CAPITULO III: LA POBREZA EN MEXICO
Gabo MedDocumentos de Investigación19 de Noviembre de 2015
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CAPIULO III: LA POBREZA EN MEXICO.
3.1 LA POBREZA EN MEXICO
La pobreza en México es un fenómeno mucho más complicado del que se cree y su evolución al igual que ocurre con muchos otros aspectos, se ha dejado sentir en los últimos treinta años. En efecto, desde 1963 hasta 1981 la pobreza descendió rápidamente, sin embargo, a partir de 1982 su tendencia fué ascendente hasta nuestros días. Estas variaciones de descenso y ascenso se explica básicamente por las políticas económicas diferenciales puestas en vigor; cabe hacer notar que el análisis de las estructuras de la pobreza en un momento del tiempo muestra que más de dos terceras partes de la población nacional son pobres, es decir, el 82%; de esto, más de la mitad es pobre extrema, es decir, el 44.7%; mientras que en el otro extremo el 12% de la población pertenece a la clase media y solo el 6% pertenece a la clase alta71. Esto, como resultado de las mediciones que en México realiza el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), quien utiliza el método Cepalino de Línea de Pobreza (LP) – Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI).
En general, la pobreza aumenta o disminuye según el tamaño de la localidad, salvo el caso de la zona metropolitana de la Ciudad de México, en donde la pobreza es más alta que en otras ciudades mayores a los 500,000 habitantes, lo que nos indica que más de la mitad de la población pobre del país habita en zonas urbanas. Situación que contrasta con estudios realizados por el Banco Mundial que considera que el problema de la pobreza en México es fundamentalmente rural, esto se corrobora al analizar que la intensidad media de la pobreza es sustancialmente más alta en el medio rural que en el urbano, lo que permite afirmar que si bien hay más pobres en el medio urbano, en el medio rural se observa la pobreza extrema.
La pobreza es heterogénea en varios sentidos y por su intensidad pueden distinguirse tres estratos: indigentes, muy pobres y pobres moderados. Cada uno de estos grupos tiene orígenes distintos y requieren de soluciones diversas, por lo que estrictamente no bastaría una política de lucha contra la pobreza, sino varias que sean enfocadas a los distintos orígenes.
En este contexto, los gobiernos deberán mostrar su capacidad para derivar políticas diversas que resuelvan la pobreza en varias direcciones y no solo utilizar los datos como referencia política, lo que nos lleva a reflexionar sobre el crecimiento de la pobreza en los últimos treinta años, en donde los gobiernos priístas e inclusive el actual, que es panista, han equivocado la forma de atacar la pobreza al hacerlo en forma generalizada, insertando en su política económica los rubros que han de abatir la pobreza. Durante las últimas tres décadas, México transitó del crecimiento sostenido al auge económico, luego pasó al estancamiento de la economía nacional y después a la crisis generalizada, esta secuencia se observa desde 1970 hasta nuestros días, en donde las políticas puestas en práctica en los diferentes sexenios nos muestran situaciones difíciles que han ocasionado descensos y ascensos en la pobreza de los mexicanos. Al respecto el economista mexicano Jorge Verdeja López en su libro Tres Décadas de Pobreza en México señala que “En los sexenios de Luis Echeverría (1970-1976) y el de José López Portillo (1976-1982), se llegó a una gran inestabilidad que terminó con el descrédito del gobierno como administrador; la disconformidad del sector empresarial y las disputas entre los grupos sociales por espacios de poder, por lo que era imperativo rectificar el rumbo para acabar con la incertidumbre, recuperar la confianza, dar fin a la desestabilización política y sortear la crisis económica”72. En la idea de este autor la política de sustitución de importaciones llegó a su límite con las crisis sucesivas que a partir de estos gobiernos tuvimos, mismas que facilitaron la imposición de las llamadas medidas de ajuste dictadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y que obligaron, entre otras cosas, a la privatización de las empresas, la eliminación de muchos subsidios y prestaciones sociales tendientes a abatir la pobreza, que a partir de ahí fue creciendo.
En el período de Miguel de la Madrid (1982-1988), trató de reordenar la economía y corregir los grandes desequilibrios internos y externos a través de diversos programas, sin embargo, los fracasos de estos y el creciente descontento social, lo llevó a firmar el Pacto de Solidaridad Económica con el propósito de garantizar la concertación social y la regulación de la inflación mediante el control de precios, salarios y tipo de cambio, lo cual no fué suficiente pues el producto por habitante disminuyó considerablemente y se elevaron los índices de inflación, lo que ocasionó que un considerable segmento de la población enfrentara situaciones de pobreza extrema.
