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Cuento. Las primeras campanadas de la iglesia han sonado, lo que significa que son las 7 a.m., me quedan tan solo 2 horas de vid


Enviado por   •  20 de Octubre de 2016  •  Ensayos  •  813 Palabras (4 Páginas)  •  137 Visitas

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Las primeras campanadas de la iglesia han sonado, lo que significa que son las 7 a.m., me quedan tan solo 2 horas de vida…

Me encuentro entre 4 paredes de cemento llenas de moho, el agua del mar me llega casi a los tobillos, la celda es tan pequeña que siento que las paredes me aplastan, una hendidura en el suelo simula mi cama, las esquinas han sido carcomidas por la sal del mar. La última semana la he pasado en vela, no he podido dormir, tampoco he comido y lo único que me importa es escapar para reunirme con Antonia.

Me llamo Humberto y San Juan de Ulúa ha sido una de mis peores desgracias, sin embargo, no estoy aquí por haber cometido algún crimen, me han encerrado por estrategia, alguien de más arriba ha decidido que soy un estorbo para ellos, ahora les explico por qué.

Llegué a México en 1880, mi familia estaba bien posicionada, teníamos una gran cantidad de tierras y haciendas, no nos faltaba nada, mi padre, Don Ignacio trabajaba en el gobierno y mi madre Matilde se dedicaba a la sociedad, yo tenía 23 años y lo único que quería era no decepcionar a mis padres.

Un 5 de septiembre estaba sentando en mi cuarto viendo por mi ventana, y sobre mis rodillas tenía unas cuantas hojas de papel y una pluma entintada, siempre he amado escribir, cuando mi padre llegó, me dio un largo y aburrido discurso para que me interesara en la política, y dejara a un lado el ridículo sueño de ser escritor, el gran anhelo de mi padre era que trabajara a su lado pero yo nunca he querido. Recién llegamos, me dediqué a trabajar con Don Ignacio en cosas insignificante le brindaba un poco de ayuda pero en realidad a mi no decían nada, durante las reuniones me pedían que permaneciera afuera, y nunca me tomaron en cuenta.  

Un día saliendo de la oficina de mi padre, rumbo a la finca en donde me encontraría con mi madre para después ir a una cena en sociedad, vi a una hermosa mujer pasar frente a mí, tenía un vestido muy elegante color hueso, su postura era perfecta, y su peinado estaba en perfectas condiciones, no pude evitar seguirla con la mirada, era bellísima, después de unos instantes, volteó y cruzamos la mirada, seguimos caminando y enseguida ella tropezó, en ese momento corrí a ayudarla, sin cruzar palabra, le ayudé a levantarse y seguimos nuestro camino.

Cuando llegué a la casa, mi madre estaba casi lista para irnos, golpeada mente me advirtió que tenía tan solo cuarenta minutos para estar listo, era un evento importantísimo, y no podíamos por ningún motivo llegar tarde. Enseguida fui a mi cuarto y saque mi traje vino, el más elegante que tenía, no podíamos quedar mal frente al jefe de mi padre, era la primera vez que lo veríamos y mi madre quería que todo fuera perfecto. Al poco rato, escuche a mi padre gritar ¡Matilde! ¡Matilde! ¡Cuántas veces tengo que decirte que la cena es con el señor Renato, se supondría que ya deberíamos de estar en camino, el carruaje ya está listo y ni tú ni Humberto han bajado! ¡Como siempre me van a hacer quedar mal! Mi madre estaba furiosa, ella había sido la primera en estar lista, bajamos y sin emitir sonido alguno se subió al carruaje y nos dirigimos a la hacienda del señor Renato, que estaba a tan solo unos minutos de la nuestra.

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