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RESUMEN LA IGLESIA Y EL ESTADO Y LA PARTERIA EN MEXICO


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2022  •  Resúmenes  •  1.710 Palabras (7 Páginas)  •  663 Visitas

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La partería ante la iglesia y el estado en el Siglo XIX

Para los criterios de la Iglesia novohispana dos eran los asuntos de importancia: el aborto, en la medida que se consideraba un pecado en contra de “la santidad del matrimonio” y salvar el alma del feto en peligro de muerte; en cambio, para el Protomedicato y la academia decimonónica lo importante era integrar a las parteras a las instituciones médicas. Estas dos vertientes, aparentemente opuestas, formaron parte de “los mecanismos de control social” que permitieron que la “clínica” obstétrica abriera paso a la medicina

Para reconstruir la historia del parto durante los siglos XVIII y XIX en México, tenemos, por un lado, los escritos de los religiosos preocupados por la salvación del alma de los fetos y por el aborto, y por el otro, a los funcionarios y médicos obsesionados por quitarles de las manos los nacimientos a esas mujeres “empíricas”. Ambos discursos polemizaron contra aquel oficio ejercido sólo por las comadronas desde hacía tres siglos aproximadamente.

Las parteras causaban desconfianza al Estado, pues éste veía en ellas a mujeres: que practicaban brujería en secreto. Se trataba de terminar con la complicidad, verdadera o supuesta, de la matrona con los delitos (abortos, infanticidios y abandono de niños).

Adelante se les exigió efectuar un examen ante un “tribunal que estableciera las reglas prudentes a que debían sujetarse en sus exámenes y formar una instrucción de lo que les estaba permitido y lo que les estaba prohibido”. En los manuales se les indicó cómo debían expresarse. La fisonomía sería descrita en los términos reconocidos por el Real Tribunal del Protomedicato: desde la concepción hasta el puerperio y cada uno de los síntomas del “estado de preñez” quedaron registrados en el manual que conformaría la anatomía femenina. Preguntas y respuestas, a modo de catecismo sirvieron de guía para que aprendieran de memoria las lecciones:

Antes del gran siglo de la medicalización, el XIX, las parteras y los párrocos aparecieron juntos ante las mujeres parturientas. Ellos también reeducarían su percepción del cuerpo femenino. El sentido principal de la cesárea, además de rescatar al feto, fue el bautismo. Por este motivo, los teólogos sostuvieron largas discusiones para establecer si el embrión poseía alma, cuándo era provista de ella y si tenía o no sentido bautizarlo; “todos los curas y vicarios” debían tener “en su casa un librito pequeño”, el cual explicaba “el modo con que cómoda y fácilmente se hace la Operación Cesárea”, y el sistema que las parteras debían seguir en caso de tener que bautizar.

La relación que los párrocos sostuvieron con las parteras fue de gran importancia para difundir la cesárea, el bautismo y, por tanto, la conservación de los niños. Aun cuando la Iglesia negaba a las mujeres impartir los sacramentos, para el bautismo tuvo sus excepciones: es “válido siempre que se administra con la materia, forma e intención debida, hágalo eclesiástico o seglar, hombre o mujer, cristiano o infiel”. A ellas se recurría para bautizar el alma de los infantes en peligro de muerte: están “obligadas, debajo de pecado mortal, a saber, el modo de bautizar, procurando conservarlo en la memoria”, y realizarlo sólo “que no haya otro cristiano, ni aun seglar, que sepa, y pueda bautizarla”. Las parteras bautizarían “en caso de extrema, o a lo menos grave peligro de muerte de la criatura” y sin olvidar que “según derecho, deben ser bautizados en la iglesia y por el cura, o vicario"

TRANSFORMACION DE UNA PROFESION EN MEXICO: PARTERIA

  • El surgimiento y desarrollo de la partería profesional en México sostiene que esta carrera fue creada en el siglo XIX
  • La relación entre médicos y parteras tuvo contradicciones, pero éstas se agudizaron a partir de la instauración de la ginecología como especialidad en México.
  • En 1750 se ordenó que en España y sus dominios las parteras fueran examinadas y vigiladas por el Real Protomedicato
  • Se redactaron cartillas para ellas en las que se les indicaba que en los partos con complicaciones debían llamar a un cirujano
  • Para ser examinadas, las parteras debían haber estudiado cuatro años con maestro aprobado, presentar certificado de pureza de sangre y testimonios de buena conducta.
  • Las mujeres buscaban parteras con habilidades, no con títulos.
  • Había parteras españolas, negras, mestizas, mulatas e indígenas
  • En Octubre 1833, se decretó la abolición de la Facultad de Medicina de la Pontificia
  • Dos meses más tarde se dispuso que se diera una cátedra para parteras, cuando comenzaron los cursos en México de instrucción para ellas ya estaban unidas las carreras de medicina y cirugía, y las futuras parteras asistían a la misma cátedra de obstetricia que los estudiantes de medicina
  • Con la formación de parteras profesionales se buscaba remplazar a las parteras tradicionales por mujeres alfabetas entrenadas por los médicos.
  • No fue fácil para las mujeres que se aceptara su presencia en las cátedras, particularmente en los estados; hubo incluso necesidad de emitir leyes para hacerla posible:

TOLUCA: En 1896 que decretó la igualdad profesional de las mujeres, y la creación de la Escuela Teórico-Práctica de Obstetricia.

