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Arte de la guerra, Sun Tzu

danieel_hoffmanApuntes14 de Febrero de 2016

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Introducción.

El Arte de la Guerra es uno de los mejores libros de estrategia, tanto que inspiro a Napoleón, Maquiavelo, Mao Tse Tung y sigue inspirando gente a través de sus estrategias de guerra aplicables para cualquier ocasión. Lo más interesante de este libro es que tiene 2500 años de antigüedad, y es uno de los más importantes textos chinos, que a pesar de su antigüedad ninguno de sus consejos ha quedado anticuado ni inútil.

Sun Tzu, el maestro detrás de esta obra, fue un general chino que vivió alrededor del siglo V antes de Cristo. Este libro no solamente es de práctica militar, sino un tratado que enseña la estrategia suprema de aplicar con sabiduría el conocimiento de la naturaleza en los momentos de confrontación.

El núcleo de la filosofía de Sun Tzu sobre la guerra descansa en estos dos principios:

“Todo el arte de la guerra se basa en el Engaño. El supremo Arte de la Guerra es someter al enemigo sin luchar.”

Los japoneses adoptaron rápidamente sus enseñanzas y, añadieron las suyas, el principal libro japonés sobre el tema está inspirado e influido por la filosofía de Sun Tzu, “El libro de los Cinco Anillos”, ya que el autor de este, Miyamoto Mushashi estudio el tratado de “El Arte de la Guerra” durante su formación como Samurái.

En la actualidad la filosofía de esta obra de arte ha ido más allá de los limites militares, aplicándose también a los negocios, deportes, diplomacia e incluso el comportamiento personal.

CAPITULO I

SOBRE LA EVALUACIÓN.

“No reflexionar seriamente sobre todo lo que le concierne es dar prueba de una culpable indiferencia en lo que respecta a la conservación o pérdida de lo que nos es más querido; y ello no debe ocurrir entre nosotros.”

El Capitulo 1 nos muestra el valor de la investigación y la comparación, analizar las condiciones y determinar hipótesis de probables resultados.

Nos muestra los factores a analizar, o mejor dicho los que debemos de tener y tomar en cuenta para asegurar nuestra victoria.

La “doctrina” significa la lealtad de su pueblo, prometiendo y dando de modo que le sigan a donde sea, el sueño del líder nato, la lealtad incondicional para seguir el plan sin errores.

El “tiempo” significa la posibilidad del error dentro del éxito, la infinita posibilidad de encontrar la parte opuesta dentro de la original, tal y como lo define el Taoísmo chino.

El “terreno” encontrar los factores geográficos más favorables estratégicamente para la victoria.

El “mando” tener las cualidades necesarias de un líder, sabiduría, sinceridad, benevolencia, coraje y disciplina. Sensatez para actuar con inteligencia cuando sea necesario.

Y por último, la “disciplina” , la organización, la administración detrás de las operaciones, el orden de la aplicación y el control de los suministros.

Trazar los planes y comparar los factores, analizar las rutas más viables y valorar los resultados.

CAPITULO II

SOBRE LA INICIACIÓN DE LAS ACCIONES

Si mantenemos nuestros trabajadores por mucho tiempo donde mismo, prolongando su que hacer hasta convertirlo en rutinario, se desanimara y embotaran a nuestras espaldas.

Aquí es cuando aplicamos los factores anteriores, si nuestro equipo esta situado estratégicamente en un buen sitio nos ahorraríamos costos. El control de nuestros recursos es vital para nuestras tropas, en este caso utilizar a nuestro adversario para beneficiarnos es el ganar para el bienestar de nuestro ejército y nuestras tropas.
Un general inteligente lucha por desproveer al enemigo de sus alimentos. Cada porción de alimentos tomados al enemigo equivale a veinte que te suministras a ti  mismo.

Hay que darles a nuestras tropas ese sentimiento de victoria, si no sus ánimos por seguir se volverán cada vez más frágiles hasta desmantelarse por completo.

Cuando le das a entender el beneficio a tus hombres de lo que ganaran cuando acabe la guerra, o la operación, los motivaras y de esta forma pondrían un extra de esfuerzo e iniciativa. Es por esto por lo que dicen que donde hay grandes recompensas hay hombres valientes.


Si estás situado en una ciudad, agotarás tus fuerzas. Si mantenemos a nuestro equipo durante mucho tiempo en campaña, tus suministros se agotarán.

“Sé rápido como el trueno que retumba antes de que hayas podido taparte los oídos, veloz como el relámpago que relumbra antes de haber podido pestañear.”

Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas.
Lo más importante en una operación militar es la victoria y no la persistencia. Esta última no es beneficiosa. Un ejército es como el fuego: si no lo apagas, se consumirá por sí mismo.

El líder del ejército es el que está a cargo de las vidas y la seguridad de todos.

CAPITULO III

SOBRE LAS PROPOSICIONES DE LA VICTORIA Y LA DERROTA


Las estragáis de ataque debes ser diseñadas por los generales y deben ser lo más eficientes posible tratando evitar la mayor cantidad de bajas no deben ser apresurados ni improvisados.

Controlar las emociones y seguir un plan con determinación son clave para un ataque inminente, coordinar un plan en el cual puedes ganar una guerra sin violencia te hace un maestro de estratega en el arte de la guerra, solamente de esta manera se logran las victorias totales, sin perdidas, sin sacrificios y la mayoría de las ganancias para ti sin gastar un recurso.

Un maestro del arte de la guerra vence a otros sin batalla, conquista otras ciudades sin asediarlas y destruye a otros ejércitos sin emplear mucho tiempo.

El maestro del arte de la guerra es sigiloso y ataca de forma creativa.
Los que consiguen que se rindan impotentes los ejércitos ajenos sin luchar son los mejores maestros del Arte de la Guerra.

Nunca se debe atacar por cólera y con prisas. Es aconsejable tomarse tiempo en la planificación y coordinación del plan.

Un verdadero maestro de las artes marciales vence a otras fuerzas enemigas sin batalla, conquista otras ciudades sin asediarlas y destruye a otros ejércitos sin emplear mucho tiempo.

La victoria completa se produce cuando el ejército no lucha, la ciudad no es asediada, la destrucción no se prolonga durante mucho tiempo, y en cada caso el enemigo es vencido por el empleo de la estrategia.

Para los estrategas maestros no importa el número de fuerzas que tenga tu enemigo, siempre encuentra un punto débil. Si tus fuerzas están en orden mientras que las suyas están inmersas en el caos, si tu y tus fuerzas están en animo y ellos desmoralizados, entonces, aunque sean mas numerosos, puedes entrar en batalla. Si tus soldados, tus fuerzas, tu estrategia y tu valor son menores que las de tu oponente, entonces debes retirarte.

El ataque es la mejor defensa y una buena defensa es tu mejor ataque.
“Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.”

“Triunfan aquellos que:

Saben cuándo luchar y cuándo no

Saben discernir cuándo utilizar muchas o pocas tropas.

Tienen tropas cuyos rangos superiores e inferiores tienen el mismo objetivo.

Se enfrentan con preparativos a enemigos desprevenidos.

Tienen generales competentes y no limitados por sus gobiernos civiles.

Estas cinco son las maneras de conocer al futuro vencedor.”

CAPITULO IV

SOBRE LA MEDIDA EN LA DISPOSICION DE LOS MEDIOS.


La invencibilidad está en uno mismo, la vulnerabilidad en el adversario.

La invencibilidad es una cuestión de defensa, la vulnerabilidad, una cuestión de ataque. Mientras no hayas observado vulnerabilidades en el orden de batalla de los adversarios, oculta tu propia formación de ataque, y prepárate para ser invencible, con la finalidad de preservarte. Cuando los adversarios tienen órdenes de batalla vulnerables, es el momento de salir a atacarlos.

La defensa es para tiempos de escasez, el ataque para tiempos de abundancia.

En situaciones de ataque, vuestro movimiento es rápido y vuestro grito fulgurante, veloz como el trueno y el relámpago, para los que no se puede uno preparar, aunque vengan del cielo.
Todo el mundo elogia la victoria ganada en batalla, pero esa victoria no es realmente tan buena.
Todo el mundo elogia la victoria en la batalla, pero lo verdaderamente deseable es poder ver el mundo de lo sutil y darte cuenta del mundo de lo oculto, hasta el punto de ser capaz de alcanzar la victoria donde no existe forma.

No se requiere mucha fuerza para levantar un cabello, no es necesario tener una vista aguda para ver el sol y la luna, ni se necesita tener mucho oído para escuchar el retumbar del trueno.

Si eres capaz de ver lo sutil y de darte cuenta de lo oculto, irrumpiendo antes del orden de batalla, la victoria así obtenida es un victoria fácil.

Ganar una enfrentamiento mediante un conflicto armado también cuenta como vistoria, pero es una dura victoria. Las victorias de los buenos guerreros no destacan por su inteligencia o su bravura. Así pues, las victorias que ganan en batalla no son debidas a la suerte. Sus victorias no son casualidades, sino que son debidas a haberse situado previamente en posición de poder ganar con seguridad, imponiéndose sobre los que ya han perdido de antemano.

Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después.

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