualidad, regresamos a aquel viejo PRIismo cínico y desvergonzado, donde la clase política vuelve a protegerse para beneficio propio y no para protección de la población.

México es un país con una cantidad de recursos naturales gigantesca, prácticamente es posible encontrar cualquier cosa en el ancho del territorio mexicano, económicamente no se han aprovechado estos recursos del todo, pues el desarrollo tanto de la agricultura como de la industria no ha traído una riqueza tangible a la sociedad sino que ha acumulado la riqueza en las manos de unos cuantos.

En ocasiones culpamos de todos los males a los gobiernos nacionales, quienes tienen alto grado de culpa, pero que no son el principal mal de la nación, debemos exigir, de la misma manera que lo hacemos con los gobiernos, a las empresas que luchen por una sociedad más justa, una estabilidad laboral y no un trato desalmado hacia los empleados.

Nuestro país mantuvo en el poder a un partido, el revolucionario institucional, por más de 70 años, pero los últimos 25 años fueron el declive de ese sistema de gobierno, todo iniciado por el lanzamiento de un ataque brutal para terminar con un reclamo originado por un movimiento estudiantil; tal vez esté sistema siempre estuvo en declive, pero lo que ocasiono este movimiento fue desnudar a este sistema, hacer que la sociedad que era contemporánea a ese movimiento se diera cuenta de la realidad que representaba este grupo en el poder; hoy día está de regreso, más voraz que nunca, terminando con los recursos del país, entregándolos a particulares, situación que no es mala, lo que es malo, es que esos particulares sean familiares de la misma clase política, que existan servidores públicos que estén con intereses en lo particular y obtengan de esa forma contratos que son casi herencia para sus familias y la población no vea ese beneficio por ninguna parte.

Desarrollo.

El fin de la revolución marcó el final de un régimen que había logrado un enorme desarrollo nacional, pero que también había permitido que quienes se beneficiarán de las maravillas naturales, económicas y sociales de México fueran unos cuantos, extranjeros algunos, mexicanos los menos, amigos del titular del poder en México. El nuevo modelo de gobierno institucional marcaba una tendencia de respeto para los derechos humanos, de desarrollo cultural y de una tendencia al desarrollo nacionalista. Todos estos atributos muchas veces se quedaron plasmados solamente en un ideario que era el que proponía este nuevo orden .

El avance en temas educativos, estructurales, económicos y sociales fue real en los primeros años, se vio un verdadero avance, el desarrollo cultural fue tangible. Se desarrollaban verdaderos proyectos de infraestructura.

El petróleo, centro de muchos debates históricos, ha tenido en México una vida de claroscuros. Al momento que se nacionalizó esta industria en nuestro país fue un gran aparato de desarrollo. A nivel mundial, a mediados de la década de los 70’s se vivió un “Boom” petrolero, ubicado por el presidente López Portillo, quien lanzo todos los esfuerzos de su gobierno en el desarrollo petrolero. Tuvo serios problemas después por su exagerada orientación hacia el desarrollo de esta industria e incluso pretendió ofrecer el crudo mexicano a un precio más elevado lo que le resto competitividad a este energético. El profesor Pedro Ojeda explica esto: “En el boom petrolero subieron los precios del crudo de 9 dólares el barril a más de 30. Pero luego vino el glup petrolero. El glup es una onomatopeya que quiere decir que nos atragantamos de petróleo, porque inteligentemente los países consumidores forzaron a los productores, entre ellos México, a producir más para bajar los precios, lo que trajo como consecuencia el crack e hizo impagable la deuda externa que se había adquirido, no sólo para México, sino para todas las naciones que vivían de ese ingreso”

Se descubrió que una de las principales palancas para el desarrollo nacional y mundial era el ramo de los energéticos, el petróleo marcaba la tendencia como uno de los verdaderos alimentadores de todas las industrias, los derivados del petróleo eran la herramienta principal de trabajo, México ha tenido unas enormes reservas petroleras pero al final de la revolución mexicana se encontraban en las manos de unos cuantos, extranjeros la mayoría, pasaron a ser, ya en la etapa del presidencialismo, de propiedad de la nación. Actualmente con la reforma energética, si bien es cierto que la agresiva estrategia de extracción de hidrocarburos que esta reforma se propone sí aumentará la producción petrolera, también es cierto que agotará más rápido nuestras reservas de petróleo. Si los cerca de 14,000 millones de barriles de nuestras reservas probadas nos iban a durar 10 años más a la actual tasa de extracción y reposición, con esta reforma nos durarán mucho menos. Lo anterior, combinado con nuestro actual subdesarrollo tecnológico en energías renovables, nos hará perder rápidamente nuestra soberanía energética. Siendo estratégicos, ese petróleo debería servirnos para nuestro desarrollo, para aumentar la competitividad de nuestra industria nacional por medio del abastecimiento barato de insumos derivados de hidrocarburos al resto de la industria mexicana.

El aumento de la carga fiscal se puede observar en lo dispuesto: i) en la Ley del Fondo Mexicano del Petróleo; ii) en la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos, y iii) en las modificaciones a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria de este paquete de leyes secundarias. Ahora se exige que Pemex contribuya al menos con el 4.7% del Producto

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