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TALLER DE ÉTICA

miguelbaez9Síntesis15 de Abril de 2014

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TALLER DE ÉTICA

UNIDAD I

En el arte de vivir, el hombre es al mismo tiempo el artista y el objeto de su arte, es el escultor y el mármol, el médico y el paciente.

Erich Fromm

El sentido de aprender sobre ética

Enseñar ética como disciplina racional quiere decir enseñar saberes específicos, que permitan contar con principios racionales y fundados para la construcción autónoma de valores y para la crítica racional de la validez de las normas, que se dan tácticamente como obligaciones morales. Es enseñar a colocarse en “el punto de vista moral” y a sa¬ber argumentar moralmente.

Esta manera de concebir la ética tiene dos supuestos importantes, uno relaciona¬do con la distinción entre moral y ética, y otro relacionado con la distinción entre un campo propio y específico de la filosofía, que es el de los saberes prácticos, y otro cam¬po diferente y de otra naturaleza, que es el de los saberes teóricos.

Es decir, la moral o las morales, constituyen, precisamente, el objeto reflexivo de la ética como disciplina racional.

La ética es la parte de la filosofía que reflexiona sobre la moral, y por eso recibe tam¬bién el nombre de “filosofía moral”...

Ética y moral se distinguen simplemente en que, mientras la moral forma par¬te de la vida cotidiana de las sociedades y de los individuos, y no la han inventado los filósofos, la ética es un saber filosófico; mientras la moral tiene “apellidos” de la vida social, como “moral cristiana”, “moral islámica” o “moral socialista”, la ética los tiene filosóficos, como “aristotélica”, “estoica” o “kantiana”.

Ética y moral, desde la etimología

La palabra ética proviene del griego êthos y significaba, primitivamente, estancia, lugar donde se habita. Posteriormente, Aristóteles afinó este sentido y, a partir de él, significó manera de ser, carácter. Así, la ética era como una especie de segunda casa o naturaleza; una segunda naturaleza adquirida, no heredada como lo es la naturaleza biológica. De esta concepción se desprende que una persona puede moldear, forjar o construir su modo de ser o êthos.

¿Como se adquiere o moldea este êthos, esta manera de ser? El hombre la construye mediante la creación de hábitos, unos hábitos que se alcanzan por repetición de actos. El êthos o carácter de una persona estaría configurado por un conjunto de hábitos; y, como si fuera un círculo o una rueda, éste êthos o carácter, integrado por hábitos, nos lleva en realizar unos determinados actos, unos actos que provienen de nuestra manera de ser adquirida.

Construimos nuestra manera de ser o êthos

La palabra moral traduce la expresión latina moralis, que derivaba de mos (en plural mores) y significaba costumbre. Con la palabra moralis, los romanos recogían el sentido griego de êthos: las costumbres también se alcanzan a partir de una repetición de actos. A pesar de este profundo parentesco, la palabra moralis tendió a aplicarse a las normas concretas que han de regir las acciones.

Así, pues, desde la etimología, hay poca diferencia entre ética y moral: una y otra hacen referencia a una realidad parecida. Pero hoy, pese a que a menudo se usan de manera indistinta como si fuesen sinónimos, se reconoce que tienen significados divergentes.

Ética y moral, hoy: dos niveles diferentes

Tan antiguo como la misma humanidad es el interés por regular, mediante normas o códigos, las acciones concretas de los humanos; en todas las comunidades, en todos los pueblos, sociedades o culturas encuentran prescripciones y prohibiciones que definen su moral.

Ahora bien, junto al nacimiento de la filosofía apareció otro tipo de interés, el de reflexionar sobre las normas o códigos ya existentes, comparándolos o buscando su fundamento. Estos dos diferenciados niveles de interés o de actividad humana constituyen lo que conocemos hoy, respectivamente, por moral y ética.

La moral es un conjunto de juicios relativos al bien y al mal, destinados a dirigir la conducta de los humanos. Estos juicios se concretan en normas de comportamiento que, adquiridas por cada individuo, regulan sus actos, su práctica diaria. Ahora bien, ni las normas o códigos morales se proclaman como el código de circulación, ni cada persona asume o incorpora automáticamente el conjunto de prescripciones y prohibiciones de su sociedad, ni cada sociedad o cultura formulan los mismos juicios sobre el bien y el mal. Es por todo eso que la moral a menudo es un conjunto de preguntas y respuestas sobre qué debemos hacer si queremos vivir una vida humana, es a decir, una vida no con imposiciones sino con libertad y responsabilidad.