CAMPECHE: Sólo aceptaban mujeres. Los requisitos eran ser mayor de edad, tener buenas costumbres, saber leer y escribir.

YUCATAN: Durante algunas décadas fueron aceptadas mujeres analfabetas

OAXACA: Se les exigió traducir francés

SAN LUIS POTOSI: Estudios preparatorios.

  • Una característica de las escuelas del siglo XIX fue la discontinuidad institucional.
  • Varias escuelas de medicina y sus cursos de obstetricia estuvieron cerrados en ciertos periodos a causa de conflictos políticas y sociales

El programa de estudios se dividía en dos partes

  • La primera parte del curso versaba sobre anatomía y fisiología del aparato sexual femenino y de la pelvis; y embarazo, parto y puerperio fisiológicos.
  • La segunda trataba de embarazo, parto y puerperios patológicos; operaciones obstétricas y ejercicios en el maniquí. Pero en este o aquel programa se enseñaba anatomía y fisiología humanas en general, nociones de anatomía fetal y de embriología, higiene del embarazo, embarazo y parto gemelar, cuidados que necesitan las madres y los recién nacidos, oftalmía de los recién nacidos, higiene infantil durante la lactancia, asepsia y antisepsia obstétricas, anestesia y obstetricia legal.
  • En casi todos los estados de la república había hospitales civiles, militares, también para niños y para dementes. Pero salas de maternidad sólo hubo en algunas de las capitales que tenían centros de formación de parteras y eso de manera tardía, de modo que durante mucho tiempo no hubo estudios formales de clínica,
  • Dolores Román -india pura y primera partera en jefe de la Casa de Maternidad de la ciudad de México- fue la primera en hacer maniobras externas del feto en un hospital.
  • En 1867, en la Escuela de Medicina de la capital la enseñanza fue sólo teórica.
  • En 1861, se estableció un Hospital de Maternidad por iniciativa del presidente Benito Juárez, contaba con un pequeño número de camas
  •  A propuesta de la emperatriz Carlota se restauró la Casa de Maternidad, desde su fundación en abril de 66 hasta junio de 67, se había asistido únicamente a dos embarazadas, a pesar de que en el Diario del Imperio se insertaba repetidamente una invitación a las embarazadas pobres para que acudieran a la maternidad.
  • En 1869, se trasladó un servicio de niños al lado de la Casa de Maternidad, y se le llamó Hospital de Maternidad e Infancia, los futuros médicos y parteras de la Escuela de Medicina de México podían hacer la parte práctica de la enseñanza de la obstetricia en el departamento de Maternidad, y observar los partos, excepto los de las pacientes que se oponían a ello
  • Más tarde, hubo maternidades en diversos estados,algunas de estas instituciones dependían de los gobiernos estatales; otras habían sido creadas y eran sostenidas con fondos de particulares, pero recibían igualmente apoyo del Estado.
  • En 1869, la Beneficencia prohibió que se hiciera en la Maternidad de la ciudad de México la clínica de partos, decisión en la que intervenía el pudor de las pacientes.
  • Se propuso que la clínica de partos se hiciera en otro hospital donde quizá se ofreciera una gratificación a las mujeres que se dejasen reconocer. La clínica sin embargo volvió a darse en el hospital, aunque en más de una ocasión hubo quejas de las pacientes.
  • En una carta del secretario de Gobernación al oficial mayor de la Secretaría de Justicia se afirmaba que el Hospital de Maternidad e infancia tenía la función de evitar el infanticidio que algunas mujeres cometían para ocultar «su falta» o para poder seguir trabajando.
  • En el periódico El Mosquito Mexicano, se recibió en 1841 un comunicado anónimo en que se solicitaba a la Junta Médica y a la autoridad competente que se ocupasen de <<las mujeres intrusas en el arte de partear. Sugería examinar a cualquiera que quisiera ser partera, para lo cual sería requisito haber tomado un curso; hacer una lista de las parteras examinadas y con licencia para ejercer, y dar al público noticia de su domicilio.
  • En 1842 apareció publicado el Reglamento de enseñanza y policía médicas, el cual decretaba que los títulos expedidos por los establecimientos médicos autorizaban para ejercer en toda la república.
  • En cuanto a las parteras establecía que éstas debían tener título para ejercer y que no podrían titularse sin acreditar.
  • Los médicos decimonónicos también tenían contradicciones con las parteras tituladas preparadas por ellos, con las profesiones que invadían el campo que ellos consideraban de su competencia, los facultativos tuvieron una actitud de descalificación y combate.
  • A partir de la instauración de la ginecología como especialidad, se intensificó la presión estatal para controlar a las parteras, pues la naciente especialidad era incompatible con el número de partos atendidos por parteras tituladas y tradicionales.
  • En 1892, el Ministerio de Gobernación publicó un reglamento para las parteras tituladas, en el cual se observa que la atención de las parteras les correspondía la asistencia de los partos y del puerperio.
  • Las parteras no practicarían operaciones obstétricas que exigiesen el empleo de instrumentos; tampoco podían aplicar anestésicos ni practicar inyecciones intrauterinas. En las instrucciones para la práctica de la antisepsia se buscaba, igualmente, el desplazamiento de la partera a favor del médico en diferentes prácticas.

Nota: El puerperio es el período que comprende desde el final del parto hasta la aparición de la primera menstruación.

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