Aproximaciones/ Relatos De Héctor Canales

APROXIMACIONES / RELATOS DE HÉCTOR CANALES

Leer en los relatos de Héctor Canales nuestras propias constantes literarias resulta del todo gratificante, toda vez que es posible reconocer y reconocernos en la voz de otro que también somos. El territorio del texto, ciertamente, revela la superficie del espejo en el que bien podemos sumergirnos por completo hasta perder la identidad y/o adquirir otra. No es otro el sentido convocador de la literatura, independientemente de los rasgos particulares, los asuntos, la forma, etc., las palabras son de tal naturaleza que abordarlas entraña tomar todos los préstamos necesarios y posibles para trazar una vía mediante la que se posibilite esa tierra de nadie en la que se da el diálogo con la voz colectiva que es la materia de la memoria, el sueño, el deseo, la imaginación.

Nos hemos permitido acercarnos a la escritura de Canales, escritor hecho, bien hecho, a fin de ligarnos con el extraordinario predio del relato- que algunos llaman cuento corto- e inscribir nuestras consideraciones en la tradición de la crónica por simple que esta resulte. De esta aproximación proviene el siguiente listado:

Figuras

La imagen de una tercera persona es tema de esta narración. Pensar en ciertas fisuras de acceso a la felicidad permite anticiparse al tema del tiempo. Octavio Paz dice que perdemos la inocencia el día que adquirimos conciencia del tiempo. Al parecer no es otra la nostalgia del escritor y en la búsqueda de sentido adviene el texto en el que la soledad muestra sus prendas.

Actor

Perfecta metáfora del abuso de poder. Las posibilidades de la voz del muñeco de ventrílocuo mantienen en vilo el texto, promoviendo la vigorosa figura del silencio ante los efectos de la manipulación cotidiana a que se ven expuestos los personajes. Otorgar ese nivel de realidad a la fantasía de un muñeco prueba la validez de las palabras.

Cualquier día

Detrás del texto está el deseo. Cambiar la mirada de vez en cuando augura una buena salud mental, pareciera decir la narración, aunque ese cambio signifique conceder consistencia física a los seres imaginarios, las más de las veces dueños de nuestra espiritualidad deseante.

No esperes a Isabel

El asunto del suicidio palidece ante la soledad del escritor, atento al entorno. La pregunta final no deja de ser una contrariedad ante la escritura. Vaciar la memoria en un terreno baldío no siempre es venturoso, aunque la victoria del texto es precisamente su fertilidad, su potencia creadora, su promesa.

El juego de Sonia

Relato interesante. La promesa del personaje femenino, de liberarse, zafarse de la rutina, hace del texto una pieza interesante. El final es accesorio, si se piensa en la expectativa especular de ambos personajes: el hastío, típica de nuestras ciudades y nuestro tiempo. El hecho de que el texto ES el Café donde oscilan los personajes dota al relato de una tibieza memorable, visitada por Benedetti, Cortázar y otros tantos autores del continente. Un relato largo que torna mesurado el final.

Ha pasado el tiempo

El paso del tiempo es justamente la prolongación del texto. Pensar en Lucía acorta el tiempo, lo que provoca la dilatada nostalgia del personaje, perdido sin remedio en el matrimonio implacable, irónico, que provoca volver sobre lo que pudo haber sido y no fue. Por otra parte, un relato de crudo realismo en el que la subjetividad pareciera un refugio indispensable, ante el error necesario.

El hechizo

La evocación onírica en la narración tiene la virtud de enunciar los afectos arraigados en la infancia. La ensoñación –una especie de Leda contemporánea que se niega a trascender su propia fantasía- ambienta los recuerdos irrenunciables de la infancia, de la que no logramos despedirnos jamás. Relato largo cuyo final es sorprendentemente sensual. Se dice que los sueños de vuelo expresan el deseo carnal sin reservas. Inquietante. Habría una parvada grande de patos en el panorama onírico de la colectividad. ¿La hay?