Moral: normas que regulan nuestros actos

La ética, por otro lado, es una reflexión sobre la moral. La ética, como filosofía de la moral, se encuentra en un nivel diferente: se pregunta por qué consideramos válidos unos y no otros comportamientos; compara las pautas morales que tienen diferentes personas o sociedades buscando su fundamento y legitimación; investiga lo qué es específico del comportamiento moral; enuncia principios generales o universales inspiradores de toda conducta; crea teorías que establezcan y justifique aquello por el que merece la pena vivir.

Ética: por qué estas normas?

La moral da pautas para la vida cotidiana, la ética es un estudio o reflexión sobre qué origina y justifica estas pautas. Pero las dos, si bien son distinguibles, son complementarias. Del mismo modo que teoría y práctica interaccionan, los principios éticos regulan el comportamiento moral pero este comportamiento incide alterando los mismos principios. A menudo los conflictos de normas morales que aparecen cuando tenemos que tomar decisiones son el motor que nos impulsa a una reflexión de nivel ético. Es por ello que Aranguren, reconociendo la vinculación entre teoría y práctica, llama a la ética, moral pensada y a la moral, moral vivida.

Estamos a nivel moral cuando: Estamos a nivel ético cuando:

Cumplo una promesa hecha ayer pese a que hoy me doy cuenta de que su cumplimiento me crea problemas. Razonamos que los pactos han de cumplir siempre, del contrario, en lugar de acuerdos entre amigos, tendríamos que hacer contratos legales.

Ayudo voluntariamente a un compañero de clase si bien me arriesgo a herir su orgullo. Me pregunto sobre qué tiene más valor moral, la intención que inspira un acto o los resultados que con él se obtienen.

Decido si tengo que ser o no sincero con un compañero de clase que parece quiere ser amigo mío. Reflexiono sobre valores, preguntándome si el valor de la autenticidad es preferible el valor de la amistad.

Rechazo robar la calculadora de un compañero de clase sabiendo que nadie me ve. Tengo presente la máxima o regla de oro: "No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti".

Am¬bas expresiones se refieren, a fin de cuentas, a un tipo de saber que nos orienta para forjarnos un buen carácter, que nos permita enfrentar la vida con altura humana, que nos permita en suma, ser justos y felices. Porque se puede ser un habilísimo político, un sagaz empresario, un profesional experimentado, un rotundo triunfador en la vida social y, a la vez, una persona humanamente impresentable, sin escrúpulos, sin sentimientos. De ahí que ética y moral nos ayuden a labrarnos un buen carácter para ser humanamente íntegros.

La Ética es una ciencia que estudia lo bueno y lo malo de la conducta humana, por lo que se dice que esta ciencia ayuda a concienciar a las personas de modo que reflexionen como ha sido el comportamiento que han llevado con aquel que lo rodea, ya sea individuo u naturaleza, por lo que conocer ¿que es la ética? apoyara en un mejor trato con las personas, aplicando lo moral que en si viene siendo aplicar nuestras costumbres y aplicar nuestras costumbres es aplicar los valores de; justicia, libertad, solidaridad, honestidad, puntualidad y un gran sinfín de cultura trasmitida de generación en generación para llevar un trato mas digno y justo.

Evitar el mal y hacer el bien es ética, porque en ello van implicado lo que debo hacer y lo que no debo hacer pero esto con la ayuda de nuestra conciencia, que finalmente nos recompensara en una calificación que es asignada por los que están inmersos en el problema, obteniendo una calificación como persona monstruo o como un individuo en el que se puede confiar, a quien se le abrirán las puertas de los hogares y de los corazones de los demás. De lo contrario si el sujeto actúa con dobles intereses, en ese momento se encuentra actuando sin ética, olvidándose que existen los valores pero que como resultado le traerá consigo muchos problemas en el transcurso de su vida.

Moral y civismo

Es evidente la cercanía del civismo con la moral. El civismo prepara para el cumpli¬miento de las normas sociales; la educación moral induce a la formación de valores, juicios y reglas que cada persona adopta ante la vida.

Es obvio, sin embargo, que un valor, una vez integrado a la personalidad, se aplica tanto en la vida privada como en la pública. La separación entre estas dos di¬mensiones de la persona es difícil puesto que la vida es una, y la segmentación entre lo público y lo privado es producto de una abstracción.

La ética parte del hecho de la existencia de la moral; es decir, arranca de la diversidad de morales en el tiempo, con sus

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