Salud Ocupacional
martharubiano16 de Octubre de 2013
790 Palabras (4 Páginas)254 Visitas
Salud Ocupacional en América Latina. Lo único seguro es la inseguridad
Si encontrar trabajo en este mundo de abismales disparidades es cada vez más difícil, hallar uno que sea seguro, es casi una quimera. Tal es la realidad que golpea un día tras otro el rostro de millones de seres humanos que salen a buscar un empleo que les permita escasamente alimentar a sus familias.
Panorama sombrío, sí, dibujado en todos sus contornos por la globalización neoliberal, y en el que sobresale con marcado tono de desesperanza para la inmensa mayoría de los habitantes del planeta el déficit de nuevos puestos de trabajo, la falta de oportunidades, que hace que muchos ante la imposibilidad de un empleo formal (aunque no por eso menos inseguro) terminen por ingresar en la llamada economía informal, en condiciones laborales deplorables, sin cobertura de seguridad social y en la más absoluta desprotección de su salud.
De eso y mucho más se habló por estos días en La Habana, en un encuentro que reunió a delegados de todas las latitudes y en el que se abordaron aristas diversas en torno a la Salud y el Trabajo, teniendo en cuenta ante todo los severos daños que ocasiona a la salud del individuo la propia falta de empleo, que afecta hoy a más de 190 millones de personas en todo el planeta, según datos de la Organización Internacional del Trabajo.
En diálogo con esta reportera, la doctora Valentina Forastieri, especialista principal en Condiciones del Trabajo, Seguridad y Salud Ocupacional de la OIT para América Latina, aseguró que “en la región, aun en el empleo formal, las actuales formas de organización del trabajo están favoreciendo el trabajo temporal, a tiempo parcial, condiciones que muchos trabajadores se ven obligados a aceptar con tal de tener un puesto, en particular las mujeres relegadas a los más precarios, con los salarios más bajos”.
Desde los años 80 hasta la fecha —afirmó la experta de la OIT— se ha incrementado el índice de riesgos en sectores tradicionales como la agricultura, la construcción y la minería. A estos peligros en el puesto de trabajo se suman problemas emergentes como el SIDA (de gran impacto porque es la población joven económicamente activa la que está enfermando y muriendo), además de las nuevas sustancias y tecnologías que se introducen en el proceso productivo sin que se conozcan los riesgos asociados a estas.
“Cada año entran al mercado más de 2 mil nuevos productos químicos para los cuales no tenemos ni fichas toxicológicas, ni medidas preventivas adecuadas porque desconocemos el impacto que tienen en población humana. La mayoría de los estudios se hacen en animales de laboratorio o son inferencias de investigaciones epidemiológicas, por lo que es difícil tener una idea exacta de las sustancias y sus consecuencias. De ahí que sea tan importante la prevención, pues no podemos esperar a conocer los efectos para evitar la exposición de las personas”.
Los números siempre suelen quedarse por debajo de la magnitud real de los hechos, sobre todo si se trata de perjuicios humanos. Pero esa diferencia se hace más consistente aún si ya el lector está avisado de que tales estadísticas no incluyen aquellos sucesos que ocurren pero no se conocen o no se registran como tales. Por tanto aun cuando alarme saber que en América Latina mueren cada año 39 mil 400 trabajadores por accidentes y enfermedades relacionadas con el trabajo, hay que pensar que el costo en vidas humanas es muy superior. “En todo el mundo —agregó la funcionaria de la OIT—, fallecen anualmente por estas causas unos 350 mil trabajadores, ocurren más de 270 millones de accidentes y 160 nuevos casos de enfermedades profesionales. Por eso hablamos de la necesidad de un trabajo decente, digno, que sea productivo y le permita a cada individuo realizarse como tal en la sociedad, mantener a su familia de manera adecuada, y
...