Durante el Gobierno de Carlos Salinas (1988-1994), se realizaron reformas económicas que expresaban un vuelco a las políticas estatistas de los presidentes Echeverría y López Portillo, acentuando el proceso de privatización o desincorporación de las empresas públicas, con excepción del petróleo, energía eléctrica y ferrocarriles. Más adelante reprivatizó la banca mexicana, generando entre otras situaciones un clima económico interno aparentemente favorable, ya que permitió un incremento en el gasto en desarrollo social de 1989 a 1994. Sin embargo, el logro fue transitorio y en 1994 se generó una macro devaluación del 95 por ciento, ocasionando que un considerable segmento de la población enfrentara nuevamente situaciones de pobreza extrema.
Ante la crisis desencadenada en diciembre de 1994, la administración de Ernesto Zedillo (1994-2000), planteó corregir los desequilibrios con un programa de ajuste y estabilización macroeconómica, el cual estableció cinco grandes líneas de política, que fueron: fiscal, para lograr el equilibrio presupuestal; monetaria, con el fin de utilizar el crédito interno neto como instrumento antiinflacionario; cambiaria, para adoptar un sistema de tipo de cambio flexible; comercial, para mantener la apertura comercial y la reestructuración de la deuda de corto plazo; no obstante los programas prioritarios para atender a la población marginada, así como el programa macroeconómico establecido en sus diferentes líneas de acción, en términos sociales el costo fue muy elevado, pues la cantidad de pobres e indigentes aumentó significativamente, pues el salario mínimo real prosigue su tendencia a la baja finalizando el período con un porcentaje considerablemente negativo, el precio de la canasta básica continúa su escalada a la alza llegando a 116 por ciento, con lo que se incrementa de manera considerable la pobreza.
En realidad y no obstante las vicisitudes de la crisis económica que surge desde la época de Luis Echeverría hasta nuestros días, la política social establecida durante estos sexenios buscaron mantener estable las condiciones de la mayoría de la población, tratando de que su demanda fuera constante y permanente y que no perdiera de manera abrupta la capacidad de ingreso ni el empleo, sosteniendo así una condición social estable, con lo cual se trató de evitar incrementar la pobreza en el contexto nacional. Sin embargo, esto no fué posible ya que la dinámica económica y social superó las políticas establecidas, incrementándose la pobreza en forma alarmante.
3.2 Población Rural Campesina e Indígena
En contraste con las cifras oficiales, diversos estudios elaborados por economistas académicos y publicados en los periódicos y revistas más importantes del país, nos presentan un panorama diferente acerca de la situación de pobreza que viven las comunidades rurales. En ellas se observa que los campesinos e indígenas del país son los que padecen los mayores índices de pobreza extrema.
Ello se debe al manejo tendencioso de las cifras oficiales que engloban la información rural y únicamente hacen referencia a aspectos generales. Ejemplo de esto lo observamos en el 5º. Informe del Programa Nacional de Población. En el cual se muestra “que los extremos de pobreza y opulencia se reflejan en la existencia de variados regímenes demográficos75 en nuestro país”. El documento que indica además, “que el PROGRESA busca romper el círculo vicioso de pobreza extrema y rezago demográfico en que se encuentran ciertos estados de la República, mediante la implementación de diferentes programas sociales (salud, vivienda, alimentación, apoyo económico, etcétera). Se menciona también que la población más miserable se localiza en las regiones indígenas de los estados de Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Veracruz, Campeche, Nayarit, Michoacán, Guerrero, Yucatán y Quintana Roo.
En este marco de referencia, el investigador del Colegio de México Julio Boltvinik, hace algunas acotaciones sobre como el gobierno federal debe resolver la pobreza en México y propone “que para enfrentar la pobreza, es necesario partir de los determinantes del bienestar del hogar, considerando seis fuentes inmediatas, 1) ingresos corrientes, 2) patrimonio familiar sustentable (vivienda equipada); 3) acceso a bienes y servicios gratuitos, 4) activos no básicos (ahorro); 5) conocimientos y habilidades (desarrollo de capacidad) y 6) tiempo libre disponible.
La acotación propuesta por Boltvinik, nos muestra que los gobiernos priístas únicamente tomaron como un dato más las cifras de la población en condiciones de extrema pobreza. El actual gobierno panista, por su parte, pretende darle otro enfoque y atención al combate a la pobreza, (dado la necesidad que impera por las condiciones de descomposición social en que se encuentran las zonas marginadas). Esta situación fue denunciada por el periodista Francisco López Cárdenas cuando escribe: “llama la atención que las variadas posturas del PAN sigan modificándose sin explicación, lo mismo ha sucedido con algunos líderes indígenas que han cambiado después de ser férreos defensores de la autonomía regional, lo mismo sucedió con Fox quién varió al menos en 5 veces su postura sobre los derechos indígenas e hizo propuestas diversas durante su campaña para el logro de su objetivo, sin embargo, su nueva posición no difiere al de Salinas.
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