Suceso Historico

La visita de su Santidad Juan Pablo II a Durango

Soria Carrera Norma Irene

Durango, Dgo.

El 2 de Agosto de 1989 el Arzobispo de Durango Monseñor Don Antonio López Aviña dio a conocer a los duranguenses la noticia: el Papa Juan Pablo II visitaría nuestra ciudad en el mes de mayo del año 1990. Inmediatamente empezaron los preparativos y la planeación de cada uno de los eventos en los que estaría presente su Santidad.

Por fin llegó el gran día, desde la noche del 8 de mayo muchas personas se dieron cita en diferentes lugares para poder ocupar un lugar en alguno de los diferentes sitios donde estaría presente el Papa, o tan solo para ser parte de las vallas humanas que se formaron desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad. A las 10:40 de la mañana del nueve de mayo de 1990 aterrizó la aeronave que transportaba a Juan Pablo II; después de un breve discurso de bienvenida que le dirigió el gobernador del estado José Ramírez Gamero, el Papa se dirigió a su primer evento el cual se llevó a cabo en el CERESO número 1, donde visitó a los reclusos y convivió con todos sin distinción alguna. Narcotraficantes, asesinos, violadores, secuestradores, etc. Lo recibieron con ilusión, amor y mucha fe, la televisión mostraba esos hombres de rostros duros, emocionados hasta las lágrimas. En este lugar el Papa dio un mensaje de amor y esperanza, no solo para los presos de Durango, sino para todos los reos del mundo.

Más tarde se dirigió al Teatro Ricardo Castro para una reunión con cerca de tres mil empresarios.

Después se dirigió a la catedral para una reunión con religiosos de la localidad.

Pero el evento más esperado fue la misa que se celebró en la explanada “Soriana”, donde se reunieron miles de personas (Se habló de 800 a un millón). Para este evento se instalaron en la ciudad cuatro grandes estacionamientos: en el Rancho “Las Águilas”, colonia “5de Mayo”, “Villas del Oeste” y “Hacienda de Tapias”, donde la gente dejaba sus vehículos y de ahí era transportada en camiones de manera gratuita.

También vinieron visitantes de otros lugares del país así como algunos extranjeros, los duranguenses ofrecimos alimentos y algunas personas prestaron sus cocheras para que algunas personas pasaran la noche o guardaran sus automóviles.

El Papa llegó a la explanada aproximadamente a las 4 de la tarde donde fue recibido en medio de gritos y cantos de las personas que ahí se congregaron, y que estuvieron esperando incluso desde la tarde del día anterior. Pero el cansancio, el desvelo y las horas bajo el sol abrasador con una temperatura de más de 40 grados, se olvidaron en un instante, todo valía la pena por estar cerca de su Santidad.

En la misa se llevó a cabo la ordenación de 100 sacerdotes, y algunos niños duranguenses tuvieron la fortuna de recibir de manos del Papa la primera comunión.

Por la noche el Papa se dirigió a la casa del Arzobispado y ahí pasó la noche, miles de personas en su mayoría jóvenes se dieron cita para llevarle serenata, toda la noche le cantaron a su Santidad en el balcón de su ventana.

Ya han pasado 25 años de la visita de su Santidad Juan Pablo Segundo a nuestra entidad, pero su mensaje de amor, paz y unidad siguen vigentes y los duranguenses seguimos recordando ese día en que los ojos del mundo estuvieron puestos en nuestra ciudad.

“Los duranguenses nos quedamos con la enorme satisfacción de tener la visita de un hombre que indudablemente tarde que temprano tenía que ser santo, con un gran amor a todos los mexicanos y a todos los duranguenses, me siento muy orgulloso de haberlo tenido aquí”

“La presencia de Juan Pablo II logró unificar a los duranguenses y nos demostró que con armonía e identidad podemos lograr muchas cosas para alcanzar un fin. Fueron muchos días de trabajo, pero hubo más satisfacciones que aun conservamos de aquellos días”.

Fuentes consultadas

http://facebock.com/story

www.contextodedurango.com.mx

www.pastoraljuvenildgo.blogspot.com

www.periodicovictoira.com.mx

www.mexico.notinet.org.

www.vatican.va

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