Positivismo Mexicano

I. IMPLEMENTACIÓN DEL POSITIVISMO A MÉXICO.

El Positivismo es una corriente que afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico, y éste sólo puede surgir de la afirmación de teorías a través del método científico; además de que el espíritu humano tenía que superar tres estados:

• El estado teológico, durante el cual la humanidad explica los fenómenos recurriendo al mito y a la creencia.

• El estado metafísico, en donde el hombre supera el estado teológico, haciendo uso de la razón.

• El estado positivo, en este estado el hombre se dedica a descubrir las causas últimas mediante el buen empleo del razonamiento y la observación.

El Positivismo no sólo se aplicó en Europa, sino que fue traído a México directamente desde Francia por un alumno de Augusto Comte; Gabino Barreda. Esta corriente tuvo gran aceptación en México, debido a que ésta se amoldaba perfectamente al modelo político liberal.

Este movimiento fue impulsado por el primer positivista mexicano; Pedro Contreras Elizalde, quien fue discípulo y fiel seguidor de Augusto Comte. Contreras Elizalde, introdujo a Barreda en las enseñanzas de Comte, y en la década de 1860, ambos se dedicaron a la introducción y divulgación de la filosofía positiva.

Gabino Barreda fundó; lo que constituyó el principal centro de difusión del positivismo en México, la Escuela Nacional Preparatoria, en la que introdujo esta filosofía como modelo a seguir para la educación.

La filosofía positiva mexicana y su riguroso método cientificista para explicar el comportamiento social, basado en leyes naturales e inmutables, se articularon mucho más durante el gobierno porfirista, pues lo dotaron de una legitimidad incuestionable que sumió en la pobreza a la mayoría de la población.

Sin embargo, lo que propició mayormente la inclusión de esta nueva filosofía, fue que el Positivismo brindó los argumentos necesarios a los liberales, para oponerse al dogmatismo religioso y a la reacción apoyada por el clero.

La idea fundamental en que se apoyaba el positivismo en México era la concepción de orden, basada en un equilibrio de los diferentes estratos sociales, impactando por un lado a la educación; y por otro lado, a la política.

De alguna manera, el positivismo de los liberales llegó a dotar de sentido al periodo que México estaba enfrentando; casi como un rayo de luz, y posibilitó una explicación para concebir esa nueva etapa: La etapa positiva.

No obstante, la filosofía positiva no fue adoptada como la ideología oficial del régimen, sino ante todo, como una filosofía de la educación que se impartiría desde el Estado. Todo esto fue consecuencia de la aparición de la Escuela Nacional Preparatoria y su nuevo modelo de estudio.

Desde la llegada a nuestro país, el “Positivismo Mexicano” no dejó de tener expresiones políticas, pues desde su inicio los liberales lo encontraron como algo perfecto para el modelo político que querían, y por otro lado está la adopción de esta corriente por parte de Porfirio Díaz, que lo embargó la idea del Progreso.

Así que, desde la divulgación positivista que realizó la Escuela Nacional Preparatoria y la explicación que se hacía sobre la ley de los tres estados formulados por Augusto Comte, los seguidores de esta nueva filosofía, encontraron un cuerpo teórico armado para darle coherencia a nuestra evolución social.

II. POSITIVISMO MEXICANO A MEDIADOS DEL SIGLO XIX:

En 1867, Benito Juárez derrotó a los ejércitos imperialistas, restauró la República y estableció los poderes legítimos en la Ciudad de México. Fue en ese momento que Barreda decidió regresar de Francia a México, con el firme propósito de reformar la visión del país.

El 16 de Septiembre de 1867, con el triunfo de los republicanos en la ciudad de Guanajuato, Barreda pronunció la Oración Cívica , en la cual sale a la luz un análisis crítico de las situaciones que México enfrentaba, y señaló que el Estado liberal encarnaba el espíritu positivo y se encontraba dentro de la senda del progreso que Comte le auguraba a la humanidad.

Esto, y el hecho de que el movimiento contribuía a la emancipación religiosa y científica del pueblo, llamaron la atención de Benito Juárez, y le confirió a Barreda la responsabilidad de elaborar un nuevo programa educativo.

Es por esta razón que el Positivismo se convirtió en el fundamento indispensable para orientar la educación hacia el progreso. Pues solo así se cumpliría el ideal liberal

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