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El siglo XVIII en España


Enviado por   •  21 de Junio de 2018  •  Apuntes  •  1.448 Palabras (6 Páginas)  •  144 Visitas

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6. El siglo XVIII en España

Al iniciarse el siglo, el panorama español era poco halagüeño: la profunda crisis económica del XVII, la pérdida de influencia en el panorama internacional, la gestión desastrosa del imperio colonial y, finalmente, la extinción misma de la dinastía, ofrecían un panorama desolador.

El reformismo que los Borbones impulsaron en España, está en consonancia con el emprendido en todos los estados europeos en la época del despotismo ilustrado. Después de una fase previa con el reinado de Felipe V, en la que se procedió al montaje del aparato administrativo borbónico, el despotismo ilustrado español se desarrolló en los reinados de Fernando VI, Carlos III y Carlos IV.

Sus principales líneas de actuación fueron la centralización administrativa, el regalismo, las reformas económico-sociales y las reformas pedagógicas.

Para comprender las transformaciones políticas del siglo empezaremos haciendo una necesaria descripción del contexto nacional e internacional tras el conflicto dinástico que estalla en la guerra de Sucesión. A continuación analizaremos la nueva estructura estatal bajo los Borbones y las trasformaciones acaecidas en la política agraria y fiscal. Por último, haremos un repaso a la evolución de las relaciones internacionales de España en el s. XVIII, que marcan el paso de la nación a un segundo plano en la hegemonía política de Europa.

6.1. La Guerra de Sucesión y la Paz de Utrecht

Tras la muerte de Carlos II sin descendencia, se produce un conflicto dinástico que tuvo en jaque a toda la diplomacia europea. Los aspirantes al trono español eran Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia (casado con María Teresa, hija de Felipe III) y el Archiduque Carlos, hijo del emperador Leopoldo de Austria (nieto de Felipe III). En el fondo la lucha por el trono español ponía de manifiesto la pugna por el predominio político en Europa y, en buena medida, por el comercio colonial americano.

El testamento redactado por Carlos II, en el que nombraba heredero a Felipe de Anjou, tenía dos fines: evitar la guerra y mantener íntegra la inmensa herencia de los Habsburgo. Ninguno de los dos se logra. Felipe V comenzó su reinado a la muerte de Carlos II sin demasiada oposición. Fueron los actos de arrogancia y provocación del monarca francés los que hicieron temer al resto de las potencias que el dominio francés de la política española podría poner en peligro el equilibrio de fuerzas establecido.

6.1.1. Guerra europea

Los primeros choques en 1701 en Italia se produjeron entre franceses y austriacos, pero pronto la guerra se internacionalizó con la incorporación de Inglaterra y Holanda, que junto a Austria constituyeron la Gran Alianza declarando la guerra a Francia y a la monarquía de Felipe V. Poco después se incorporaron a la coalición Saboya y Portugal.

En agosto de 1704, una escuadra aliada, al mando de los ingleses ocupó el enclave estratégico de Gibraltar, llave de la comunicación entre el Mediterráneo y el Atlántico. La contienda continuó en el ámbito europeo con resultados irregulares, que en general eran desfavorables a los franceses, y aunque el rey Luis XIV no veía otra salida del conflicto que la paz, las condiciones que imponían los aliados eran tan duras que no se llegó a un acuerdo.

6.1.2. Guerra civil

En 1705 la Guerra de Sucesión, que aparecía hasta el momento como una contienda europea, se convierte en guerra civil. Los motivos de la rebelión interna contra Felipe V son confusos, pues la guerra había afectado muy poco a España, salvo la pérdida de Gibraltar y algunos ataques marítimos ingleses, y cuando se produce la rebelión ya se llevaban cuatro años de gobierno borbónico. La ruptura de la estabilidad se manifiesta en dos niveles: el estamental y el territorial.

Nobleza y clero se sitúan en bandos opuestos. Mientras la nobleza castellana es proclive al candidato austriaco por temor a las reformas que pudiese imponer la nueva dinastía, el pueblo mostró su claro apoyo a los Borbones. En el plano territorial, se produjo un levantamiento en la Corona de Aragón en 1705, especialmente enconado en Cataluña, que podría explicarse por diversos factores: el resentimiento y la desconfianza catalana hacia Francia, el rechazo al carácter centralista de la nueva administración y el mal cariz que la guerra tomaba para los franceses.

El desarrollo de la guerra civil en España fue desigual. En una primera fase el archiduque Carlos llegó a ocupar Madrid, aunque tuvo que huir ante la hostil reacción del pueblo. La derrota aliada en la batalla de Almansa fue de enorme trascendencia pues significó la caída de gran parte del reino de Aragón, del de Valencia y más tarde Lérida. Después de este triunfo, Felipe V proclamó el decreto de abolición de los fueros de Aragón y Valencia (1707). La marcha de la contienda en la Península siguió siendo favorable a los Borbones y, a pesar de alguna victoria aliada, las victorias felipistas como la de Villaviciosa, marcan la fase final del conflicto en España. Queda como reducto Mallorca, Barcelona y una pequeña parte del resto de Cataluña. Barcelona soportó un sitio de catorce meses, hasta que el 11 de septiembre de 1714 se produjo al asalto final. Sólo quedaba en la lucha Mallorca, que resistió hasta 1715.

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