Cultura Argentina
ceciliad1929 de Mayo de 2015
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En esta monografía se desarrollara la evolución de la identidad cultura argentina desde los distintos orígenes que la componen y su actualidad.
Elegimos este tema porque creemos que la identidad cultural argentina aún se sigue formando y abarcando demasiados aspectos que no logran representar a todos sus habitantes. A diferencia de los demás países donde, con solo nombrarlos uno tiene una imagen clara de símbolos que representan su cultura a remitirse a la Argentina se pueden observar diversos símbolos culturales, que se oponen entre si y no permiten obtener la idea de una cultura única.
Para esto nos valdremos de los textos trabajados en clase. El trabajo se dividirá en la definición de los conceptos, distintos modelos de cultura argentina adoptados durante su historia y lo que se entiende por cultura argentina en la actualidad.
A su vez creemos que nuestros orígenes, y las distintas políticas culturales que los gobiernos fueron aplicando nos van a servir para tener conciencia e ir aceptando y conociendo la verdadera cultura argentina ya que esta se divide entre sus raíces europeas e indígenas, y hoy en día no se logra un equilibrio sino que las distintas ramas buscan demostrarse como la verdadera imponiéndose la una ante la otra.
Primeramente definiremos cultura, concepto que se ha intentado definir desde diversas miradas de manera amplia y exhaustiva por lo que encontrar una definición única es algo imposible, por lo tanto, en resumen, la cultura puede ser entendida como una forma integral de vida creada histórica y socialmente por una comunidad de acuerdo con la forma particular en la que se resuelvan o entablen las relaciones con la naturaleza, las de los integrantes en su seno, con otras comunidades, y con el ámbito sobrenatural, esta busca dar continuidad y sentido a la existencia de las comunidades, también caracterizarlas en un tiempo determinado, es algo inherente al hombre y lo de define como perteneciente a un grupo humano con su propia idiosincrasia, a su vez, es entendida como un conjunto de símbolos y objetos aprendidos, compartidos y transmitidos de una generación a otra donde las instituciones desempeñan un papel fundamental al referirse a las costumbres, creencias, y pautas culturales que definen a cada cultura.
De la misma manera se puede observar que existe una relación directa e inseparable entre naturaleza y cultura, ya que el hombre transforma de modo constante el ambiente natural que lo rodea para adaptarse y vivir en sociedad, pues,todo lo que el hombre hace ya sea material, espiritual o mental, para resolver sus necesidades o transmitir sus sentimientos que se van acumulando a lo largo del tiempo, conforma históricamente su patrimonio cultural. Es por esto, que se puede afirmar que cultura en su sentido más amplio tiene dos significados: por un lado las capacidades humanas, es decir, el proceso de producción de los objetos culturales y su transformación por parte de los seres humanos; y por el otro el resultado del ejercicio de dichas capacidades, lo efectivamente creado por ellos, los objetos culturales que pueden ser materiales o inmateriales, y a los que distintas comunidades asignan o incorporan valores.
A su vez, la cultura es estudiada por diversas ciencias, una de ellas es la antropología que la definió como “una forma de vida, una suma de hábitos y de costumbres que constituyen una unidad que funciona estructuralmente y cuyos componentes dependen unos de otros, ya que cualquier modificación de un sector afecta a todos los demás” y definió cuatro áreas de investigación, la de tecnología y objetos materiales, las prácticas sociales, los tipos de comportamiento y de acción, y el arte y juego. Otra ciencia que la estudia es la sociología,y la define como un sistema estructurado en el que participan todas las personas que integran la sociedad y las relaciones que entablan entre sí. Por lo tanto, ambas entienden al individuo como un creador de cultura, con la capacidad de transformarla mediante sus acciones en función de vínculos establecidos, con el fin de hallar respuesta a sus distintos problemas.
A raíz de esto, un gran interrogante de la antropología fue determinar los inicios de las creaciones culturales del hombre, para algunos investigadores todo comenzó con la fabricación de herramientas y armas defensivas; otros señalan la división del trabajo o la creación del lenguaje. Aunque, la respuesta factible y la más reconocida es la primera, ya que los artefactos que el hombre creo fueron para su subsistencia, y hoy representan un gran patrimonio cultural. De la misma manera otro problema fundamental es el resultado del encuentro de los europeos con otras culturas, que despertó el interés por el estudio de estas distintas formas de vida, a las que denominaron exóticas y salvajes. Al principio predomino una visión evolucionista de las culturas humanas, ya que se pensaba que los pueblos respondían a distintas velocidades en la evolución, y se suponía que estas nuevas culturas representaban el pasado de la humanidad. Luego se creyó que las culturas más débiles se extinguían, y esto se mostró como el resultado de la conquista y el colonialismo. La última idea fue la que se intentó hacer con las culturas originarias de Latinoamérica, pero a pesar de las distintas políticas culturales que los distintos países aplicaron, estas aún siguen vivas y reclaman su lugar como propias.
