ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Pensar En La Globalizacion Feinmann


Enviado por   •  19 de Marzo de 2014  •  1.546 Palabras (7 Páginas)  •  626 Visitas

Página 1 de 7

Pensar la globalización

En los videos de las conferencias de Feinmann, se plantean temas históricos y problemáticas de la actualidad. Dichas problemáticas tienen vínculo con el pasado; es por eso que Feinmann hace un viaje en el tiempo cada minuto. Plantea un problema y nos lleva al pasado para poder explicarlo. A continuación, se transcribirán los problemas planteados por José Pablo Feinmann:

La caída del muro de Berlín: El muro fue construido en 1961.En ese momento, los escritores no eran libres para componer y las personas eran oprimidas. También murieron personas en el intento de superar la vigilancia de los guardias fronterizos de la República Democrática Alemana cuando se dirigían al sector occidental. Pero, en 1989, cae el muro. “Cae porque los que estaban más allá de la cortina de hierro se cansaron de la burocracia soviética, de la censura…” Pero, “el muro que cayó, se quintuplicó”, Feinmann plantea que la caída del muro genera la creación de una sociedad amurallada, donde se excluyen a muchos, y se incluyen a pocos, una sociedad en guerra permanente.

Capitalismo: Al hablar del capitalismo, Feinmann cita al filósofo Adam Smith, quién se refiere dicho sistema como “egoísta”. La competencia es un factor muy importante en el capitalismo, no hay que apelar a la benevolencia de una persona, sino a su garra competitiva. Feinmann dice que en esta competencia, se lucha por destruir al otro.

Exclusión: Feinmann explica cómo la sociedad considera a “el otro” como la nueva barbarie y es excluido. La sociedad se siente invadida ya que piensa que “el otro” viene a llevarse lo suyo. Feinmann dice que en el mundo hay escasez, por lo tanto, en la presencia de alguien diferente, lo excluyen. “Cuando yo establezco que el otro es el otro, establezco que lo puedo matar”.

Choque de civilizaciones: Feinmann cita al politólogo Samuel Huntington y a su escrito “choque de civilizaciones” para explicar en parte la caída de las torres... [continua]

Un viejo fantasma recorre otra vez (saludablemente) América latina: el de la identidad nacional. Hemos advertido que la ponderada globalización que impulsa el Norte implica, para nosotros, una globalización en exterioridad. Nos globalizamos, pero bajo la imagen, los valores, la ideología, la economía y la agobiante y omnipresente cultura del Otro. Los teóricos de la globalización proponían que no había Otro. Pero lo hay. Esta globalización (la globalización capitalista terciaria, informática y desterritorializada aunque territorializada en Wall Street y el Pentágono, no es cuestión de engañarnos) suponía que la globalización era la unidad final y armónica de los Otros, de todos los Otros que, armonizándose, finalizaban por constituir el sistema de lo Uno: el perfecto sistema de la globalización capitalista. Esto –quién no lo sabe, lo sabemos todos y el que no lo sabe lo oculta o no quiere saberlo– significó en los hechos (y entre esos hechos el más reciente y decisivo es la invasión a Irak) el poderío hegemónico de Estados Unidos como gran potencia bélica, financiera y comunicacional. No se globaliza el Todo. Se globaliza lo uno (un Uno muy concreto: el proyecto bélico–comunicacional norteamericano) que constituye a todos los demás en tanto partes de ese Uno. De este modo, caen los Estados Nacionales, las identidades nacionales, los aranceles proteccionistas y –con ellos– cualquier posibilidad de un desarrollo industrial autónomo, de una producción y un mercado de trabajo y consumo autónomos y desaparecen también (o, al menos, así debiera serlo) las banderas nacionales. Porque –y éste es el momento– hay que hacer una pregunta: ¿Cuál es la bandera de la globalización? Que nadie se haga el distraído. Todos los sabemos. Algo fastidiado, Huntington critica un concepto del mundo islámico que habla de la occidentoxicación. Bien, así estamos todos: occidentoxicados. O, si se quiere, macdonalizados. Lo cual es muy coherente con el estilo de esta globalización tercer milenio. Hubo antes globalizaciones. Desde 1492 que las hay, ya que, en rigor, el capitalismo es un sistema globalizador. Pero, en este tercer milenio, la globalización está hegemonizada por la gran revolución capitalista que la dinamiza, que la encarna: la revolución comunicacional. Al constituir ésta una poderosa generadora de imágenes, conceptos, identidades y –de un modo aplastante– subjetividades, el resultado de esta globalización capitalista es el borramiento, el arrasamiento sin más de las identidades nacionales. Las que pasan a ser folclóricas, arqueológicas, restos del pasado, rescoldos de otra historia.

Esto hay que evitarlo. Muerto el “arrorró” de la globalización ha vuelto a estar sobre la mesa de debates el tema de la identidad nacional. Porque es muy simple:

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (9.6 Kb)  
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com