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ANÁLISIS DE LECTURA DEL LIBRO: LOS 7 HÁBITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA

zahogtApuntes25 de Noviembre de 2015

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LICENCIATURA EN ADMINISTRACIÓN DE EMRESAS

ADMINISTRACÓN ORGANIZACIONAL

ANÁLISIS DE LECTURA DEL LIBRO: LOS 7 HÁBITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA

FECHA DE ENTREGA: 18 DE ABRIL DEL 2015

OBSERVACIONES:

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CAPITULO I

Casi todos los libros de más o menos los primeros ciento cincuenta años se centraban en lo que podía denominarse la << ética del carácter >> como cimiento del éxito: en cosas tales como la integridad, la humildad, la fidelidad, la mesura, el valor, la justicia, la paciencia, el esfuerzo la simplicidad, la modestia y la <>.

La etica del carácter enseñaba que existen principios básicos para vivir con efectividad, y que las personas solo pueden experimentar un verdadero éxito y una felicidad duradera cuando aprenden esos principios y los integran en su carácter.

Pero poco después de la Primera Guerra Mundial la concepción fundamental del éxito pasó de la ética del carácter a lo que podría llamarse << ética de la personalidad>>. La ética de la personalidad en lo esencial, tomo dos sendas: una, la de las técnicas de relaciones públicas y humanas, y otra, la actitud mental positiva (AMP).

Parte de esas literaturas reconocía que el carácter es un elemento del éxito, pero tendía a compartimentarlo, y no atribuirle condiciones fundacionales y catalizadoras. La referencia a la ética del carácter se hacía de manera superficial; la verdad residía en técnicas transitorias de influencia, estrategias de poder, habilidad para la comunicación y actitudes positivas. 

Grandeza primaria y secundaria.

Si no hay confianza, o hay muy poca, faltaran bases para el éxito permanente. Solamente una bondad básica puede dar vida a la técnica.

Si queremos lograr realmente el dominio de las materias o desarrollar una mente culta, lo que hay que hacer es esforzarse honestamente día tras día.

Uno hace el esfuerzo y el proceso sigue. Siempre se cosecha lo que se siembra; no hay ningún atajo. En la mayoría de las interacciones humanas breves, se puede utilizar la ética de la personalidad para salir del paso y producir impresiones favorables mediante en encanto y la habilidad, fingiendo interés en los hobbies de las otras personas.

Finalmente, si no hay una integridad profunda y una fuerza fundamental de carácter, los desafíos de la vida sacan a la superficie los verdaderos motivos, y el fracaso de las relaciones humanas reemplaza al éxito a corto plazo.

Muchas personas con “grandeza” secundaria, es decir, con reconocimiento social de sus talentos, carecen de “grandeza” primaria, o de bondad en su carácter. Hay situaciones en las que las personas tienen fuerza de carácter pero les falta habilidad para la comunicación, y ello sin duda afecta también la calidad de las relaciones. Pero los efectos siguen siendo secundarios.

Lo que somos puede transmitirse con una elocuencia mucho mayor que cualquier cosa que digamos  o hagamos.

El poder de un paradigma.

Los <> de las personas altamente efectivas materializan muchos de los principios fundamentales de la efectividad humana. Representan la interiorización de principios correctos que cimientan la felicidad y el éxito duraderos.

Antes de que podamos comprenderlos realmente, tenemos que entender nuestros propios <>.

La palabra paradigma proviene del griego. Fue originalmente un término científico, y en la actualidad se emplea por lo general en el sentido de modelo, teoría, percepción, supuesto o marco de referencia. Es la forma en la que “vemos” al mundo, como percepción, comprensión, interpretación.

Se puede trabajar sobre la propia conducta: poner más empeño, ser más diligente, duplicar la velocidad. Uno puede asimismo trabajar sobre su actitud: pensar más positivamente a cerca de lo que intenta.

Las influencias que obran en nosotros (la familia, la escuela, lo iglesia, el ambiente laboral, los amigos, los compañeros de trabajo, y los paradigmas sociales corrientes, como la ética de la personalidad) tienen un efecto silencioso e inconsciente y contribuyen a dar forma a nuestro marco de referencia, a nuestros paradigmas, a nuestros mapas.

Esto plantea uno de los defectos básicos de la ética de la personalidad. Tratar de cambiar nuestras actitudes y conductas es prácticamente inútil a largo plazo sino examinamos los paradigmas básicos de los que surgen esas actitudes y conductas.

Todos tendemos a pensar que vemos las cosas como son, que somos objetivos. Pero no es así. Vemos el mundo no como es, sino como somos nosotros o como se nos ha condicionado para que lo veamos.

