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Sun Tsu El Arte De La Guerra

diegolas2618 de Marzo de 2014

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Introducción

Sun Tzu fue un general chino que vivió alrededor del siglo V antes de Cristo. Este libro maneja estrategias de cómo enfrentar una guerra en su comienzo, proceso y final de ella, todo esto con el objetivo de ser el vencedor, este libro presenta dichas estrategias que pueden ser aplicadas no solo a la guerra, sino también a la vida cotidiana, pero sobre todo dentro de la materia del mercadeo. En este ensayo observaremos capitulo por capitulo estrategias para aprovechar oportunidades, debilidades, fortalezas y amenazas para ser el vencedor. En el mercadeo lo primero que se tiene que realizar es una evaluación, elaborar y llevar a cabo un buen plan de markerting, se debe observar, estudiar y evaluar el entorno donde se va a llevar a cabo la acción, buscar la forma de tomar la venta del producto o servicio, que se requiere introducir al mercado.

Para lograr este objetivo tenemos muchas guerras que enfrentar y a su vez, saber manejar a la perfección para poder obtener éxito en el mercado, este libro nos enseña a manejar los comportamientos del competidor como debemos actuar y la manera correcta de competir y vencer.

EL ARTE DE LA GUERRA

SUN TZU

CAPITULO 1: Sobre la evaluación

Es muy importante la guerra para el dominio de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida de un Imperio: es difícil manejarla bien. No reflexionar seriamente sobre todo lo que le pasa, es dar prueba de una indiferencia en lo que respecta a la conservación o pérdida de lo que más queremos; y esto no debe pasar entre nosotros.

La guerra se basa en el engaño. Por lo cual, cuando atacan, aparentan incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar estar quietas. Si está cerca del enemigo, hacen creer que están lejos; si está lejos, aparentan estar cerca.

Algunas formas de atacar y en el tiempo adecuado, golpear al enemigo cuando está desordenado. Prepararse contra él cuando está seguro en todas partes. Evitarle durante un tiempo cuando es más fuerte. Hay que jugar con el temperamento del oponente si su oponente tiene un temperamento colérico, hay que intentar irritarle. Si es arrogante, tratar de fomentar su egoísmo.

Estas son algunas claves para conseguir la victoria para el estratega si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras una reorganización, intenta desordenarlas. Si están unidas, siembra la disensión entre sus filas. Ataca al enemigo cuando no está preparado, y aparece cuando no te espera.

CAPITULO 2: Sobre la iniciación de las acciones

Hay operaciones militares que han sido torpes y repentinas, pero nunca he visto a ningún experto en el arte de la guerra mantener una campaña por mucho tiempo.

Siempre hay que ser rápido al momento de comandar un ejército mas que el trueno que retumba antes de que hayas podido taparte los oídos.

Un general inteligente lucha por desproveer al enemigo de sus alimentos. Cada porción de alimentos tomados al enemigo equivale a veinte que te suministras a ti mismo.

Si utilizamos al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas.

Lo más importante en una operación militar es la victoria y no la persistencia. Esta última no es beneficiosa. Un ejército es como el fuego: si no lo apagas, se consumirá por sí mismo.

CAPITULO 3: Sobre las proposiciones de la victoria y la derrota

Los que consiguen que los ejércitos enemigos se rindan sin luchar son los mejores maestros del Arte de la Guerra porque es mejor conservar a un enemigo intacto que destruirlo

No debemos atacar nunca con afanes. Es aconsejable tomarse tiempo en la planificación y coordinación del plan de ataque.

La perfecta victoria se da cuando el ejército no lucha, la ciudad no es asediada, la destrucción no se prolonga durante mucho tiempo, y en cada caso el enemigo es vencido por el empleo de la estrategia.

Si conocemos a los demás y nos conocemos a nosotros mmismos, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.

CAPITULO 4: Sobre la medida en la disposición de los medios

Antiguamente, los guerreros expertos se hacían a sí mismos invencibles en primer lugar, y después aguardaban para descubrir la vulnerabilidad de sus adversarios.

La invencibilidad está en uno mismo, la vulnerabilidad en el adversario.