Secreto

Quizá el más personal de los relatos. Perfectamente delineado el contrapunto del personaje femenino, factor de los extremos emocionales del relator. La condición del protagonista entronca con el personaje de Günter Grass: El tambor de hojalata. Dejar de crecer, en el caso de este último, tiene su perfecta antítesis en el admirador de Alicia, que- felizmente- no tiene nombre.

Soñé que despertaba

Sueño y realidad invertidos. Relatar un sueño/pesadilla impone un tiempo presente y una primera persona que resultan opresivos. Fritz Perls dice que en el sueño eres actor, director de escena y ambiente, lo que da sentido a las emociones y la elección de las figuras arquetípicas (Octavio Paz, la mujer, la escritura, el miedo, etc.) y las palabras precisas del texto.

No es necesario que salgas de casa

Gregorio Samsa / Víctor es un personaje tridimensional evidenciador de las bondades del cuento corto: intenso y contundente. En el bestiario de Canales es presencia constante el desconcierto del personaje, aunque se hayan invertido las condiciones en relación a La Metamorfosis. El espejo es la herramienta predilecta del narrador, lo que favorece una mayor comprensión del relato de Kafka, salvo que en este de Canales gravita la ternura de la mujer.

Andar con la muerte

La vena popular del relato respira a todo lo largo- como en el ambiente de Lowry, Traven- aunque el final de humor negro es inconfundible de la escritura de Canales. El corte coloquial del relato lo hace memorable, inscribiéndolo en la mejor tradición de los textos recuperados de la oralidad popular, gracias a la mención del habla, difícil de entretejer, elusiva, cortante.

Visita inesperada

La atmósfera de la embriaguez alcohólica dibuja un escenario típico del cuento mexicano, de larga vida aún. Bastan a Canales unas breves pinceladas para citar toda una tradición en la que la muerte, la noche, el templo, establecen las líneas del destino en una topografía de sobra conocida y a la que se apela de manera arquetípica en pos de una reflexión extraliteraria. Vida y relato parecieran confluir ante la solidez del lugar de reunión a donde el pueblo acude en pos de alivio a sus tribulaciones. Relato que nos remite a los vasos comunicantes de La leyenda del santo bebedor, de Joseph Roth, con las debidas distancias aunque el mismo aliento.

El espejo

Extraordinario relato. La luna del espejo (llámase así al azogue que llevaban los antiguos armarios) es pauta de intemporalidad; su posible paso al otro lado es tentador (recordar Alicia a través del espejo, de Carroll). Analogía puntual del acto de escribir, el terror inherente de ser otro- como en el sueño- es propio de una conciencia muy aguda del devenir, de las apariencias y de lo ilusorio de las verdades eternas… y el riesgo de despertar en una pesadilla, como el personaje de Edgar Allan Poe.

Olor de perfume barato

Breve descripción del fracaso. La esencia aromática es utilizada para disimular olores indeseables e inevitables, como el perfume de la ausencia. Las situaciones sin salida suelen propiciar textos de mayor compromiso, quizá por lo escabroso del tema y su difícil lectura. Sin embargo, Canales logra en este breve relato destinar un admisible final para el desamor. El halo del recuerdo adherido al aire perfumado e inolvidable del odio, némesis del sentimiento amoroso.

Eureka

Narración de trámite, de un humor accesible a todo lector.

Amores de otro tiempo

En la voz interior no existe el tiempo o acaso existe solamente un presente dilatado. En Aura, de Carlos Fuentes, pareciera gravitar la eternidad. En el relato brevísimo de Canales hay una serena interrogación por el amor, la memoria… y los espejos.

Canto de sirena

Relato a manera de fábula, con moraleja intrínseca: El amor todo lo vence.

Garram

Ángeles y demonios parece ser el corolario de las narraciones del volumen entero.

En la antigüedad cabía pensar en la inspiración poética como obra de los demonios. Así la ira, el odio, los celos, la envidia, el odio, fueron insuflados en el espíritu por demonios. La ambivalencia de la naturaleza humana encaja usualmente en la imagen de la mujer, lo cual es explicable desde la óptica literaria, depositando en ella el centro gravitatorio del relato.

Miguel Carmona

Zamora, Michoacán.

Marzo 9 de 2013.

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