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Plaza Tapatia


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2013  •  1.403 Palabras (6 Páginas)  •  384 Visitas

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GUADALAJARA, JALISCO (05/FEB/2012).- Inaugurada el 5 de febrero de 1982, la Plaza Tapatía prometía ser un centro recreativo que unificara la ciudad. Difuminar la división entre los habitantes del Oriente y el Poniente fue el ideal bajo el que se sustentaba el proyecto. Un beneficio económico se obtendría de los comercios en la zona, pero principalmente se convertiría en un atractivo turístico y de agrado de los jaliscienses.

Luego de varios años, y viendo en retrospectiva, se puede evaluar si los objetivos del proyecto se lograron. Actualmente, la división de esta capital a través de la Calzada Independencia se mantiene vigente, lo cual vuelve discutible la cohesión de las dos Guadalajaras a través de la plancha de concreto que este día cumple 30 años.

“Pensar que se trata del puente que uniría las dos Guadalajaras no es más que la alegoría de una intervención urbana con otros fines; simple pretexto ideológico”, externa el economista con estudios de posgrado en Urbanismo, Luis Fernando Álvarez.

Quien actualmente ejerce como profesor investigador del Centro Universitario de Arte Arquitectura y Diseño (CUAAD) de la Universidad de Guadalajara, estima que la operación, como las grandes intervenciones que buscan homogeneizar el territorio, generó nuevos problemas en el espacio consolidado.

Con una mayor circulación y con un aproximado de 70 mil visitas por día, la protección de las autoridades es necesaria. Y en lugar de obtener más visitas de los residentes del Oriente de la ciudad en un horario nocturno, originó bajas en la afluencia al no destinar recursos en materia de seguridad.

A su vez, el arquitecto Ignacio Vázquez Ceseña, con estudios de posgrado en Diseño Urbano en Copenhague, Dinamarca, manifiesta no creer que “se haya roto la barrera entre la Guadalajara de Oriente y la de Poniente, o entre ricos y pobres. Se trata de más de cinco millones de habitantes y en realidad algo como la plaza no iba a lograr que se diera un cambio socialmente”.

Para él, si bien no se logró romper con el paradigma de las dos Guadalajaras, los ciudadanos ganaron un espacio público, y como muestra de ello están los domingos, cuando se apoderan del espacio y se llena casi en su totalidad.

La remodelación

“Mejorar la condición de vida de los habitantes del barrio de San Juan de Dios”, frase que intenta funcionar como justificante en los documentos que decretan la intervención. Sin embargo, en opinión de Vázquez Ceseña, la zona se considera “peligrosa” con o sin plaza.

Antes de crearse la explanada, se ubicaban edificios abandonados que daban lugar a un sitio propicio para el crimen. Y en estos días no hay lugares pensados para vivienda.

La única forma para rescatar el área de la ola del crimen, propone Ignacio Vázquez Ceseña, es logrando que se pueble con fincas residenciales. “Hay gente solicitando mañana y tarde, pero una vez que cierran los comercios se vuelve inseguro y lúgubre”.

Problema bajo los pies

De manera subterránea, bajo la placa de concreto que conforma la Plaza Tapatía, se encuentran dos mil espacios para estacionar vehículos. La complicación surge con el paso del tiempo, y en pleno siglo XXI la demanda ha rebasado la infraestructura para el automóvil.

El arquitecto extiende, a manera de juicio personal: “Debió haberse construido más grande (el estacionamiento). En los anteproyectos se contemplaban dos niveles, mas no siempre se cuenta con el presupuesto suficiente para las obras públicas. Aunado a un sistema de transporte público sería mucho más eficiente”.

Mientras tanto, el urbanista exterioriza: “El estacionamiento vino a servir como un activo que no tenía el Centro metropolitano. Quizás fue ésta, desde el principio, la única actividad rentable”.

Y si bien ya no son suficientes los cajones de estacionamiento, a favor de la estabilidad en la urbe, no deben ser incrementados. Por el contrario, se debe buscar nuevas alternativas de movilidad y estructura.

El proyecto nace en 1955

Edificios patrimoniales quedaron en el pasado

Con la intención de que la Plaza Tapatía se convirtiera en un espacio abierto, se tuvo que prescindir de algunas construcciones que con el tiempo se convertirían en patrimonio cultural, pero que interferían en la planeación. El proyecto tan ambicioso comenzó a maquinarse en 1955 por el arquitecto Días Morales, y se emprendió a finales de la década de 1970.

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