Cuanta más conciencia tengamos de nuestros paradigmas, mapas, o supuestos básicos, y de la medida en que nos ha influido nuestra experiencia, en mayor grado podremos asumir la responsabilidad de tales paradigmas, examinarlos, someterlos a la prueba de la realidad, escuchar a los otros  y estar abiertos a sus percepciones, con lo cual lograremos un cuadro más amplio y una modalidad de visión mucho más objetiva.

El poder de un cambio de paradigma.

Muchas personas experimentan un cambio de pensamiento análogo y fundamental cuando afrontan una crisis que amenaza su vida y de pronto ven sus prioridades bajo una luz diferente, o cuando asumen un nuevo rol.

Según decía Thoreau “Mil cortes en las hojas del árbol del mal equivalen a uno solo en las raíces”. Podemos lograr una mejora considerable en nuestra vida si dejamos de cortar las hojas de la acritud y la conducta y trabajamos sobre la raíz, sobe los paradigmas de los que fluyen la actitud y la conducta.

El paradigma basado en principios.

Los principios, son leyes naturales que no se pueden quebrantar.

Uno de los principios es el de la rectitud, a partir del cual se desarrolla todo nuestro concepto de la equidad y la justicia. Otros principios son: la dignidad humana, el servicio, la calidad o la excelencia, el potencial, el crecimiento, la paciencia, la educación y el estímulo.

Cabe mencionar que los principios no son prácticas, una práctica es una actividad o acción específica. Los principios tampoco son valores. Los principios son directrices para la conducta humana que han demostrado tener un valor duradero, permanente. Son fundamentales. Son esencialmente indiscutibles porque son evidentes por sí mismos.

Principios del desarrollo y el cambio.

En toda la vida hay etapas secuenciales de crecimiento y desarrollo.

Es imposible violar, ignorar o abreviar el proceso de desarrollo. Ello es contrario a la naturaleza, y los presuntos atajos no pueden conducir más que a la decepción y la frustración.

Para compensar una deficiencia, se extraen fuerzas de la posición y la autoridad y se le obliga a hacer lo que uno quiere que haga. Pero extraer fuerzas genera debilidad. Debilita a quienes toman esa fuerza porque refuerza la dependencia respecto de factores externos para conseguir que las cosas se hagan. Genera debilidad en la persona obligada a prestar su asentimiento, impidiendo el desarrollo del razonamiento independiente, el crecimiento y la disciplina interna. Y, finalmente, genera debilidad en la relación. El miedo reemplaza a la cooperación, y las dos personas participantes en el intercambio se vuelven más arbitrarias y defensivas.

Un nuevo nivel de pensamiento.

<<De dentro hacia afuera>> significa empezar por la persona, más fundamentalmente. Empezar por la parte mas interior de la persona; los paradigmas, el carácter y los motivos.

El enfoque de dentro hacia afuera dice que las victorias privadas proceden de las victorias públicas, que debemos hacernos promesas a nosotros mismos y mantenerlas ante nosotros, y solo después hacer y mantener promesas ante los otros.  De dentro hacia afuera es un proceso, un continuo proceso de renovación basado en leyes naturales que gobiernan el crecimiento y el progreso humanos. De igual forma, significa para la mayoría de las personas un cambio dramático de paradigma, en gran medida a causa del poderoso efecto del condicionamiento y del actual paradigma social de la ética de la personalidad.

Panorama general de los siete hábitos.

Los hábitos son factores poderosos en nuestra vida. Dado que se trata de pautas consistentes, a menudo inconscientes, de modo constante y cotidiano expresan nuestro carácter y generan nuestra efectividad o inefectividad.

Para romper tendencias habituales profundamente enraizadas tales como la indecisión, la impaciencia, la crítica o el egoísmo, que violan los principios básicos de la efectividad humana, se necesita más que un poco de fuerza de voluntad y algunos cambios menores en nuestra vida.

 Los hábitos definidos.

El conocimiento es el paradigma teórico, el que hacer y el por qué, la capacidad del cómo hacer. Y el deseo de la motivación, el querer hacer. Para convertir algo en un hábito se necesitan esos tres elementos.

Trabajando sobre el conocimiento, la capacidad y el deseo, podemos irrumpir en nuevos niveles de efectividad personal e interpersonal cuando rompemos con viejos paradigmas que pueden haber sido para nosotros una fuente de pseudosegurirdad durante años. La felicidad, por lo menos en parte, puede definirse como el fruto del deseo y la aptitud para sacrificar lo que queremos ahora por lo que queremos finalmente.

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