Colegio militar argentino linguistica
Maxi DoratiApuntes24 de Septiembre de 2015
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Introducción
Escribir un texto significa enfrentarse con un problema; a su vez, todo problema como tal exige una solución, es decir, una serie de toma de decisiones, de criterios que aplicar, de estrategias por adoptar.
Tanto en la lectura como en la escritura existen, por un lado, procesos básicos y mecánicos, y por otro lado, procesos más complejos o intelectuales.
Para leer, entonces, vamos del reconocimiento de letras, palabras y frases, hasta la discriminación entre informaciones relevantes e irrelevantes, la organización de estos datos en una estructura ordenada, y a partir de allí podríamos redactar resúmenes, síntesis o diseñar cuadros sinópticos del texto explorado.
Para escribir, a su vez, retomamos desde aquellas habilidades vinculadas con la producción física del texto: espacios entre palabras, aplicación de reglas gramaticales, hasta los procesos que requieren reflexión, memoria y creatividad: seleccionar información para el texto, planificar su estructura, crear y desarrollar ideas, buscar lenguaje compartido con el lector.
Objetivos
- Reconocer características del código escrito.
- Establecer diferencias entre el código escrito y el oral.
- Emplear los niveles básicos de lectura.
- Distinguir entre oración y enunciado.
- Reconocer y reflexionar acerca del orden oracional.
- Emplear recursos para el armado de las frases.
- Reconocer características del texto académico.
- Evitar vicios de dicción y de construcción.
Esquema de la Unidad
- El código escrito
- Los tres niveles básicos de lectura
- La oración y el enunciado
- El texto académico
- Dimensión semántica
Organizador de Contenidos
[pic 2]
Contenidos
[pic 3] EL CÓDIGO ESCRITO
Muchos suponen que el código escrito (C.E.) es un sistema de signos que sirve para transcribir el código oral (C.O.), y que por tanto se lo aprende como la correspondencia entre sonido y grafía: letra = sonido. Sin embargo, no es un simple sistema de transcripciones, sino que constituye un código completo y autónomo, sustancialmente independiente del C.O.
El estudio de una lengua no se reduce al conocimiento de la ortografía y fonética, gramática, sintaxis y léxico. Según los estudios de lingüística textual o de gramática del discurso este planteamiento se ha modificado notablemente, porque cuando hablamos y escribimos (escuchamos o leemos) construimos textos y, por lo tanto, dominamos más habilidades:
- Discriminamos las informaciones relevantes de las irrelevantes.
- Las estructuramos en un orden cronológico y comprensible.
- Escogemos las palabras adecuadas.
- Conectamos las frases entre sí, construimos un párrafo, etc.
[pic 4] LOS TRES NIVELES BÁSICOS DE LECTURA
Para poder extraer las ideas de un texto, es decir, su macroestructura será necesario seguir rigurosamente la secuencia de los tres niveles básicos de lectura. Se lee, por lo general, en forma superficial y pasiva, para enterarse, lo más rápido posible, de algunos rasgos salientes, de las ideas o de la anécdota narrada. Pero quien realmente se prepara para el análisis crítico, deberá ahondar e ir más allá del significado aparente del texto para lograr el mayor provecho de lo leído. Es necesario, por tanto, adoptar una actitud de apertura y humildad frente a lo que se va a leer, y es preciso hacerlo en forma lenta, reflexiva, con entusiasmo y buena disposición.
Sabido es que una sola lectura no es suficiente para la comprensión total del texto, más aún si es de índole académica. Varios criterios coinciden en afirmar que son indispensables, como mínimo, tres lecturas básicas o niveles para poder emprender su análisis y conocimiento, lo que no descarta la conveniencia de otras si se desea llegar a su médula. Estos niveles son:
Lectura inicial o impresionista (Primer nivel)
La lectura impresionista se manifiesta, en esta fase, como el primer contacto sensorial con lo escrito. En este inicial coloquio lectivo entre el autor y el lector prevalecerán las impresiones de ciertos contenidos y mensajes, como así también, de ciertas vivencias que se irán adhiriendo a la periferia de la memoria del receptor. Estas experiencias o primeras impresiones lo conducirán al significado aparentemente verdadero del texto. Lecturas posteriores esclarecerán los distintos planos, apenas perfilados en esta instancia.
Lectura comprensiva (Segundo nivel)
En ella se visualizan mejor las impresiones recibidas en la etapa anterior, se descubren nuevas conexiones entre los conceptos antes difusos y se reflexiona sobre lo esencial de la obra. De ahí que la llamemos lectura comprensiva, pues intenta ver la relación que hay entre los elementos básicos dentro de un panorama global.
