RETORNO A LA DEMOCRACIA
Ciny6712 de Abril de 2014
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Retorno a la Democracia
Aunque el triunvirato se fijó como meta devolver el poder a la sociedad civil, más de una vez parecía que se buscaba lo contrario. Tras varias presiones de la comunidad internacional, los militares establecieron un cronograma de regreso a la democracia. Mediante Decreto Supremo No. 2261, se promulgó la Ley de Elecciones (Registro Oficial No. 534, 27 de febrero de 1978), redactada por la Comisión Jurídica de Civiles que nombró la dictadura. Sin embargo, los militares no promulgaron dicha ley sin antes agregar sendas disposiciones transitorias que impedían la participación de los ex presidentes José María Velasco Ibarra y Carlos Julio Arosemena Monroy, así como del ex alcalde de Guayaquil, Assad Bucaram Elmalhin.
El Tribunal Supremo del Referéndum fue convertido por la dictadura en Tribunal Supremo Electoral y, en aplicación de la Ley de Partidos Políticos promulgada, aprobó los partidos que podían participar en elecciones. En virtud de la ley aprobada por la dictadura, sólo los partidos reconocidos podrían participar en elecciones. El Tribunal Supremo Electoral negó la inscripción de los partidos Democracia Popular y Movimiento Popular Democrático, para que no puedan presentar candidatos (Registro Oficial No. 589, 18 de mayo de 1978). La situación política se complicó con la muerte del dirigente político y activista Abdón Calderón Muñoz. Ciertos indicios apuntaron al Ministro de Gobierno General Bolívar Jarrín como autor intelectual. Aunque su culpabilidad no pudo ser comprobada plenamente, el exministro de gobierno fue sentenciado a 12 años de reclusión basado en evidencias circunstanciales durante la presidencia de Jaime Roldós Aguilera.
En marzo de 1978 se convocó a elecciones generales. El 12 de mayo se cerró la inscripción de candidatos, estableciéndose la participación de 5 binomios presidenciales: Durán-Ballén - Icaza (Derecha), Borja-Baca (centro izquierda), Maugé-Muñoz (izquierda) y Roldós-Hurtado (populismo, CFP). En mayo de 1978 se promulgan los Reglamentos a las Leyes de Partidos Políticos y de Elecciones, lo cual implica que cambiaron las reglas durante la campaña electoral. El 16 de junio se celebró la elección presidencial, pero ninguno de los candidatos obtuvo mayoría absoluta, por lo que se convoca a segunda vuelta electoral. Los binomios que alcanzaron mayor votación fueron: Jaime Roldós Aguilera y Osvaldo Hurtado (CFP) y Sixto Durán Ballén y José Icaza (Derecha). Mientras se realizaba el conteo de los votos de la primera vuelta, el triunvirato reorganizó el Tribunal Electoral. Los resultados se promulgaron en noviembre de 1978, casi cuatro meses después de celebradas las elecciones. Estos hechos motivaron las sospechas de fraude electoral.
La campaña de segunda vuelta inició en diciembre de 1978 pero las elecciones no se celebrarían sino el 29 de abril de 1979, casi cinco meses después de promulgados los resultados de primera vuelta. En el ballotage, Roldós ganó con 68,49% de los votos frente a 31,51% de Durán Ballén. El 22 de junio de 1979, mediante Decreto Supremo No. 3481, se establece el 10 de agosto de 1979 como fecha para asunción del mando de Jaime Roldós.
Jaime Roldós Aguilera
Tras asumir la presidencia el 10 de agosto de 1979, Roldós mostró una gran autonomía política respecto a las fuerzas que contribuyeron a su triunfo y a lo largo de su mandato buscó proyectar una nueva imagen del país en el exterior. Mantuvo una línea de gobierno prudente pero progresista, que fue obstaculizada en numerosas ocasiones por la oposición parlamentaria.
El 11 de octubre de 1979 Roldós pone el ejecútese al decreto que reduce a 40 horas la jornada del trabajo en la semana. El 1 de noviembre de 1979 se aprueba el decreto que duplicó el salario mínimo vital de los trabajadores, a 4.000 sucres mensuales (US$ 160 al tipo de cambio vigente a la fecha). El 8 de marzo de 1980 pone en vigencia el Plan Nacional de Desarrollo. El 15 de abril de 1980 se conformó una junta de notables del país para buscar la solución a una pugna de poderes con el Congreso Nacional, presidido por su antiguo co-ideario, mentor y tío político, Assad Bucaram.
Entre las obras más destacadas de su administración se encuentran la creación del Banco Ecuatoriano de Desarrollo (BEDE), la puesta en marcha del Plan Nacional de Alfabetización, la creación de nuevas escuelas y colegios, la instalación de miles de nuevas líneas telefónicas y una gestión nacionalista de la política petrolera. Murió en un accidente aéreo cerca de Zapotillo, Loja, el 24 de mayo de 1981, junto a su esposa Martha y la comitiva presidencial que lo acompañaba.
