Cuestionario De Textos Para Realizar Observaciones En Clases
vaninita11 de Agosto de 2013
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TRABAJO PRÁCTICO N°1
“CLASES PERFECTAS”
DE ANTELO
Cuestionario:
1) Indaga a qué imagen se refiere el autor cuando hace referencia a la Familia Ingals.
2) ¿A qué se denomina clases perfectas?
3) Analiza el planteo del autor con respecto a la importancia de ser docente.
4) ¿Cómo caracterizarías al alumno Jaimito?
Respuestas:
1) La Familia Ingals es el título que tuvo en la Argentina la serie televisiva “Little House on the Prairie”, basada en los ocho libros infantiles que narran las memorias familiares de Laura Ingals. La serie se filmó entre 1974 y 1984. Cuando el autor afirma que la Familia Ingals no es una clase, se refiere a que aún no se ha visto una clase que funcione plenamente, es decir una clase donde lo negativo está ausente, donde los estudiantes no hagan “renegar” a los docentes.
2) Clases perfectas se denominan a aquellas clases que funcionan plenamente: todo el mundo ha traído su libro, todos atienden, todos han estudiado. Cuando se requiere hay participación activa y/o silencio. No hay apatía, desinterés, aburrimiento, etc. Los saberes previos se ofrecen generosamente y no es grato ver la formación de competencias es su ministerial plenitud.
3) “Si tuviéramos los alumnos perfectos, motivados, atentos, educados, ya tendríamos el trabajo hecho, es decir, cualquiera podría impartir, repartir, dar clases. Esos son los retos, la desconexión de nuestros programas educativos con los intereses de nuestros alumnos”.
La clase que nos falta, nunca la tuvimos. La clase que no funciona no es una maquina a la que hay que cambiarle un pistón para que vuelva a ser lo que era.
En el caso de los docentes, no se trata de hacer esfuerzos para que la clase no funcione. Tampoco deben hacerse los distraídos, dice el autor. Es que aun cuando quieran no notificarse esto es imposible, ya que si hay algo que es propio del que los hace renegar es hacerse ver, llamar la atención, aun en su no hacer nada. El no funcionar de la clase no es otra cosa que la presencia del conflicto. El que enseña se ve obligado a lidiar con el conflicto. Un conflicto bastante complejo en tanto según el entender del docente es irresoluble. No consiste entonces, su tarea en lo que hoy se conoce como resolución de conflictos.
La máxima “conocer al alumno” que interviene en este tipo de enunciado (“si yo hubiera sabido que Fulanito tenía un hermano drogadicto”), hace del profesor alguien que siempre sabe demasiado poco sobre sus alumnos. Pareciera que la cuestión pasara por buscar el modo de apropiarse, en tiempo y forma, de cierto saber sobre la persona del alumno.
El no saber sobre la persona del alumno no es despejable, es decir, se trata de un desconocimiento ontológico. Por más que conozcan un poco más o un poco menos la composición de la familia de Fulanito, él siempre será un enigma.
El éxito en el conocimiento del alumno, acercarse demasiado a su interioridad, puede llegar a provocar cierta repulsión.
Mantener cierta distancia prudente posibilita poder relacionarse, y en este caso, que alguna enseñanza tenga lugar.
Félix de Azúa dice: “o bien se vive, a costa de no saber, o bien se le da un significado a la existencia, pero entonces no puede vivirse”.
Saber sobre el alumno no es condición necesaria para enseñar. Mientras más se conoce al alumno, menos se le enseña.
Frente a aquello que dice NO, frente al conflicto-en sus variadas formas y modalidades- no existe un saber hacer, alguna técnica con reglas claras y precisas. Frente al conflicto de lo que se trata es de saber arreglárselas. Lo cual, más allá del tono de la expresión, no significa proceder de modo negligente ni mucho menos, sino asumir la responsabilidad de actuar, aun sabiendo demasiado poco sobre el alumno.
Dialogar con lo negativo es quizás la forma misma de la existencia. El dialogar no se dará en un terreno de certezas, sino en un espacio entre la insuficiencia y la ignorancia. Y no será el acceso a cierto conocimiento certero- hasta el momento no poseído- lo que posibilite dialogar con el conflicto. Se trata más que de conocerlo (además de conocerlo), de poder reconocerlo.
Podríamos decir entonces que la condición para que algo del orden de la educación suceda es que el otro pueda en algún momento decir no y producir la diferencia.
4) El asedio de “Jaimito” es una siempre presente posibilidad instalada en cada clase, en cada mapa conceptual.