Será pues, una lectura más lenta y reflexiva e implicará, por parte del lector, una mayor participación y actividad, ya que este es el momento en que se podrá recurrir a procedimientos técnicos de separación de datos que se van anunciando como relevantes. La técnica del subrayado, las marcas y acotaciones al margen, entre otras actividades, servirán para poner en un primer plano de interés las informaciones principales, las construcciones clave, que permitirán al lector ubicarse rápidamente frente al pensamiento del autor en sus conexiones más profundas. (La búsqueda en el diccionario de términos desconocidos o de otros datos que completen la significación del texto se realizará en este nivel.)
Lectura analítica (Tercer nivel)
La llamamos así porque en este estadio procedemos a la fragmentación del texto, para clasificar sus componentes, darles una nueva ordenación jerárquica y vincularlos a través de los mecanismos de cohesión. La técnica de fichaje puede resultar útil para este tipo de tarea de sistematización de contenidos.
El texto resultante, obtenido por la selección de la información relevante y su gradación lógica y jerarquizada, se llamará resumen. En él ya no aparecerán los elementos irrelevantes del texto, como son las anécdotas, los ejemplos, las perífrasis, es decir, las aclaraciones e ilustraciones que nos sirvieron para comprender las ideas generales, pero que en esta instancia sobran. La condensación de las ideas globales del escrito, más los conocimientos previos sobre el tema nos podrán llevar a una síntesis final, donde volcaremos con nuestras palabras no solo lo medular de lo leído, sino también, los juicios de valor.
LEER Y COMPRENDER
Comprender un texto a través de la lectura significa que el lector tenga la posibilidad de construir puentes entre lo ya conocido y lo que se presenta como nuevo. De ahí que nada podrá aprenderse si no se lo conecta con algo de lo ya aprendido y almacenado en la memoria.
[pic 5] | Actividad 1: Realice esta actividad. |
- Ejercicio1:
Lea el texto y responda:
Diagnóstico
Remitiéndonos al diccionario el término diagnóstico significa: “Determinación de la naturalesa de un caso morboso por los sintomas o signos que son propios. Según el método de investigación o observación de los signos, o la clase de éstos que se observa, el diagnóstico se diferencia en clínico, fundado únicamente en los síntomas y signos que en vida manifiesta el enfermo y que el medico investiga directamente e interpreta valiendose en su intuición y de su experiencia, y de laboratorio, asentado en los examenes de toda clase de secreciones, líquidos, etc. y aún d partes orgánicas extraídas. Ambos diagnósticos se auxilian mutuamente y se complementan sin que se pueda decir que uno sea superior al otro para definir con mayor precisión un estado morboso determinado.
- ¿Cuál es, a su juicio, el tema del texto?
- En cuanto a la organización y estructuración del texto, ¿presenta un plan de lectura coherente, claro, dinámico y fácil de abordar? Justifique su respuesta.
- ¿Son correctos los aspectos tipográficos y ortográficos del texto?
- Reescriba el texto, según su criterio.
[pic 6] | Actividad 2: Realice esta actividad. |
- Ejercicio1:
Redacte su propia historia lingüística:
Piense y escriba todo lo que pueda acerca de su historia lingüística personal, vale decir, cómo ha escrito, leído y hablado durante su vida.
Presentamos a continuación algunas preguntas que lo ayudarán a meditar sobre el tema:
- Recuerde qué tipo de escritos le pedían en su infancia. ¿Sobre qué versaban las tareas escritas en la escuela? ¿Escribía también con otra finalidad?
- ¿Redactar le era fácil o encontraba obstáculos difíciles de superar? ¿Conoce la razón?
- ¿Qué clase de lecturas realizó en todos estos años y cuáles disfrutó más?
- ¿Alguna vez escribió un diario, una poesía, un cuento o una novela?
- ¿Escribe cartas regularmente?
- En términos más generales, ¿cómo hablaban las personas de su entorno cuando era niño? ¿Puede recordar, por ejemplo, cómo se expresaban en la escuela o en el hogar?
- ¿Habla —o habló— más de una lengua? Si la respuesta es afirmativa, piense en cuál de ellas le resulta más difícil (o más fácil) decir ciertas cosas.
Respuesta:
Lea atentamente lo que escribió y medite en los distintos tipos de redacción que ha hecho en su vida.
[pic 7] LA ORACIÓN Y EL ENUNCIADO
Por enunciados entendemos unidades comunicativas, esto es unidades expresadas por un hablante en una situación determinada, que tienen un sentido reconocido por el oyente o lector a partir de los signos que las componen y de la situación en que son expresadas.
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