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Ruta De La Seda

LiamP3 de Junio de 2015

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RUTA DE LA SEDA

UBICACIÓN GEOGRÁFICA

RUTA DE LA SEDA

Una de las rutas comerciales más importantes durante la Edad Media fue la ruta de la seda. Durante muchos años, comerciantes chinos principalmente transportaban por ella no solo sedas, sino también pieles, te y especias, a cambio de oro y plata, piedras preciosas y lana. La ruta recorría aproximadamente 4.000 kilómetros desde China al Este de Europa, cruzando por el Sur de Asia y el Próximo Oriente. Desde la ciudad china de Xian, pasaba por otras ciudades chinas como Lanzhou y Turphan, recorría algunas de las ciudades de Kazastan, al Norte de Afganistán, como Tashkent, Samarkanda y Bukhara, para llegar a Teheran, Tabriz y Ankara, como antesala de su destino final, Constantinopla. La belleza de las ciudades que se construyeron con el flujo de dinero que a ellas llegaba, ha dejado importantes monumentos que se proponen como patrimonio de la humanidad.

Poca gente hacía la ruta de la seda completa. Los productos pasaban de un mercader a otro por segmentos. El comercio se hacía, pues, en cadena, con enlaces de mercaderes en determinados puntos de la ruta. Era un camino peligroso, con bandidos dispuestos a asaltar las caravanas en los lugares más inesperados.

La ruta de la seda fue también fue importante ruta de intercambio de información e ideas. El budismo viajó desde la India a China a través de la ruta de la seda. No fue solo vía comercial, sino camino de encuentro e intercambios de las civilizaciones de Oriente y Occidente. Muchos viajeros se aventuraban a hacer esta ruta no solo por el comercio, sino también por la aventura y el conocimiento. No faltaron quienes la utilizaron como un medio excelente para expandir su poder: los mongoles en el siglo XIII la aprovecharon para crear el gran Imperio Mongol.

PRODUCTOS EXÓTICOS Y REFINADOS

Los productos que les permitían márgenes mayores eran los productos exóticos y refinados que traían de lugares alejados como China o la India de donde se traían el tipo de productos que solo los reyes, nobles, abades o altos personajes podían pagar: sedas, brocados, pieles o porcelanas. Además de su importancia en el comercio del oro, fue un centro de desarrollo del budismo y el taoísmo, que desde aquí se extendieron a todo el mundo.

Los beneficios eran, sin duda, fabulosos. Mercaderes italianos de Génova, Venecia, Pisa o Florencia eran los principales beneficiarios de las riquezas proporcionadas por esos intercambios. Aunque los costos y los riesgos eran elevados, se calcula que si un mercader pagaba por seis barcos y perdía cinco, aún conseguía beneficios con la venta del sexto.

Parte de los productos que podrían considerarse exóticos por traerse de lugares alejados de Asia, podían venderse al pueblo común. Eran las especias. Apetecidas en la cocina medieval, y necesarias algunas para la conservación de alimentos, el comercio de las especias fue especialmente importante en el cuadro de intercambios de la Edad Media.

LANA

“La oveja como fuerza que cambió el mundo”

EL COMERCIO DE LANA

Desde hace más de tres mil años los europeos han utilizado el más útil de los paños: la lana. Caliente, barata y abundante, la lana representó uno de los productos más utilizados por los europeos, porque todos los grupos sociales la utilizaban para el vestido. Fue un producto que facilitó enorme riqueza, tanto a los que poseían grandes rebaños de ganado, como a los que lo vendían. El interés por producir lana de buena calidad y a los mejores precios, llevó a una mejora de la cabaña ovina, que tuvo su mejor exponente en la introducción de un nuevo tipo de oveja, la merina, oveja pequeña pero que da mucha lana y de muy buena calidad.

ESPECIAS

LAS ESPECIAS VIVIFICABAN LA MESA DEL HOMBRE MEDIEVAL

La comida del hombre medieval, en especial la de los pobres campesinos, consistía

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