Sociopolítica

Escuela como aparato de hegemonía.

Para pensar la relación entre Estado y educación es necesario ver al Estado como la sociedad política más la sociedad civil, es decir la hegemonía revestida de coerción. El Estado es todo el conjunto de actividades prácticas y teóricas con las cuales la clase dirigente no sólo justifica y mantiene su dominio sino que llega a obtenerle consenso de los dominados.

La Escuela como un importante aparato de hegemonía en cuyo seno se verifican las relaciones asimétricas de poder entre clases sociales dominantes y subordinadas.(esquema gramsciano)

Esto se explica entendiendo el concepto de hegemonía cultural que fue desarrollado por el filosofo marxista Antonio Gramsci a fin de explicar cómo una sociedad aparentemente libre y culturalmente diversa es en realidad dominada por una de sus clases sociales: las percepciones; explicaciones; valores y creencias de ese sector llegan a ser vistos como la norma, transformándose en los estándares de validez universal o de referencia en tal sociedad, como lo que beneficia a todos cuando en realidad solo beneficia o beneficia preferencialmente a un sector dado.

Según ese concepto, el poder de las clases dominantes sobre el proletariado y todas las clases sometidas en el modo de producción capitalista, no está dado simplemente por el control de los aparatos represivos del Estado, pues si así lo fuera dicho poder sería relativamente fácil de derrocar (bastaría oponerle una fuerza armada equivalente o superior que trabajara para el proletariado); dicho poder está dado fundamentalmente por la "hegemonía" cultural que las clases dominantes logran ejercer sobre las clases sometidas, a través del control del sistema educativo, de las instituciones religiosas y de los medios de comunicación.

La escuela de esta manera tiene una función cultural y moral de reproducción y consolidación del consenso activo de las masas ajustando y adaptando el discurso hegemónico y las practicas correspondientes a las necesidades del mantenimiento y desarrollo del sistema en las esferas de la económico, lo político y lo ideológico.

La escuela nutre de valores, normas actitudes, representaciones del mundo, e tc., producto de una selección que lejos de ser espontánea casual o natural, es el resultado de una concreta dominación social a través de la construcción de subjetividades.

En la hegemonía concebida como proceso de socialización aparece la escuela como Estado, independientemente de si es pública o privada, en la medida en que adhiera al programa estatal. En este esquema situamos entonces al maestro como funcionario de ese Estado en tanto participe o acuerde con el discurso hegemónico (este acuerdo contempla una manera de ver el pasado el presente y el futuro del país). El nivel de conciencia que el maestro tenga del significado de su función en la sociedad depende del grado de incidencia del discurso hegemónico en la conformación de su sentido común (establece los límites naturales para nuestras prácticas)

El Estado no sólo controla los contenidos escolares, fija los criterios de evaluación y mediante toda una batería de reglamentaciones, normas, circulares, disposiciones, etc de diverso tipo y alcance, procura regular la vida de la escuela y es así que la escuela se transforma en una prolongación del Estado.

Es necesario aclarar que la presión que se ejerce sobre las prácticas docentes no es igual en todos los niveles.

En la escuela se encuentra el Estado y las clases subalternas, en ella confluyen y confrontan los intereses de las clases dominantes y las dominadas.

Es en este espacio donde las clases subalternas se apropian de conocimientos, prácticas, etc para reproducir

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