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Violencia Y Politica


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2013  •  2.860 Palabras (12 Páginas)  •  280 Visitas

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INTRODUCCION

A continuación observaremos como rige la violencia, siendo esto uno de los principales problemas sociales que afronta nuestro país, estudiaremos como se relaciona con la política, Conoceremos a que se refiere la violencia militar.

Además de esto nos enteraremos de cómo y cuándo se dieron los procesos de paz en Colombia, que factores influyeron a que esto no tuviera fines satisfactorios, nos concentraremos en el actual proceso de paz, veremos cómo se originó las farc y el paramilitarismo en nuestro país.

ESTADO Y VIOLENCIA POLITICA:

Partiendo de que el principal organizador de la violencia estructural es el estado. La política organiza el poder, le otorga forma estatal y viabiliza un proyecto socio-económico de clase. En este marco, la violencia es parte activa de la estructura social, no es solo un instrumento o medio de lucha, sino sobre todo un modo de conflicto.

Este tipo de estado se justificaría por el posible caos que devendría en la sociedad humana por el hecho de su inexistencia. Este se debate desde siglos anteriores por filósofos y políticos, según esta corriente la naturaleza humana es egoísta y utilitaria, es decir cada ser lucha por su propia subsistencia, por la satisfacción de sus propios intereses, lo que los lleva a la confrontación con otros seres humanos. Esta situación ha sido denominada “la guerra de todos contra todo”.

Se puede decir el estado no es un ente que este por sobre las clases y la sociedad. Ninguna institución es neutra ni poseedora de poder propio, más bien expresa poder social de clase. Es por ello que conceptos y prácticas tales como el orden, legalidad, estabilidad, paz social, civilismo, etc., son de carácter tan determinado; la sociedad virtual no existe ni ha existido, solo existe la sociedad históricamente concreta, de manera que el orden y la estabilidad que se defiende hoy, es el orden y la estabilidad del neoliberalismo. El estado no es ningún sintetizador del bien común y del interés de un país, sino de que violencia política y, por consiguiente, de poder de un sector de la sociedad sobre otro.

La dimensión ideológica de la violencia

A través de diversos medios de socialización la clase dominante ha ido configurando un sistema de valores, normas, conceptos y categorías tendientes a justificar su dominio. Medios entre los cuales la autentificación del uso de la violencia en sus diferentes formas por parte del estado, su institucionalidad, sus fuerzas armadas y judiciales, han sido una constante.

Esta manipulación ideológica se ha sostenido en tres ejes esenciales:

- ocultar la violencia estructural propiamente

- legitimar la represión institucional

- deslegitimar toda violencia social contra el sistema

A raíz de esto se han creado distintas percepciones de la violencia, el estado hace creer cosas diferentes a los seres humanos con el fin de no comprometerse ante la verdad de la violencia.

La violencia es inherente a una estructura social injusta. De hecho la violencia no se reduce a su manifestación más ostensible, a su forma represiva.

El ocultamiento de la violencia estructural requiere imponer la idea de la libertad del individuo, de la igualdad de oportunidades. El esquema de valores imperantes reproduce la idea de que los pueblos, los marginados, son tales, solo debido a la mala suerte de haber nacido pobres, o a su propia impericia, a la falta de creatividad y esfuerzos personales. Entonces al negarse la injusticia social también la violencia estructural.

Existen dos tipos de violencia, la directa o represiva y la indirecta o estructural, donde producto de la manipulación y desinformación ideológica, se tiende adscribir un carácter más negativo a la violencia directa q a la indirecta. La clase en el poder juega con la psicología de las personas, con sus emociones y decepciones, a fin de encausar cualquier signo de descontento, diluir y desviar la atención del impacto de cualquier violencia estructural.

De lo anterior surge el interrogante ¿existe una forma ética de ejercer la violencia? Se dice que la violencia es moralmente valida y políticamente viable, le forma ética de ejercer violencia está en ponerla al servicio de las mayorías populares, al servicio del cambio social y de la dignidad humana. La violencia revolucionaria es una forma específica de manifestación ética, pues esta no persigue la destrucción del ser humano y su entorno, ni su sometimiento, la violencia revolucionaria tiene un rango cualitativo, destruye para construir un sistema justo que nos encamine hacia una nueva sociedad.

La violencia militar:

Es una expresión particular de la violencia política que se estructura en forma de doctrina y se organiza como cuerpo armado, ninguna doctrina militar es neutral. La violencia militar adquiere también diferentes normas, puede ser central o periférica, pero está presente en forma de estrategia militar para la obtención o la defensa del poder.

En conclusión de todo lo anterior dicho se dice que la violencia no se puede separar de la política, que toda propuesta política debe, ineludiblemente, contener el factor violencia como una de las posibilidades históricas, especialmente la revolucionaria.

La condena a la violencia en general por "inhumana y anticristiana", ante situaciones concretas de guerras o conflictos internos, la clase gobernante no sólo defiende moral y políticamente la violencia, sino que además es la primera en unirse para regular las formas de ejercerla y premiar a los agentes que se destacan en el ejercicio de ésta. De otra forma no se explicarían las convenciones internacionales que norman las guerras, los conceptos de valor y heroísmo, instituciones tales como las condecoraciones al mérito, pensiones específicas, etc.

Ejemplo violencia militar:

Detención y asesinatos de indígenas

Las fuerzas militares en territorios indígenas están involucradas en varios de los asesinatos de indígenas detenidos y posteriormente presentados como muertos en combate, como sucedió en el caso del asesinato de un indígena KANKUAMO. El gobierno ha justificado la presencia militar en territorios indígenas arguyendo la protección de la infraestructura productiva del país y la soberanía. Se trata de intimidar a las comunidades que resisten a la imposición

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