Jaimito es aquél “del fondo”, el que atenta contra el transcurrir de la clase interrumpiéndola; el desatento, el que se resiste, el sedioso que se levanta y se sienta, el ávido de visita al baño, el que contamina y parasita la clase, según el autor. Hoy en día es el hiperkinetico o un chico con problemas de conducta o trastornos del aprendizaje.
TRABAJO PRÁCTICO N°2
“EL AULA POR DENTRO”
DE MARCHENA GÓMEZ
Cuestionario
1) ¿Cómo definirías a una clase?
2) Según el autor ¿Cuáles son los aspectos que se deben tener en cuenta en una clase?
3) Fundamenta la siguiente afirmación “la clase es un espacio multidimensional y complejo”.
4) Para mantener atenta la clase ¿Qué recomendaciones consideras importante destacar? Justifica tu posición.
5) Luego de la lectura de la clase de matemáticas, y de los aportes que plantea para mantener atenta la clase, elabora tu procedimiento metodológico y actitudinal que consideras importante desarrollar como docente.
6) Explica a partir de las recomendaciones que el autor señala con respecto a “aclarar individualmente” necesarias en una clase de matemáticas.
7) Analiza que aspectos debemos tener en cuenta en el trabajo grupal.
8) Desarrolla una ficha temática, explicitando los conceptos más importantes que aborda el autor.
Respuestas
1) Una clase es aquel espacio donde sus participantes (docentes y alumnos) deben cumplir ciertas normas. Estas normas de clases deben ser apropiadas, quizás sea una tarea sencilla de la disciplina en el aula, pero lograr que se lleven a cabo puede resultar una tarea agobiante. Sin embargo el cumplir las normas nos dá seguridad.
El propósito de las reglas no deben ser complicadas. Deben cumplir con los propósitos que el profesor desea de los alumnos. Deben ser lo suficientemente amplias para abarcar a todos los alumnos y no a un selecto grupo. Al establecer normas se debe pensar en decidir qué conductas específicas necesito para mantener un buen ambiente. Desarrollar la forma más simple de expresarlas. Mantener consecuencias flexibles, positivas y negativas. Los docentes deberían refrenarse de usar amenazas vanas. Una amenaza no cumplida provoca que el alumno ignore las órdenes. Antes de pronunciar un ultimátum, se debe hacer lo posible por cumplirlos.
2) ASPECTOS QUE SE DEBEN TENER EN CUENTA EN UNA CLASE:
Valorar lo que hace un alumno en clase. Es sabido que los mensajes positivos de ánimo, de aprecio, de colaboración, consiguen siempre más que lo contrario, tanto si nos dirigimos a un estudiante como hacia toda la clase.
Cuando se han realizado estudios para caracterizar la comunicación que se produce en el aula, se ha constatado que la posibilidad de otorgar valor de calidad a los enunciados que van lanzando los estudiantes, estableciendo lo que se ha dicho bien o lo que no, es un factor que siempre está presente en una clase.
Son todos los alumnos los que precisan estos mensajes. No solo los que van bien.
Al aula hay que entrar con una idea amplia del éxito. No solo triunfamos cuando concluimos un largo proceso y obtenemos un buen resultado. Los procesos son importantes. Estar pendientes de cómo va haciendo un alumno un problema o ejercicio es encontrar motivos para el elogio. También lo es el valorar capacidades que estén al alcance de todos, aunque luego sean desarrolladas de diferente manera y grado. Todos pueden tener un instante, al menos uno, ese minuto de gloria en que, aunque sea externamente, parecerá que están concentrados; independientemente de lo que hayan estado haciendo antes. En ese momento merecen nuestro refuerzo positivo. El sentido de pertenencia a un grupo valioso despierta e incentiva más voluntades que si nos convencen de estar inmersos en un colectivo sin remedio.
Las teorías de las inteligencias múltiples han dejado bien claro que existen diferentes tipos de inteligencias que no son ni mejores ni peores, sencillamente distintas.
En un aula ocurren muchas cosas, pero es verdad que no todas son merecedoras de una intervención directa del docente.
Conviene distinguir entre comportamientos disruptivos frente a los que se denominan problemas de disciplina grave o de violencia. Los primeros –los disruptivos- vendrían a ser las actuaciones de un alumnado que está comportándose en función de du estadio o momento evolutivo, esto es, de su edad o situación maduracional y que en ningún momento está suponiendo un ataque al respeto, la dignidad o integridad de otra persona.
La afluencia de comentarios también puede surgir si trabajamos en grupos. Siempre que esos intercambios estén relacionados con el tema trabajado, no sería una buena práctica llamarles la atención para mandarles callar de manera continua.
Las normas que establezcamos en el aula están estrechamente ligadas a instantes concretos de la clase, no pudiendo ser generalizadas a todos los intervalos. El silencio es necesario en el aula, pero no en todos
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