Síntesis de "A orillas del Nilo".

Síntesis de los capítulos comentados del libro “A orillas del Nilo”.

Los capítulos son muy reveladores en materia de la cultura egipcia. Durante el segundo capítulo titulado “El trabajo en los campos. Producción agrícola y cría.” se mencionan las características del rio Nilo y sus cercanías para que los egipcios pudieran permanecer ahí y prosperar. Esto se debía principalmente a la fertilidad de las tierras del Nilo, producto del ciclo de inundaciones del mismo.
        También se mencionan los productos alimenticios de los egipcios, la forma de cultivarlos o producirlos y las herramientas empleadas en esta tarea.
        Egipto era una nación principalmente agricultora, el cultivo representaba su principal medio de obtención de recursos, no sólo alimenticios sino también de otros tipos como el cultivo de lino para la fabricación de la ropa. El lino no era el  único material con el que se fabricaba la ropa, también había de cuero pero este último era usado comúnmente por los campesinos.
                La vida de los campesinos era de las más pesadas o trabajosas de su sociedad. Como ésta era una sociedad estrictamente jerarquizada se les imponían a las clases más bajas tributos, y al ser una sociedad sostenida en la agricultura los campesinos no tenían más opción que trabajar largas jornadas para producir excedentes y enviarlos a los recaudadores.
        El vino era una de las bebidas más codiciadas en el antiguo Egipto. Al tener muchas propiedades y elementos se le podía emplear para diferentes cosas. Ya sea en rituales religiosos o como medicamento (en este empleo se combinaba con otros elementos, como la miel).
        En el tercer capítulo titulado “Ciudades y aldeas. Constructores y artesanos.”  Se habla principalmente de las construcciones egipcias y de los oficios relacionados a ésta actividad. Se hace mención de ciudades dedicadas a los muertos llamadas necrópolis, éstas eran ciudades que eran construidas para el reposo de faraones muertos y sus súbditos.
        

        Egipto le dio mucha importancia a la muerte. Su trabajo a largo plazo consistía en preparar lo que fuera necesario para cuando estuvieran muertos.
        Las construcciones egipcias no reparaban en gastos y esfuerzo. Enormes estructuras megalíticas eran levantadas con la fuerza de miles de trabajadores, la inmensa mayoría de ellos esclavos. Los diversos trabajos derivados de la construcción eran reservados a los prisioneros de guerra y todo aquel desdichado que cayera en la esclavitud. Estas actividades iban desde fabricar tabiques, picar piedra, transportarla y colocarla en su sitio.
        En el cuarto capítulo, “El faraón y el visir. Sociedad y vida pública”. Se menciona principalmente la labor desempeñada por el faraón y el visir, y muy brevemente algunos datos interesante sobre las esposas de los faraones, quienes en determinados casos podían tener el mismo poder o autoridad que el propio faraón.
        Aunque el faraón era la figura máxima y era, en teoría, el encargado de ver por el equilibrio y el bienestar del pueblo, era el visir el que en realidad desempeñaba esta tarea. Se hace mención de un pasaje donde le dicen al visir las cualidades que debe tener para desarrollar un trabajo justo y correcto.
        Una cuestión importante era el hecho de que las leyes no estaban escritas, sino que eran de normas de conocimiento social. La gente sabía que debía y que no debía hacer, y estas normas se transmitían generación tras generación de manera oral. En esta cuestión el visir jugaba el papel de juez. Aunque habían otros encargados de la justicia en las múltiples aldeas y ciudades, el visir era el juez mayor, aunque atrás de él se encontraba la máxima autoridad en esta y otras cuestiones: el faraón.

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