A pesar de estas ideas, la humanidad se fue dividiendo en numerosas sociedades y estados, que se han ido conformando dentro de un marco de ideas y de creencias comunes, unidas por un mismo sistema complejo de ideas, bienes y hábitos que definen su estructura básica y que los diferencian de otras formaciones sociales similares, por lo tanto, estos rasgos hacen que cada grupo o sociedad tenga una identidad específica, un sentimiento de pertenencia y una representación de quienes son y cuál es su comunidad o cultura, y les permite diferenciarse de la de las demás, es así que cada comunidad tiene características culturales propias que le dan un particular modo de sentir y ver al mundo, esto se denomina cosmovisión, a partir de esta cada individuo construye su identidad particular y afirma su procedencia a determinado grupo o sociedad. Aunque este, tiene a su vez muchas identidades, de acuerdo con el contexto en el cual se sitúe, y entre la gente que comparte los mismos códigos culturales es más difícil percibirlos, porque los consideran naturales. Lo contrario ocurre con las sociedades, las comunidades de muchos años de historia o relativamente aisladas, donde su cantidad de habitantes es pequeña y sus objetos culturales son diferentes a la de los demás, es más fácil caracterizarlas y que sus integrantes definan su identidad, a estas se las denomina homogéneas. En cambio, cuando en una sociedad hay mayores diferencias culturales entre sus miembros o es más reciente y sus integrantes tienen diversos orígenes, no es tan simple individualizar una identidad cultural, puesto que esta es heterogénea. Este es el caso de la Argentina que comienza a formar su identidad cultural desde diversos orígenes, tanto extranjeros como los propios de Latinoamérica, ya que,
la identidad es producto de una creación y los elementos que la construyen se encuentran en la historia de los miembros de la comunidad, los idiomas, las religiones, las tradiciones y costumbres. La historia también es una construcción deliberada del pasado que tiene intencionalidades y olvidos, la narración de lo sucedido corre por cuenta de individuos que toman algunos datos importantes y descartan otros.Sobre esto hace referencia Huntington, Samuel para afirmar que:
“(…) Personas y naciones están intentando responder a la pregunta más básica que los seres humanos pueden afrontar: ¿Quiénes somos? Y la están respondiendo en la forma tradicional en que los seres humanos las han contestado, haciendo referencia a las cosas más importantes para ellos. La gente se define desde el punto de vista de la genealogía, la religión, la lengua, la historia, los valores, las costumbres e instituciones. La gente usa la política no solo para promover sus intereses sino también para definir su identidad.”
Esta identidad cultural de la que Huntington habla presupone ciertos bienes culturales comunes que pueden clasificarse en la identificación de símbolos, que actúan como instrumentos que los relacionan a los integrantes de un grupo y les permite diferenciarse de los demás, en un sistema normativo formado por los esquemas de conductas que determinan la ideología y las normas de control social. Aunque un pueblo tenga una identidad cultural frente a otras comunidades no significa que tenga uniformidad en sus expresiones, y quienes descartan algunas obras clasificando qué es realmente lo auténtico y qué no, están ejerciendo un poder autoritario que no beneficia a la creación, y es esta justamente lo que define a la cultura.
Por lo tanto, es necesaria la toma de conciencia de la identidad cultural para el desarrollo de una nación. Como el investigador brasileño Enrique J. Saravia en su ensayo “La identidad cultural latinoamericana” confirmo “(…) Es menester tomar conciencia de las propias posibilidades y capacidades: en otras palabras, asumir su propia identidad. El alienado no es capaz de autodesarrollarse, a lo sumo podrá evolucionar en dependencia.” Es de vital importancia que los pueblos no dejen el poder de decisión en manos de otros, los pueblos que quieren ser libres comienzan a preocuparse por su pasado, su propia cultura, su formación, la investigación científica y tecnológica, y la creación artística y literaria, comenzando así su desarrollo.
De igual manera podemos afirmar que la cultura se expresa en distintos niveles,
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