Mientras no hayas observado debilidades en el orden de batalla de los enemigos, tenemos que ocultar nuestra propia formación de ataque, y prepararnos para ser invencibles, con la finalidad de preservarnos. Cuando los enemigos tienen órdenes de batalla vulnerables, es el momento de salir a atacarlos. La invencibilidad es una cuestión de defensa, la vulnerabilidad, una cuestión de ataque.

La defensa es para tiempos de escasez, el ataque para tiempos de abundancia.

En ocasiones de defensa, callamos las voces y borramos las huellas, escondidos como fantasmas, invisibles para todo el mundo. En ocasiones de ataque, nuestro movimiento es rápido y nuestro grito muy fuerte, veloz como el trueno y el relámpago.

Todo el mundo elogia la victoria en la batalla, pero lo verdaderamente deseable es poder ver el mundo de lo sutil y darte cuenta del mundo de lo oculto, hasta el punto de ser capaz de alcanzar la victoria donde no existe forma.

Si somos capaces de ver lo sutil y de darnos cuenta de lo oculto, irrumpiendo antes del orden de batalla, la victoria así obtenida es una victoria fácil.

Cuando eres capaz de ver lo sutil, es fácil ganar.

Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después.

CAPITULO 5: Sobre la firmeza

La fuerza es la energía acumulada o la que se percibe. Esto es muy cambiante. Los expertos son capaces de vencer al enemigo creando una percepción favorable en ellos, así obtener la victoria sin necesidad de ejercer su fuerza

Los expertos son capaces de vencer al enemigo creando una percepción favorable en ellos, así obtener la victoria sin necesidad de ejercer su fuerza.

El desorden llega del orden, la cobardía surge del valor, la debilidad brota de la fuerza.

Si queremos fingir desorden para convencer a nuestros adversarios y distraerlos, primero tenemos que organizar el orden, porque sólo entonces podemos crear un desorden artificial. Si queremos fingir cobardía para conocer la estrategia de los adversarios, primero tenemos que ser extremadamente valientes, porque sólo entonces podemos actuar como tímidos de manera artificial. Si queremos fingir debilidad para inducir la arrogancia en nuestros enemigos, primero has de ser extremadamente fuerte porque sólo entonces podemos pretender ser débiles.

Cuando un ejército tiene la fuerza del ímpetu, incluso el tímido se vuelve valiente, cuando pierde la fuerza del ímpetu, incluso el valiente se convierte en tímido. Nada está fijado en las leyes de la guerra: éstas se desarrollan sobre la base del ímpetu.

Hace moverse a los enemigos con la perspectiva del triunfo, para que caigan en la emboscada.

CAPITULO 6: Sobre lo lleno y lo vacío

Los que anticipan, se preparan y llegan primero al campo de batalla y esperan al adversario están en posición descansada; los que llegan los últimos al campo de batalla, los que improvisan y entablan la lucha quedan agotados.

Los buenos guerreros hacen que los adversarios vengan a ellos, y de ningún modo se dejan atraer fuera de su fortaleza.

Si haces que los adversarios vengan a ti para combatir, su fuerza estará siempre vacía. Si no sales a combatir, tu fuerza estará siempre llena. Este es el arte de vaciar a los demás y de llenarte a ti mismo.

Aparece en lugares críticos y ataca donde menos se lo esperen, haciendo que tengan que acudir al rescate.

Sé extremadamente sutil, discreto, hasta el punto de no tener forma. Sé completamente misterioso y confidencial, hasta el punto de ser silencioso. De esta manera podrás dirigir el destino de tus adversarios.

Llega como el viento, muévete como el relámpago, y los adversarios no podrán vencerte.

Cuando los adversarios llegan para atacarte, no luchas con ellos, sino que estableces un cambio estratégico para confundirlos y llenarlos de incertidumbre.

Haz que los adversarios vean como extraordinario lo que es ordinario para ti; haz que vean como ordinario lo que es extraordinario para ti.

Si haces que los adversarios no sepan el lugar y la fecha de la batalla, siempre puedes vencer.

Haz algo por o en contra de los adversarios para llamar su atención, de manera que puedas de ellos para atraer descubrir sus hábitos de comportamiento de ataque y de defensa.

CAPITULO 7: Sobre el enfrentamiento directo e indirecto

La regla ordinaria para el uso del ejército es que el mando del ejército reciba órdenes de las autoridades civiles y después reúne y concentra a las tropas, acuartelándolas juntas.

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