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Rebozo De Seda


Enviado por   •  22 de Enero de 2015  •  792 Palabras (4 Páginas)  •  318 Visitas

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El Rebozo de seda

Santa María del Rio

Lugar y secretos que cautivan y llaman la atención de visitantes y moradores. Manifestación tradicional patrimonial con antecedentes desde el siglo XIX.

El taller artesanal se introdujo en América por los españoles primero fue algodón después de lana y seda.

La forma más sencilla es la de un tejedor y la familia operaba uno o dos telares en su casa, primero fabricaban en su forma rustica ropa, frazadas, paños de rebozo de aproximadamente 2.5 m de largo por 84 cm de ancho, se tejían de algodón con mezcla de seda con lista de oro y plata, los más caros estaban bordados con otros metales y seda de colores.

En 1764 se dedicó y bendijo el templo de Nuestra Señora del Carmen donde se adornó con rebozos la entrada y empezó a tener forma el rebozo de Santa María.

En la actualidad los rebozos de seda pueden ser de 3.6 m, 2.8 m y 2.2 m o sea chico, mediano y grande.

El historiador Francisco A. Sustaita describió el telar primitivo, primero se devana el hilo, se traslada a un bastidor donde el hilo se pepena ósea se separa, se tuercen los cordones, se agrega atole para que el hilo se endurezca para que amarre más fácil se llama boleo, luego se tiñe. Los dibujos según su estilo son: amarrado, rosita rosarito, culebra calado, etcétera.

Los empantadores tejen a mano el nudo, punta o rapacejo.

Anteriormente se producían tintes naturales negros, azules, rojos, morados, verdes y el blanco sin color.

Anteriormente era solo trabajo de las mujeres.

La variedad y riqueza de los diseños y tejidos de los rebozos de Santa María del Rio hacen que sean piezas únicas.

“Mariquita quita, quita, quítame el dolor y pena debajo de tu rebozo.”

El complemento de los finos rebozos de Santa María son los estuches en los que se guardan: cajas elaboradas de madera taraceada que es otra tradición de Santa María del Rio, así como trabajo de ixtle y vara para las canastas.

Aquí traigo este cantar inspirado en un rebozo y en el blanco verde y rojo de mi patria sin igual.

“Ahí en tu graciosa caja

Aquella que huele a cedro,

Guardo bien este rebozo,

Que me trae muchos recuerdos;

El conserva aprisionada

A pesar del mucho tiempo

La fragancia tempranera

Que exhaló tu primer beso;

Él ha sido en mis redadas

Tras la pérgola del huerto

Como el único testigo

En

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