Oswaldo Hurtado Larrea
El gobierno del doctor Oswaldo Hurtado Larrea, al que le tocó inaugurar los ajustes de inspiración neoliberal, convirtió las deudas en dólares de algunas decenas de agentes económicos privados, libremente contratadas fuera del país, a deudas en sucres con el Banco Central del Ecuador. Así el instituto emisor asumió el compromiso de pago en dólares frente a los acreedores internacionales. De esta manera, (¿al margen de la ley?) las deudas externas privadas pasaron a engrosar la deuda pública externa. Este proceso es el que se conoce vulgarmente como "la sucretización de la deuda externa privada": conocido también como "créditos de estabilización" o a secas "sucretización". En realidad fue un proceso de socialización o estatización de deudas privadas.
Como muchas otras medidas aplicadas en torno al endeudamiento externo, la "sucretización" no fue el resultado de una reflexión propia del gobierno ecuatoriano. Como consecuencia del proceso de negociaciones de la deuda externa, iniciado el año 1982, los acreedores plantearon la transformación de las deudas externas privadas en deuda pública. Así se cumplió una de las condicionalidades del FMI y del Banco Mundial, que argumentaban -no sólo para el caso ecuatoriano- que el Estado es mejor garante para atender estos créditos que los particulares. Esto configura otro ejercicio de colusión abusiva y dolosa, en beneficio de los acreedores privados.
Además, presionado internamente por la situación económica y por los grupos de poder, Hurtado Larrea, quien no contaba con un sólido respaldo político, decidió que el Estado asuma la deuda del sector privado. Este mecanismo permitió que las obligaciones en dólares de los deudores privados se conviertan en obligaciones en sucres. La "sucretización" benefició a un reducido número de personas naturales y jurídicas, muchas de las cuales han sido actores de primera línea en un complejo y añejo proceso de "privatización" del Estado. Recuérdese que en el Estado, como parte de este proceso social de larga data, han intervenido directa o indirectamente, en calidad de actores y de beneficiarios, los grupos financieros más poderosos.
Resulta revelador observar que en el listado de "sucretizados" aparecen entidades que no tienen nada que ver con actividades productivas. Algunos nombres a modo de ejemplo: el Quito Tenis y Golf Club, el Guayaquil Tenis Club, los equipos de fútbol Barcelona y Emelec, el hipódromo Buijo, Club Ballenita, Club del Banco del Pacífico, Club de Automovilismo y Turismo de Guayaquil, Club Deportivo PIN S.A. y el Club Ecuestre La Herradura. Aquí cabe preguntarse por la utilidad productiva de estas "empresas" que se beneficiaron de la "sucretización" otorgada generosamente por el doctor Hurtado Larrea. En la lista de beneficiados asoman también grandes casas comerciales, que fueron instrumentos para el auge consumista de la bonanza petrolera. Igualmente habría que destacar en la lista a personas vinculadas con medios de comunicación, personalidades de la política. La lista incluye a un gran número de empresas constructoras y lotizadoras. También habría que incorporar a los bancos que se beneficiaron directamente de este salvataje: Banco del Pacífico, Banco Continental, Banco de los Andes, Banco del Progreso, Financiera Andina, Banco de Descuento, Banco del Pichincha, incluso el City Bank asoma entre los beneficiarios. También se habría "sucretizado" deudas de viajes de turismo o para adquirir departamentos en el exterior, a más por cierto de deudas que ya estaban pagadas
LEÓN FEBRES CORDERO
El auge y la caída describen la presidencia de Febres-Cordero. Dos años de auge: los cinco últimos meses de 1984, todo el año de 1985 y el primer semestre de 1986, y dos de caída: el segundo semestre de 1986, todo 1987 y los primeros siete meses de 1988. La contradicción marcó la presidencia de León Febres-Cordero: ajuste neoliberal en los años de auge, y populismo en los años de caída. "Desde principios de su administración muchos se preocupaban de su potencial de violencia y autoritarismo, temores engendrados por los métodos agresivos usados en la campaña para atraer votos", anotan los economistas Francisco E. Thouni y Marilee S. Griddle. Febres-Cordero tuvo que vérselas con una coalición amplia de partidos que se oponían a sus políticas en el llamado "Bloque Progresista" del Congreso. Los seis primeros meses de la administración se caracterizaron por la violencia y el enfrentamiento con el Parlamento al que impuso por la fuerza una nueva Corte Suprema de Justicia, por huelgas generales patrocinadas desde los sindicatos, por protestas estudiantiles callejeras y por la mano fuerte usada para reprimirlas. Coherente con las medidas de ajuste no elevó los sueldos y salarios sino en una proporción ligeramente superior a la inflación. Y gobernó con "decretos económicos urgentes", 26 en total, convirtiendo de este modo la excepción en regla de Gobierno. Con esta
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