PROYECTO DEMOCRACIA
carsantos21 de Marzo de 2014
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PROYECTO PEDAGÓGICO DE DEMOCRACIA
“El INEDEC construyendo verdaderos espacios de convivencia,
participación y democracia”
1. IDENTIFICACIÓN
NOMBRE: INSTITUCIÒN EDUCATIVA DISTRITAL EL CAMPITO “INEDEC”
NATURALEZA: Mixto
DIRECCIÒN: Calle 37C #8 D-57
DEPARTAMENTO: Atlántico
MUNICIPIO: Barranquilla
BARRIO: El campito
TELEFONO: 3643919 – 3644084
JORNADA: Diurna (matinal-vespertina)
Nº DE CURSOS: 25
Nº DE ESTUDIANTES: 950
DIRECTORA: Adis Miranda De Iglesias
CORREO: www.instituciònelcampito.@hotmail.com
2. EQUIPO COORDINADOR DEL PROYECTO
Miladys Arzuza
Alba Celedón
Inés Paba
Omar Rodríguez
Ana Ropero
Miriam Torres
Hernando Salazar
3. DIAGNÒSTICO
Nuestro país atraviesa momentos difíciles desde el punto de vista social,
económico y político. Creemos que una de las causas de esa crisis es la falta de
una verdadera conciencia ciudadana, lo que se demuestra en la perdida de
valores como la solidaridad, honestidad, la tolerancia, el respeto por los derechos
humanos etc.
Desde nuestra visión ha hecho falta una verdadera difusión y divulgación de
nuestra constitución política, ya que solamente el verdadero conocimiento de
nuestros derechos y deberes nos llevará necesariamente a construir una sociedad
más justa equitativa y solidaria.
La educación para la democracia debe comenzar con un franco reconocimiento de
la realidad: la democracia no está funcionando bien en la mayoría de los países de
América Latina, particularmente en Colombia, y todavía no descansa sobre sólidos
cimientos de elementos culturales, eficacia y compromisos políticos. El desafío se
plantea en términos de reformar y reforzar las instituciones democráticas y
cambiar la cultura subyacente
Para lograr una democracia más profunda y eficaz se impone cambiar la cultura y
educar a la población para que espere, exija y se movilice por un gobierno
transparente, sistemas de justicias accesibles y creíbles, la protección real de los
derechos humanos, la equidad social entre los géneros y el ejercicio pleno de la
ciudadanía.
El objetivo básico de la educación democrática es el acceso a todos los derechos
políticos. Se trata de brindar los medios para el ejercicio de una ciudadanía
consciente y activa, de transformar la diversidad en un factor de entendimiento, de
ayudar a construir el sistema de pensamiento y de valores de cada individuo con
apertura intelectual, para que tenga la capacidad de interpretar los hechos más
importantes relacionados con su destino personal y colectivo. Asimismo, los
programas de Educación Cívica deben propiciar prácticas educativas que
conduzcan a los niños a tener en cuenta otros puntos de vista y a debatir sobre
dilemas morales o sobre casos que exijan decisiones de carácter ético.
La construcción del orden social implica una formación para la justicia, que es el
núcleo de la educación moral de las conciencias; se trata de preparar a una
ciudadanía activa en la que la responsabilidad de intervención y participación
sustituya a la simple ciudadanía por delegación. La asimilación del sentido de la
justicia abstracta (equidad, igualdad de oportunidades, libertad responsable,
respeto a los demás, defensa a los más débiles, apreciación de la diferencia, entre
otros) genera actitudes que predisponen a actuar de manera concreta en función
de la justicia social y la defensa de los valores democráticos
La práctica de la democracia en la escuela requiere el diálogo entre las formas
institucionalizadas o no de las culturas tanto de la escuela como de la comunidad.
De este modo, el proyecto busca promover este diálogo como principal vía para el
desarrollo de aprendizajes para un ejercicio ciudadano democrático.
4. JUSTIFICACIÓN
Normalmente a la escuela se le otorga el papel de generadora de conocimientos
para el ser humano, pero aparte de generar conocimientos, la escuela es
propiciadora de espacios de interacción que la convierten en el lugar ideal donde
el ser humano aprende a convivir en sociedad, a respetar normas, a ser tolerante,
a practicar los valores.
