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Patria Potestad En El Imperio Romano


Enviado por   •  17 de Abril de 2013  •  2.466 Palabras (10 Páginas)  •  982 Visitas

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PATRIA POTESTAD EN EL IMPERIO ROMANO

Poder del Pater Familias sobre las personas y el pensamiento estoico.

El poder supremo que tenía el pater familias romano sobre las personas y bienes de sus hijos no fue nunca totalmente abolido, pero sí se mitigó poco a poco por una serie de medidas especiales. Caracalla prohibió la venta de los hijos, salvo en caso de extrema miseria. Adriano castigó los abusos del derecho del pater familias a matar a sus hijos. Se estableció en el periodo imperial la obligación del padre de alimentar a sus hijos. El poder absoluto fue gradualmente disminuido.

El pensamiento estoico, cabe insistir, no fue el principal ni el único factor que influyó determinadamente en el Derecho Romano, aun cuando debe tenerse en cuenta en relación con el medio y las circunstancias.

El pensamiento estoico fue aprovechado por los hombres de la época, en todo lo que encuadraba con su manera y forma de pensar. Dentro de las ideas de mayor importancia sin duda cabe citar su concepción del “Imperio Universal”, que coincide con la del Imperium Romanum, al hacerse real en la medida de lo posible, el concepto estoico de un Estado mundial con una ciudadanía común y un derecho de igual naturaleza.

El pensamiento era revolucionario si se recuerda la estructura de la ciudad griega. Respondía, sin embargo, a la necesidad de esta cosmópolis que surgió con las monarquías alejandrias y se desarrolló plenamente con la llegada del Imperio Romano.

3.2. Imperio de Justiniano.

El periodo que conocemos con el nombre del Imperio Absoluto en el cual todos los poderes se concentran en manos del emperador, es una época de franca decadencia; abarca desde el inicio del reinado de Diocleciano en el año 284 hasta la caída de la cuidad de Roma, en 476, por lo que toca al Imperio Romano Occidental, y hasta 1453, fecha en que cae la ciudad de Constantinopla y termina así el Imperio Romano de Oriente.

En el año de 527 ascendió al trono imperial el emperador Justiniano que reinaría hasta su muerte en 565.

Su obra como gobernante destaca tanto en el ámbito político-militar, como en el religioso y en el jurídico.

En el primer aspecto pretendió restaurar el antiguo Imperio Romano, logrando reconquistar algunos de los territorios invadidos por los bárbaros: África, Córcega, Cerdeña, Sicilia, Italia y parte de la Península Ibérica, aunque no todos estos territorios los conservara durante su largo reinado.

En lo religioso trató de unificar las creencias e imponer el cristianismo ortodoxo como religión oficial del Imperio.

En lo jurídico llevó a cabo una gran labor legislativa gracias a la cual estamos en posibilidad de estudiar el Derecho romano.

La labor legislativa llevada a cabo por Justiniano, desde el momento en que sube al trono en 527, tiene una importancia decisiva dentro de la historia del derecho, pues gracias a él conocemos aquél que rigió a los romanos durante los siglos anteriores. El Derecho romano que va a ser estudiado y aplicado en diversos pueblos no es el clásico de la época del Principado sino el derecho elaborado por dicho emperador y que conocemos como derecho romano justinianeo.

La inmensa labor legislativa efectuada por Justiniano, tiene que ser contemplada desde un doble ángulo: como una tarea de codificación, o sea de reunión y clasificación de todo el material jurídico que había integrado el derecho de los romanos

hasta su época y, a la vez, como una labor creativa no sólo en el sentido de que adaptó las normas jurídicas anteriores a las necesidades de su época, sino también a la serie de disposiciones dictadas de nueva cuenta durante su reinado.

Con la muerte de Justiniano en el año 565 termina lo que se conoce como la primera vida del Derecho romano; vale decir la etapa de su creación, iniciada con la fundación de la ciudad de Roma en el año 753 a.C.

Al conjunto de la labor jurídica de Justiniano se le conoce con el nombre de Corpus iuris ciuilis" y está compuesto por el Código, el Digesto, las Instituciones y las Novelas.

3.3 Época de los emperadores.

Los sucesores de Constantino continuaron con la labor evangelizadora llevando el cristianismo a los habitantes del imperio. En este contexto podemos mencionar que a pesar de los esfuerzos de los emperadores por llevar a cabo reformas en el derecho, el peso del pasado los complicaba de gran forma.

Los romanos fueron siempre tradicionalista y reacios a los cambios, es por esto que los emperadores mas bien fueron persuadiendo a los ciudadanos e introdujeron la moral y los principios cristianos de forma pasiva, evitando así chocar violentamente con muchas de las ideas paganas que aun se mantenían en la conciencia de las personas y que eran contrarias al cristianismo, por ejemplo el divorcio y la idolatría. En estos casos las autoridades no tuvieron el suficiente poder para suprimirlas definitivamente.

En este sentido el mundo romano se encontraba en la frontera de dos civilizaciones, una nueva y muy atractiva y por otro lado otra que estaba tan arraigada en las antiguas costumbres que no dejaban desarrollar la nueva doctrina.

La tarea reformadora del cristianismo se vio complicada por la condición que vivía el imperio por esas épocas.

Las constantes crisis estaban llevando a la civilización romana a su decadencia, las invasiones disminuían su fuerza y enervaban su enérgica centralización. Las provincias se aislaban al recibir a los bárbaros, se llenaban de elementos nuevos y extraños y costaba trabajo al poder hacer llegar hasta ellas la acción de la ley.

Con la caída del imperio romano de occidente la civilización se traslada a Constantinopla y es ahí donde Justiniano, en su gran obra consagra la influencia del cristianismo sobre el derecho.

En el código de Justiniano apreciamos como los principios cristianos son introducidos al derecho, así por ejemplo, la igualdad se apodero de las personas y de las cosas; borra las diferencias entre los libertos, mejora la suerte de los esclavos; no hace ya distinción entre parentesco masculino (agnatio) y femenino (cognatio), equipara las cosas mancipi y nec mancipi. Los derechos de los hijos de familia aumentan. La potestad, que había sido únicamente la base de la familia romana es remplazada por los lazos de la sangre y del afecto. Las ficciones desaparecen etc., con este triunfo final de las ideas cristianas termina la historia del derecho

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