Capitulo 4 El Valor De Educar

La Disciplina De La Libertad

“El Valor De Educar”

Bueno, en mi opinión, coincido con Savater, en que sí que hay una cierta coincidencia cuando era niño, y en ocasiones también ahora que me estoy formando para ser maestro en docencia en la asignatura de educación física, yo prefería irme a jugar que asistir a la escuela.

La escuela es una obligación para mí que me alejaba o mejor dicho que todavía me aleja de lo que yo quiero hacer en mi casa, con mis amigos o mi familia o personalmente lo que me gustaba hacer ya sea por ejemplo, jugar a los videojuegos, ir al parque, salir a jugar y entrenar futbol, estar con mi novia mucho rato trabajar, entre muchas otras cosas que me gusta hacer, pero sin embargo dejaba de hacer porque tenía que ir a la escuela a aprender algo o cosas que los maestros nos enseñaban o mejor dicho trataban de enseñarnos porque algunos no entendíamos de lo que nos hablaban los maestros.

Como señala Savater, en la escuela se dan problemáticas fuertes o como el capítulo señala existen “tiranías” (cuando quien tiene el poder, fuerza a otros para que hagan o dejen de hacer algo en contra de su voluntad) entre lo que quiere el maestro y lo que desean los alumnos, esto sucede en los primeros años de cualquier tipo de enseñanza.

Para todo esto me plantee la siguiente pregunta “¿Y para qué vamos a la escuela?” según lo que creo es que en un principio para adquirir una serie de conocimientos, que nos ayuden a desarrollarnos personalmente y de esta forma, “contribuir a que la sociedad para que continúe funcionando”.

Según Savater la educación es siempre un intento de rescatar al semejante de la fatalidad zoológica o de la limitación que uno tiene de las experiencias propias. El objetivo explícito de la enseñanza ahorita en nuestro tiempo es conseguir individuos auténticamente libres, menciona que “ser libre no es nada, devenir libre lo es todo”. La libertad no es la ausencia original de condicionamientos, sino la conquista de una autonomía simbólica por medio del aprendizaje, ninguno de los seres vivos es <<libre>>.

Eso sí, la autoridad no debe de ser impuesta como si fuéramos soldados o militares, en la escuela se deben de formar ciudadanos libres, y no personas autómatas que obedezcan órdenes, sin pensar sobre qué es lo que se les está ordenando, ese sería el más grande error de un docente.

La disciplina es necesaria en la educación, aunque yo creo que el niño no debe de perder su naturaleza rebelde o de portarse mal, y su enorme curiosidad del porqué de las cosas y que se quieren enterar de todo. Por ello, creo que la disciplina se debe de cuidar, aunque también algunas travesuritas que hagan pienso que no caen nada mal para la formación personal del niño.

Educar no es fabricar adultos según un modelo sino liberar en cada hombre lo que le impide ser el mismo, permitirle realizarse según su “genio” singular.

En cuanto a la reflexión que se plantea sobre el “aprender jugando”, a lo largo de mi vida como estudiante me he encontrado con algunos profesores que negaban el término “se puede aprender divirtiéndose”, creo que en momentos o en algunas situaciones de mi vida escolar esto sí que puede ser así, pero sin embargo, tal y como señala Savater y a su vez estoy de acuerdo con él, hay cosas que no se pueden aprender jugando, por lo que no podemos basarnos en el juego siempre a la hora de enseñar. Cada niño o adolecente tiene sus gustos personales y sus preferencias, y por mucho que le intentemos enseñar las matemáticas, ya sea por ejemplo, “jugando”, si no le gustan al niño, no se divertirá ni mucho menos las va a aprender de ese modo. Por ello, considero al juego como una herramienta educativa con un potencial grande ya que si puede servir en muchísimas situaciones, pero de la cual no se puede abusar, y no sirve

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