Es necesario revisar el sentido de la escuela, devolviéndole su rol de formadora de
ciudadanos desde una perspectiva democrática. Necesitamos una educación
ciudadana que promueva el desarrollo de competencias para la vida y para la
convivencia, mejorando así los aprendizajes formales y los considerados como no
formales.
La Educación Ciudadana debe reconocer las diversas dimensiones de la persona,
es multidimensional: política, socio afectiva, ética e intelectual, por tanto pretende
visualizarlas e interrelacionarlas para un tratamiento integral.
Reconocemos tres pilares en la Educación Ciudadana: la convivencia, la
participación y el conocimiento. La convivencia, es una condición básica de todo
proceso de socialización y desde una perspectiva ciudadana implica la
construcción de una comunidad política. Supone estar atentos a la forma en que
se producen y reproducen las distintas maneras de relacionarnos y reconocernos
y, a su vez, al manejo de las diferencias y de la diversidad. La mejora en las
relaciones y en la integración de la comunidad educativa se relaciona con tres
elementos: la valoración y el respeto de las opiniones y los aportes en las
discusiones; la construcción de una visión común relacionada con la mejora del
centro educativo y; la oportunidad para el crecimiento personal y reconocer el
conflicto como consustancial a la existencia humana.
La participación desde esta perspectiva supone el reconocimiento de la escuela
como espacio público, las formas y lugar donde se condensan las diversas
maneras de estar y ser parte de ese espacio colectivo que es nuestro y de todos.
El acto de la participación permite apropiarse del espacio público y desde una
perspectiva ciudadana se enfila hacia al fortalecimiento y ensanchamiento de la
democracia. Supone a la vez, reconocer que el poder está en las relaciones y que
generalmente son relaciones asimétricas, desde esta mirada puede ser un
instrumento de cambio.
Nuestros vínculos sociales están signados por un modelo político que exacerba el
individualismo, que hace difícil imaginar el bienestar general como propio. La
convivencia y la participación pueden convertirse en procesos de generación de
nuevos tejidos sociales o de ratificación de los preexistentes, los mismos que son
vitales para la existencia de los sujetos. Esa construcción o reconstrucción del
tejido social en la escuela dialoga con la necesidad de valorar la individualidad y
de fortalecer una comunidad basada en la confianza.
El arte de educar en la ciudadanía trata sobre cómo la educación logra hacer que
los individuos se adapten a vivir en sociedad, y asuman los deberes que suponen
la vivencia en comunidad.
Si la democracia es una cosmovisión, nadie se la puede dar a una sociedad; la
democracia es una decisión que toma la sociedad. Y esta es una decisión que lo
afecta todo, que lo pregunta todo: ¿Cómo son las relaciones de una pareja
democrática? ¿Cómo son las empresas democráticas? ¿Cómo son las escuelas
democráticas? ¿Cómo son las familias democráticas, las instituciones
democráticas, las organizaciones democráticas?… Esto quiere decir que la
democracia, como cosmovisión, como forma de ver e interpretar el mundo,
necesariamente afecta a toda la sociedad.
Si la democracia es una cosmovisión, o sea una forma de ver el mundo, la
comprensión del concepto de la democracia puede transformar la educación
totalmente. Es por esto que cuando se habla de educación para la democracia, lo
que se está diciendo es que una sociedad que se decide por la democracia debe
preguntarse cómo tiene que concebir su educación, cómo tiene que diseñar sus
escuelas y lo que allí ocurre, qué transformaciones hay que hacer para formar
ciudadanos democráticos y promover una cultura democrática: formas
democráticas de pensar, sentir y actuar; lo que se conoce también como Ethos
Democrático.
Este proyecto se adecua a unos de los fines de la educación contemplado en la
ley 115/94 (Ley General de Educación) que plantea: “La formación en el respeto a
la vida y a los derechos humanos, a la paz, a los principios democráticos de
convivencia, pluralismo, justicia, solidaridad y equidad, así como el ejercicio de la
tolerancia y la libertad”
También esta acorde a lo estipulado en el Art. 41 de la Constitución Política de
Colombia donde se plantea: “La necesidad de fomentar prácticas democráticas
para el aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana, en
todas las escuelas públicas y privadas del país”
Sumado a lo anterior también es un proyecto a fin a uno de los objetivos
específicos de la Educación Básica en
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